Capítulo 11

33.1K 2.5K 32
                                    

~17 DE ENERO~



_________________________________________________________________________________DYLAN

Se me hace imposible pasar por Elyssa.

¿Puedes traerla tú?


Sí, no te preocupes.

_________________________________________________________________________________




Respondí dejando el móvil sobre la mesa. Ya me parecía extraño que Dylan no hubiera venido a por Elyssa...

-Vamos con tu papi, cariño. –Le puse la chaqueta y el gorro de lana a Elyssa antes de salir de casa para dirigirme a la de Dylan.

-¡Señora! Cuanto me alegro de verla. –Dijo Anna al abrirme la puerta cuando llegué.

-Hola, Anna. –Le di un corto abrazo antes de entrar a la casa. –¿Aún no ha llegado Dylan?

-No. –Respondió encogiéndose de hombros mientras que me invitaba a sentarme. –¿Quieres algo para tomar?

-Sí, un té estaría bien.

-Bien, ahora regreso. –Asentí para poner en el suelo a Ely para que jugara con sus juguetes antes de que el timbre de la puerta principal sonara asustándome.

-¡Yo voy, Anna! –Grité para que ésta me escuchara desde la cocina. La sorpresa fue enorme cuando abrí la puerta encontrándome con la asistenta social frente a mí.

-Señora Hoffman.

-H-hola...

-Ángela. Llámame Ángela. –Asentí saludándola nuevamente. –¿No me invitará a pasar?

-S-sí. Claro, pase. –Me hice a un lado para que Ángela pudiera entrar.

-Oh, pero que grande está esta niñita... –Cogió a Ely en brazos provocando que la niña comenzara a hacer pucheros.

-Mami...

-¡Y habla!

-Sí, ya sabe decir algunas cosas... –Se la quité de los brazos en cuanto comenzó a llorar. –No le gusta que la cojan desconocidos para ella.

-Entiendo, no te preocupes. –Sonrió sentándose en el sillón. –¿Y su marido?

-Bueno, él...

-Siento la tardanza. ¿Quién... –Anna se quedó prácticamente pálida y congelada en el lugar.

-Buenas tardes, señora Anna.

-B-buenas tardes... ¿Gusta algo de tomar?

-Un café, gracias. –Anna asintió aún aturdida antes de dirigirse hacia la cocina.

-Y... ¿A qué se debe esta visita sorpresa?

-¿Visita sorpresa? –Frunció el ceño. –Ayer me encontré con su marido y su cuñada y le avisé de que hoy pasaría a darme una vuelta.¿Mi cuñada? ¿Acaso Lizzie se había quedado estos días aquí? ¿No estaba enterada?

-Sí, claro que sí. Solo lo había olvidado... –Sonreí algo nerviosa. Espero que no se dé cuenta de que ya no vivo aquí...

La puerta principal se abrió de repente y por ella entró Dylan con bolsas de supermercado en las manos. Al vernos, sonrió como si nada.

-Hola. –Caminó hacia mí para rozar sus labios con los míos dejándome sorprendida antes de dejar un beso en la cabecita de Ely. –Perdón por la tardanza. Había cola en el supermercado.

-No sé preocupe, señor Hoffman. –Dylan asintió para caminar hacia la cocina antes de salir sin las bolsas en las manos y con la taza de café para entregársela a Ángela.

-¡Papi!

-Ven aquí. –Dylan cogió a Elyssa para sentarla en su regazo. –Me alegra que haya venido, Ángela.

-No podía rechazar su oferta, señor Hoffman. Y me alegra ver que la niña les tomó cariño enseguida.

-Sí, es un sol. –Dije agarrando la mano de Elyssa.

-Ya veo... También quiero decirles que me alegró saber que os casasteis.

-De no ser así, no podíamos terminar con la adopción. –Respondió ahora Dylan uniendo su mano con la mía. Justo en la que tenía el anillo de bodas.

-La boda nunca está de más, señores Hoffman.Si ella supiera que nos estábamos divorciando... Bueno, ahora me gustaría hacerles algunas preguntas. Si no les importa...

-Claro.

-Empecemos con la primera. ¿Cuándo...


☼☼☼


-Hasta luego. –Dijimos a la vez despidiendo a la asistenta social. ¡Por fin se había ido!

-Te odio. –Dije una vez que había cerrado la puerta. –¿Cómo no fuiste capaz de decirme que venía hoy?

-Si te lo decía, no tenía gracia. –Sonrió divertido mientras se sentaba en el sillón junto a Elyssa.

-Agg... ¡Eres un insensato!

-¡Insato! –Dylan estalló en carcajadas cuando Elyssa intentó repetirme.

-Eso no se dice, pequeña.

-¿Insato?

-Ely... –La reprendí provocando que ella comenzara a reír a la vez que su padre. –Tú no te rías.

-No puedes negar que es gracioso. Su primera "palabrota".

-Dylan. –Resoplé sentándome a su lado. –Ahora en serio, debiste haberme avisado antes.

-Lo sé. Perdón... –Asentí dándome cuenta de que Ely comenzaba a bostezar.

-Creo que tiene sueño. Iré a llevarla a la cama.

-Está bien. Buenas noches, pipita. –Besó su mejilla antes de pasármela con cuidado. Por suerte, Anna ya le había dado de comer mientras nosotros hablábamos con Ángela.

Subí las escaleras para dirigirme a su cuarto para ponerle el pijama antes de dejarla acurrucada en su cama.

-Dulces sueños, princesa. –Besé su frente antes de bajar las escaleras escuchando voces provenientes del salón. –¿Ángela?

-Siento mucho tener que molestaros, pero mi coche se averió y no podré irme a casa.

-Yo ya dije que podría llevarla y se negó. –Dijo rápidamente Dylan en cuanto lo miré mal.

-No me gustaría volver a mi casa sin mi preciado coche. –Sonrió disculpándose.

-Entonces... ¿Se quedará aquí?

-Sí, ya mandé a Anna a preparar la habitación de invitados. –Asentí sin saber que decir.

Genial, y ahora tendría que pasar la noche aquí también.

¿Me adoptas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora