24

10.4K 744 29
                                    


Que le diera una orden... ¿En serio? Pensó entre sorprendida y apunto de soltar un mar de lágrimas, por verse nuevamente en aquella posición con Kénan.

Pues sería, que dejara de odiarla y empezara amarla solo un poquito.

Con aquel trocito pequeño, estaba segura que lograría ser más feliz, de lo que nunca había sido con él. Como lo había sido, mientras estaba en la cama con él.

Aunque más que ordenar, estaba segura que el mejor método, sería que Kénan fuera un genio de la lámpara. Pudiendo tener tres deseos, para probar tres vidas diferentes de vivir con él.

Pero siempre, con el Kénan que había conocido en su juventud.

Tal vez fuera, por haber estado pensando en soltar su amor al hombre, que sin darse cuenta, sus manos habían dejado de ser un puño cerrado, para deslizarse ligeras hacía los hombros anchos del hombre, quien subía con sus labios por su cuello hacía la barbilla, ajeno a su mente.

-¡No me jodáis, que después de tanto esfuerzo, no servirá de nada porque habéis decidido tontear tras esa maldita cortina! –Gruñó Enora sorprendida y enfadada.

Aquello, fue el cubo de agua fría que necesitaba para reaccionar de su derrota, derrumbe, sumisión, entrega o lo que diantres fuera, lo que estaba haciendo sin conciencia alguna.

Se puso en pie de sopetón con cierta vergüenza, por ser pillada en cierta situación embarazosa, mientras que apreció como Kénan, no. Él, sin embargo se incorporó con toda la tranquilidad del mundo y mostrando una sonrisa de gran Casanova.


Y tras él, junto a Enora, pudo observar a un hombre mayor con mono azul y mirada asombrada, sin dar credibilidad a la situación que estaba teniendo delante suyo. ¿Sería persona de confianza? Pensaba con el ceño fruncido, mientras se acercaba a los barrotes directa a su hermana.


-Tranquila -se le adelantó la joven chica-, es el padre de una amiga mía. Persona muy fiable -Se giró a mirar con sonrisa irónica al hombre-. Pero es comprensible su mirada, incluso yo aún la sigo poniendo ante la nueva utilización de éstas mazmorras.


-Lo divertido será ver como cambia a horror, si baja aquí tu madre -Soltó con gran burla Kénan, posicionándose al lado de su compañera de celda-. Ya le has informado, que se le ha girado el tornillo y que lleva en su bolsillo una pistola.


-¡Kénan! -Lo reprendieron las dos hermanas a la vez, intentando que su única salvación no saliera despavorido de allí.


-¡Qué! -Saltó con humor al tiempo que se alzaba de hombros-. Creo que mirando a todos los que estamos aquí y nuestra situación, es porque somos débiles ante tú madre.


-Y la tuya -Decidió atacar Jacqueline-. No te olvides de la tuya -Indicó con gran reproche y mirada entrecerrada.


-Sería mucho pedir -decidió interrumpir Paulette con tono iracundo-, que dejarais de perder el tiempo en memeces y lo emplearais, en ofrecerle espacio al hombre para que nos saque de aquí de una maldita vez.


Todos callaron, para mirar al hombre mayor con cierta disculpa y esperanza.


-Bien –carraspeó aún nervioso por lo que tenía delante-, supongo que queréis que os saque de esas celdas.


Deberes De Príncesa COMPLETAWhere stories live. Discover now