Capítulo 22

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~5 DE ABRIL~


-Ya queda menos para tu cumple...

-Sí. –Dije sonriéndole a Dylan.

-¿Y qué quieres?

-Nada, con unas felicitaciones me basta. –Dylan comenzó a negar con la cabeza efusivas veces.

-Haremos una fiesta como la de Ely.

-Pero no quiero que...

-Que sí, Olivia. –Suspiré resignada ante su convencimiento.



~14 DE ABRIL~


-Ya te dije que no quiero nada.

-Pero ya sabes que eso no va a pasar. –Me rebatió divertido.

-Dylan.

-Es la verdad, Olivia. No puedo dejar a mi novia sin regalo de cumpleaños. –Rodé los ojos mientras que terminaba de preparar los cafés. –Gracias. –Cogió una de las tazas que le ofrecía para llevársela a la boca. –Mmm... Me encanta que Anna te haya enseñado a hacer este café.

-Es café normal, Dylan.

-No todos tienen ese toque a vainilla. –Me guiñó un ojo antes de mirar hacia los lados comprobando que no había nadie en la sala de descanso para dejar un rápido beso en mis labios.

-No hagas eso aquí.

-¿Por qué? Eres mi novia.

-Sí, pero te dije que...

-En la empresa somos amigos, lo sé. –Rodó los ojos levantándose de la butaca en la que se había sentado. –Iré a mi despacho. Sabes que puedes ir cuando quieras. –Resoplé ante su actitud malhumorada. ¿Por qué tiene que ponerse así? No es como si yo hubiera establecido las reglas de la empresa y no quisiese que los demás sepan que estamos juntos, pero algunos compañeros de trabajo lo verían mal y no me apetecería por nada del mundo ser el centro de atención en una empresa tan grande como lo es ésta.

-Olivia.

-¡Oh! Hola Sean. –Le sonreí mientras que él caminaba hasta la máquina del café.

-¿Qué tal el día? –Preguntamos los dos a la vez antes de echarnos a reír.

-Tú primero. –Asentí con la cabeza riendo.

-Bien, bien. ¿El tuyo?

-Bien también. –Sonrió antes de abrazarme.

-¿Y esto?

-Todavía no te he agradecido por lo que hiciste.

-¿Y que se supone que hice? –Pregunté más que confundida. No tenía ni idea de a que se refería.

-Convencer al jefe para que no me echara. Era lo que iba a hacer...

-Ah, no tienes porque darlas, Sean. Hice lo que cualquier otra persona haría.

-Claro que sí. Por eso estaba pensando que quizás... ¿Te apetece esta noche acompañarme a cenar? –Fruncí el ceño.

-Gracias, pero hoy no puedo... –Murmuré recordando que hoy Elyssa se quedaba a dormir en casa.

¿Me adoptas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora