Capítulo 47

19.9K 1.3K 76
                                    

~22 DE ABRIL~


-Gracias por todo esto.

-Sabes que siempre lo hago... –Sonreí de oreja a oreja para volver a besarlo. –Te quiero.

-Y yo a ti.

-Bueno, bueno, ya. Que me pongo celosa... –Comentó Sofía mirándonos mal. –¡Ya quiero que mi novio venga! ¡Maxi!

-Shh... No grites, Sofía. No son horas... –La reprendió Dylan como si de Elyssa se tratara. –Además, lo dices como si Max se hubiera ido a la otra punta del mundo cuando está en el piso de arriba.

-Calla, calla... –Dylan rodó los ojos mientras que yo volví la vista hacia la piscina llena de pétalos.

Sí, ¡hoy era mi cumpleaños! Y como todos los años, Dylan me había organizado una maravillosa fiesta en la que ya solo quedábamos Max, Sofía, los niños, que dormían en el piso de arriba, y nosotros dos.

-Ya estoy. ¿De qué hablaban?

-¡Amor! –Sofía se tiró a sus brazos encantada. –Quiero que me beses apasionadamente como lo hace Dylan.

-¿Perdón? –Preguntó Max levantando una ceja provocando la risa de su novia.

-Eso sonó mal. Me refería a que Dylan besa a Olivia apasionadamente.

-Ah, bueno. Eso es otra cosa... –Todos reímos en la sala terminando de recoger algunas cosas que aún quedaban en el jardín trasero antes de entrar. –¿Oliver se queda esta noche aquí, entonces?

-Sí, mañana lo llevo a vuestra casa. No te preocupes.

-¡Perfecto! ¡Tenemos noche libre! –Gritó Sofía más que entusiasmada. –Tenemos que irnos ahora. ¡Hasta luego, chicos!

-Adiós, Sofía. –Abracé a mi amiga divertida. –Adiós, Max. –Los despedimos en la puerta de entrada antes de activar la alarmo y volver a nuestra habitación en silencio.

-¿Sabes? Nosotros no tenemos la noche libre, pero los niños duermen...

-En la habitación de enfrente. –Terminé por él por si se le había olvidado ese pequeño detalle.

-Pero están dormidos... –Sonrió pícaramente antes de tumbarme en la cama tras quitarme el vestido por la cabeza.

-Mañana hay que madrugar, Dylan...

-Lo sé, pero no creo que el jefe nos diga nada... –Reí echando la cabeza hacia atrás.

-Seguro que no... –Recorrió mi cuerpo con su mirada deteniéndose en mi abdomen provocando que me removiera incómoda. –Quítate...

-¿Por qué?

-Ya no quiero estar así, Dylan. –Caminé hacia el armario en busca del pijama para ponérmelo rápidamente.

-Oye, Livvy...

-¡No! No quiero oír cómo me pides disculpas por insinuarme que he engordado.

-Yo no te iba a...

-¡Claro que sí! Lo estabas pensando, y lo sabes. –Desarmé mi lugar de la cama para acostarme. –Apaga la luz cuando te acuestes.

-Olivia...

-Hasta mañana. –Lo oí suspirar mientras que yo cerraba los ojos queriendo dormirme rápido.

¿Me adoptas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora