Toxic | Toxic #1

xxxii

Amber's POV

Literalmente estaba que echaba humo por las orejas. En serio estaba molesta.

—Eres un idiota, Turner. ¿Qué te ocurre? ¿Estas demente? ¿Cómo se te ocurre acercarte así a la Marciana? ¿Qué acaso no piensas con ra...?

El chico tomó mi rostro entre sus manos y me callo con un beso. Puedo acostumbrarme a que me callen así.

—¿Lo ves? —escuche a mi angelita quejarse— el chico de Amberly si es tierno. Tu no. Me largo —siento como se levanta de una silla y se va dando pisotones y se va dando un puertazo.

—¡No! ¡Espera! —mi diablo se levanta y la persigue por donde ella fue y también cerró la puerta...

Alto. ¿Mis conciencias son pareja? ¿Por qué nadie me lo dijo antes?

Y bueno, así mis queridos amigos, es como mis conciencias me abandonaron para irse a besuquear. Iugh. Hasta en mi imaginación pasan cosas así.

Volviendo a Aaron. En cuanto nos separamos siguió con sus manos en mis mejillas y junto nuestras frentes.

—Amber, ¿en serio crees que después de tanto intentar que tu me prestaras atención la cagaría tan fácilmente? El hecho de que lo haya hecho es que ahora Marcie tiene un rastreador en su celular y ahora encontraremos a Ann más fácil.

Silencio. Los chicos a nuestro alrededor simplemente observaban. Jeremy con una mirada de odio y Aiden de dolor, pero sólo observaban...

Pero existen Grace y Nicole para arruinar estos románticos momentos.

—Awww... Que tierno —dijeron ambas poniendo ojitos de cordero.

—Mi chico no es tan idiota como pensé —lo abrace—. Bien, ¿y cómo veremos donde esta Marcie?

—Eso es trabajo de Aiden.

Aunque Aiden no lo demuestre, el chico es un cerebrito de primera. Si no fuera guapo sería un simple nerd.

—Yo le pedí a Aaron que colocara el rastreador donde supiera que Marcie llevaría, por lo que fue muy inteligente de su parte colocarlo en su celular. Del celular enviara una señal hasta mi laptop donde podremos localizar a Marcie le manera más rápida y eficiente —dijo eso con rapidez y sencillez y...

—¿Podrías repetir todo eso en español? —preguntamos todos nosotros a Aiden con cara de idiotas.

Suspiró derrotado.

—Vamos a mi laptop.

Y fuimos hacia la casa de playa otra vez. Primero nos detuvimos por comida, claro. Luego a la casa.

Aiden abrió la computadora y presionando teclas rápidamente abrió un mapa de diferentes tonos de azul de California.

—Esa pequeña macha roja a las afueras de Los Ángeles es Marcie —dijo apuntando la pantalla—, podemos seguirla pero... —se calló y observó algo en la pantalla.

—¿Qué? ¿¡Qué!? —explotó mi hermano.

—Los tonos de azul son las zonas del estado. Si son un azul claro, casi blanco, es que son muy accesibles. Como parques o restaurantes, cosas así. Pero si son azules profundos, casi negros...

Y ahí comprendimos. La mancha roja (Marcie) acababa de entrar al área más obscura a las afueras de Los Ángeles.

[...]

—Rojo.

—Azul.

—Rojo.

—Azul.

—¡ROJO!

—¡AZUL!

—¡AMARILLO!

Volteamos a ver a Grace, que es la que acaba de gritar amarillo.

En cuanto supimos la aproximada dirección partimos hacia ella, pero lo malo, es que había tres caminos diferentes que marca la mancha azul profundo, pero no sabemos cual tomó Marcie y había tres: uno con un letrero color rojo, otro de azul, y uno pequeño y descuidado de amarillo.

—¿Y cómo porque tendríamos que seguir el amarillo, Gracie? —preguntó Aiden con una sonrisa burlona. Se notaba a diez kilómetros que tenía una muy buena teoría sobré por que hay que seguir el camino rojo.

—Es el más descuidado, por lo que debe llevar a algún lugar como en las películas de terror... Además, la bruja buena dice que hay que seguir el camino amarillo —se cruza de brazos como si fuera a hacer un berrinche de un niño de cinco años.

Pensamos las probablidades... Mejor dicho, piensan las probabilidades. Yo me quedo pensando en Prettu Little Liars y quien podría ser A. ¿Qué? Ellos son los listos, yo tengo conciencias que se besuquean, no pueden esperar mucho de mi.

—Bien, iremos por el amarillo —suelta Aiden sacándome se mis pensamientos.

—Guau, eso fue más fácil de lo que creí —Grace sonríe y da pequeños brincos en el asiento—. Quiero chocolate.

—Luego te daré chocolate —dice mi hermano poniendo sus manos en sus hombros para calmar su imperatividad—. Vamos por Annie.

Estuvimos en carretera unas dos horas (ya que el camino estaba muy descuidado) y llegamos a un "pueblo fantasma" que tenia por nombre (lo leí en un destartalado cartel) Ravenford Hills.

—Ya, admitamoslo, este lugar es escalofriante —dijo Nicole dispuesta a lograr que Grace y mi hermano se hicieran pipi. Si, son el uno para el otro.

—Okay... ¿listos para la aventura de sus vidas? —pregunté. Todos asintieron.

Arrancaron el carro y entramos al pueblo.

Había muy poca gente, y esa poca gente que había parecía gris y siniestra.

Llegamos a motel de mala muerte. Lo supimos al ver a la recepcionista (una anciana rechoncha de pelo rojo) y la cual nos ''sugirió'' que nuestra vida iba a ser corta.

Este seria un largo día.

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Estoy decepcionada con la yo de hace años cuando escribí esto. Creo que es el capítulo más corto de toda la novela. Ni modo.

[Capitulo editado el 17/05/2020].