-Bueno, es que... –Se acercó a la oreja de Dylan para susurrarle algo haciendo que los mirara totalmente incrédula. ¿Y ahora compartían secretos en reunión?

-Muy bien hecho entonces, pipita. –La niña asintió chocando manos con su padre provocando que mi enfado aumentara más mientras que subía las escaleras.

Me había enfadado de verdad y sé que quizás sin motivo aparente, pero Elyssa me había sacado de quicio diciendo que el vestido era horroroso como si hubiera sido la cosa más fea del mundo cuando no lo era.



☼ DYLAN


Después de que Elyssa me contara en secreto el porqué no quería ni le gustaba el vestido que tanto había defendido Olivia y de que ésta se fuera al piso superior claramente enfadada, pasé un rato más tirado en el sofá viendo la televisión con mi hija. Alexander se había quedado dormido un poco antes de que su madre y hermana llegaran, por lo que no tenía que estar pendiente de él tan seguido como lo es cuando está despierto.

-Oye, papi... ¿Mamá se enfadó de verdad?

-Para nada, pipita. Estoy seguro que se le olvidó hacer algo en la habitación y por eso fue a buscarlo.

-Pero tenía cara de enfadada...

-Ya te dije que no, Ely. –Se encogió de hombros no muy convencida para seguir mirando la televisión. –Hiciste muy bien en no dejar que mamá se comprara ese vestido.

-¡Sí! –Dijo sin apartar la mirada del aparato electrónico.

Para sacaros de dudas, a Elyssa simplemente no le gustaba aquel vestido porque, según ella, a Olivia se le podrían ver los pechos si se movía mucho.

-Por cierto... ¿Cómo es eso de que te gusta Marc? –La niña abrió bien los ojos ante mi repentina, y para nada, inesperada pregunta. Hacia un tiempo ya que Olivia me había comentado algo y he de confesar que se me había olvidado por completo el tema.

-Y-yo...

-¿Te gusta Marc, Ely? –Volví a insistir mientras notaba como su cara se volvía roja por la vergüenza.

-¿Tú también te enfadarás?

-No, no estoy enfadado ni me enfadaré, pero esto no me gusta nada, Ely.

-Vale... Entonces dejaré que no me guste...

-Bien. Ahora vamos a la cama, pipita. –¿Qué? Como buen padre que soy, tenía que apartar a todos esos mujeriegos sin vergüenzas de mi hijita bonita. Sobre todo si era ese estúpido de mi amigo.

-¿Puedes decirle a mami que venga? –Preguntó una vez que habíamos llegado a su habitación.

-Lo haré, pero no sé si estará despierta... –La tapé hasta arriba antes de dejar un beso en su frente. –Hasta mañana.

-Adiós, papi. –Le di una última sonrisa antes de salir apagando la luz a mi paso y dirigirme ahora al cuarto de Alexander.



☼ OLIVIA


Me di la vuelta al sentir como la puerta se abría despacio a mi espalda. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que me había quedado dormida?

-Livvy... ¿Estás despierta?

-Ahora sí... –Susurré al igual que él. –Por fin llegas.

-Bueno, tardé más porque pasé por el cuarto de los niños para comprobar que estuvieran dormidos. –Dijo elevando un poco el tono de voz. –Por cierto, Elyssa dijo que fueras a verla si estabas despierta.

-Sí, claro. Ahora mismo voy...

-Oye. –Me regañó metiéndose debajo de las sabanas. –No hables así.

-No vengas a molestarme ahora, Dylan. Estaba tranquilita durmiendo.

-Y no te molesto, solo estoy haciendo de mensajero.

-Pues acuéstate a dormir, mensajero. –Volví a cerrar los ojos sintiendo sus brazos rodearme.

-Venga, Olivia. Que estás siempre de mal humor...

-Siempre no. –Hubo un corto silencio en el que ya pude imaginarme lo que iba a decirme.

-¿Y si estás...

-No.

-¿Pero por qué...

-Que no.

-Déjame acabar alguna frase. –Se quejó mientras que yo volvía a negar.

-No, no quiero que las acabes.

-¿Por qué?

-Pues porque no, Dylan. Deja de meterte esas cosas en la cabeza.

-Pero, Olivia. A lo mejor te pusiste celosa de Sofía y...

-Me bajó el periodo hace unas horas, ¿contento?

-Bff... Está bien. –Resopló dándose la vuelta hacia el otro extremo de la cama. –Buenas noches.

-Buenas noches. –La habitación se quedó en silencio por un corto tiempo.

-Oye...

-¿Ahora qué?

-Que si tienes el periodo... No podemos hacer...

-Esto es increíble, Dylan. –Me di la vuelta viendo su silueta en la penumbra de la noche. ¿Solo pensaba en sexo o qué?¿Eso es en lo único que piensas? ¿En serio?

-Yo solo digo que...

-Sí, sí. Eso es en lo único que piensas. –Afirmé volviendo a darme la vuelta para taparme casi hasta la cabeza y cerrar los ojos.

-Livvy...

-Estoy durmiendo.

-Pero, Olivia...

-¡Que estoy durmiendo! –Dije ahora un poco más alto para que se diera cuenta de que no quería seguir hablando.

-Está bien, está bien... Ya te dejo dormir. 

¿Me adoptas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora