18

10K 839 59
                                    


-¡No!

Exclamaron a la vez, Enora y Harmonie sorprendiendo a todos por aquel desgarrador grito. Incluyendo a Kenan, que ahora observaba a las dos hermanas pequeñas con el ceño fruncido. Pues hasta la fecha, habían hecho todo lo posible porque ocurriera una cosa como aquella.

-¿Cómo que no?

Inquirió Emmanuelle, cruzando sus brazos por encima de la cintura, con aire enfadado al tiempo que golpeaba el suelo húmedo de piedra, con la punta de su pie derecho.

-Sigo indicando, que éste no es lugar para hablar –Soltó con tono derrotado Ramón, mirando un momento a su hija mayor, quien se hallaba callada y cabizbaja con los puños cerrados.

¡Pero nadie pareció prestarle atención!

-Mamá, no puedes obligar a Jacqui a ello –Peleó Enora.


Emmanuelle, miró un momento a sus pequeñas para seguidamente soltar una carcajada algo llena de sarcasmo.

-Por si no os habéis percatado –Alzó la ceja izquierda-, no se trata de una obligación –Se encogió de hombros soltando un suspiro-. Sino más bien, un hecho ya concluido.

Cogió aire con fuerza otra vez, para soltar un suspiro aún más profundo al ver como defendían las chicas a su hermana, sin llegar a comprender que era imposible. Dio los cuatro pasos que la separaban de Jacqui, para alargar el brazo y sujetarla con delicadeza por el codo, llamando así su atención quien alzó los ojos y la miró directamente.

-Se puede buscar alguna otra solución –Pidió Harmonie desesperada, mirando a todos con un comienzo de lágrimas.

Comenzaban a ver la derrota.

-Nunca os enseñé a esconderos –Recordó con tono seco su madre.

-¡Pero esto es diferente!

Volvió a implorar la chica, dando un paso al frente y comenzando a sentir algo de rabia, cuando veía a su hermana mayor quieta, sin mediar palabra alguna.

-¡Di algo! –Le exigió caminando otro paso hasta posicionarse delante de las dos, recibiendo así una mirada reprobadora de su madre-. No tienes que hacerle caso a mamá, se trata de tu vida.

Jacqueline, giró su rostro completamente blanco y serio para mirar a la más pequeña y romántica de las tres hermanas. Haciéndole entrega de una leve sonrisa, antes de mover de forma negativa su rostro.

-No hay nada que hacer –Intentó contener el temblor de sus labios-. Mamá tiene razón, ya es demasiado tarde.

Kenan, contuvo el aliento ante aquella afirmación absorbiendo lo que realmente significaba. Mientras que la joven, entrecerraba sus ojos aún más vidriosos no aceptando la derrota de su hermana mayor, ante la decisión de su futuro.

-¡No es verdad! –Gruñó con los puños cerrados y mirando entonces solo a su madre con mucho dolor-. Somos la familia real –Marcó con cierto tono pomposo-. Tenemos contactos y podemos mover ciertos hilos...

Su madre, no pudo aguantarse la carcajada ante la inocencia de su hija.

-Cariño, no somos de la mafia rusa...

Enora, la interrumpió al acercarse hasta su hermana melliza y pasarle un brazo tras la cintura.

-Quien lo diría, al encerrar aquí a Kenan bajo llave –Soltó algo puntillosa-. Estoy segura, que él también tiene algo que decir a todo esto.

Su madre, alzó la barbilla con una gran sonrisa pretenciosa en su mirada.

-Queridas, no comprendo ésta negación a que vuestra hermana emprenda una nueva vida en el santo matrimonio –Miró directamente a Enora, para guiñarle un ojo-. Piensa, que cuando vuelva de su luna de miel, podremos comenzar a organizar tu propia boda.

Deberes De Príncesa COMPLETAحيث تعيش القصص. اكتشف الآن