Capitulo 14 "En mis venas"

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Rick Grimes
~*~

Era un día tranquilo, quisiera decir que maravilloso pero no lo era, pues aún seguía sin digerir la situación con Daryl, todavía me dolía, pero fuera de eso todo era más sencillo para mí, pues el hijo de perra de Shane ya se estaba pudriendo en el infierno, ¿arrepentirme? Sí, pero de no haber hecho más trocitos de su cuerpo.
Salí de mi celda y me dirigí a las hortalizas, aún era temprano y la mayoría del grupo aún no salía a sus actividades. En el camino me encontré a mi hijo quien se ofreció a acompañarme, lo cual me hizo extrañar, pues apenas ayer me había respingado lo de Shane, pero lo que no me cuadraba aún más era su manera extraña y sospechosa de hablarme, como si se debatiera en decir algo o no.
-Papá...-me llamó sin verme.

-hmm - respondí en cuclillas trabajando en la tierra.

-¿Sigues amando a mamá?-preguntó con total seriedad.

Su pregunta fue como un balde se agua helada cayendo sobre mi espalda, ¿Cómo diablos se le dice a un hijo que se ha ido al caño el amor entre sus padres? Tragué saliva y después de un breve suspiro me giré a verle.

-Creo que sabes perfectamente la respuesta... - solté sin más - como tu mismo me reprochas: "no eres idiota".

Mi pequeño agachó la mirada y con un leve tambaleo se puso de cuclillas al lado de mí, colocando sus brazos cruzados sobre sus rodillas mientras observaba lo que hacía en aquella trabajada tierra.

-Yo...-balbuceó - yo te ví ayer papá - dijo rápidamente a la par que cerraba sus ojos y fruncía la frente.

Un sentimiento de angustia y culpa se apoderó de cada rincón de mi cuerpo -¿Vió lo que le hice a Daryl?

-Te seguí un poco después de discutir...bueno, en realidad al que seguía era a Shane...- Comentó nervioso.

Mierda, mierda y más mierda!

-Lo ví papá... - levantó la mirada para clavarla en la mía - ví como lo asesinabas a sangre fría.

Su cara, joder, no podía verlo a la cara, no tenía la dignidad para hacerlo. Mis nervios estaban a flor de piel, sentí como las manos me temblaban y mi espina dorsal cosquilleaba a lo largo y ancho.

-¿Viste todo? - pregunté con la esperanza de una negativa, pues mi único consuelo sería que sólo haya visto cuando lo eché al bosque y no toda la masacre que su padre había sido capaz de realizar...

-Eso no importa - contestó a la par que desviaba su mirada de nuevo a la tierra. - sólo escucha, porque no pienso repetirlo, ni mucho menos responder nada.

Sus palabras comenzaron a inquietarme, pero por fin tomé el valor suficiente para fijar mis ojos en su rostro y darle la atención que éste me solicitaba.

-Seguí a Shane por lo menos 3 días, pero él siempre salía durante el día cuando todos estaban en guardia y cumpliendo con sus tareas diarias, así que nunca había tenido la oportunidad de... hacerlo. Pero entonces ayer cuando vi que salió en la noche supe que era la oportunidad perfecta, fuí a la celda de Daryl y robé una de las armas de Merle, estaba dispuesto a matarlo. Me escondí entre la maleza y cuando se dió la vuelta para regresar a la prisión le apunté con el arma y él cayó al suelo, pero... yo jamás disparé, y casi de inmediato te ví a ti apuñalarlo múltiples veces...

Carl detuvo sus palabras con un profundo suspiro. Y yo sólo quería que la tierra me tragara. -¿Qué diablos le estoy enseñando a mi hijo?

-Nos hemos cerrado las puertas del cielo... - agregó para después levantarse e irse a la prisión.

Mis ganas de hacer todo se reducieron a un nada, una sensación de asco me invadía el estómago, las últimas palabras de Carl fueron como una gran roca cayendo en mi cabeza. -¿Qué diabos he hecho?
Carl tenía razón, las puertas del cielo definitivamente estaban con llave para mí, pues no sólo fue lo de Shane (lo cual me seguía importando una mierda), sino lo cruel que fuí con Daryl, pero, se lo merecía ¿No? Pero entonces ¿por qué si ambos se lo merecían, sólo me siento terriblemente mal por lo que le hice a Daryl?
Mi mente era un jodido lío, aunque bueno, ultimamente eso ya no era novedad.
Ingresé a la prisión para encaminarme a mi celda y pretender dormir, porque simplemente no quería hacer, decir ni mucho menos escuchar nada, ya estaba demaciado fastidiado por mí mismo.
Estaba subiendo lentamente las escaleras cuando a la mitad de ellas una voz femenina me llamó.

In My VeinsWhere stories live. Discover now