Capítulo 19

35.6K 2K 123
                                    

~22 DE MARZO~


-Te quiero. –Susurró en mi oído haciéndome sonreír. Me acurruqué más contra él para que me diera calor.

-Tengo frío...

-Espera, voy a buscar tu vestido. –Asentí. Dejó un beso en mi cabeza antes de levantarse de la cama para salir de la habitación. Por mi parte, me senté en el cómodo colchón dándome cuenta de que la camisa que llevaba Dylan la noche anterior estaba a los pies de la cama.

Me la puse y abroché los botones para volver a acostarme.

-¡Por casi ni lo encuentro! –Volvió gritando Dylan con mi vestido en las manos.

-¿Dónde estaba?

-En el... –Calló al percatarse de que ya me había vestido con su camisa. –Vaya, veo que ya no te hace falta. –Asentí sonriendo inocentemente. Sí, estábamos en ropa interior, y no, no nos habíamos acostado. –Bueno, lo dejo por aquí, de todas formas. –Dejó el vestido sobre la silla que había junto a la puerta antes de volver a mi lado.

-¿Qué tienes planeado hacer hoy?

-¿Quedarnos en la cama? –Levanté una ceja incrédula haciéndolo reír. –No lo sé, Livvy. Ya se nos ocurrirá algo...

-Bien, por ahora estoy muy cómoda tapadita aquí... –Me pegué a él haciendo que me rodeara con sus brazos para abrazarme como había deseado.

-Anna iba a preparar el desayuno para que ahora bajásemos a comérnoslo.

-¿Aún no se ha ido? –Pregunté un tanto sorprendida. Y yo que pensaba que estábamos solos en la casa ya...

-No, insistió en preparar el desayuno. –Respondió encogiéndose de hombros sabiendo que, lo más probable, cuando a Anna se le metía algo en la cabeza, nadie podía ganarla a testaruda.

Suspiré depositando un beso en su torso desnudo. Esta semana era Semana Santa y no teníamos que ir a trabajar, por lo que, Anna no tenia porque estar aquí todavía.

-¿Te digo la verdad?

-¿De qué? –Pregunté saliendo de mis pensamientos para mirarlo.

-Anna fue la que recogió tu vestido y mi ropa. –Mis mejillas se tiñeron de rojo al instante.

-¿E-estuvo aquí toda la noche?

-No, pero lo hizo cuando llegó. Incluso creyó que habían entrado a robar. –Dylan rió, pero yo no pude hacerlo. Vale que no mantuviéramos relaciones sexuales, pero eso no significaba que no hiciéramos otras cosas...

Porque sí, anoche al llegar a su casa, se nos fue un poco de las manos y no supimos mantener la compostura hasta llegar al dormitorio. ¿Pero quién podría culparnos? Las ganas que teníamos el uno por la otra eran inmensas, incluso podría decir desesperadas a pesar de que finalmente habíamos sido conscientes y habíamos decidido esperar unos días más para consumir nuestro fuego interior.

Aunque no habíamos podido resistirnos a tocarnos mutuamente y acariciar el cuerpo del otro explorándose por primera vez. Tampoco había sido capaz de evitar mis gemidos y suspiros constantes que Dylan me provocaba y que yo hacía a libre albedrio tras pensar que estábamos solos en casa, pero de solo imaginar que alguien, o mejor dicho, Anna nos podía haber escuchado...

-Tranquila, Livvy.

-Dios, qué vergüenza. –Dylan rió más fuerte haciendo que notara como su pecho vibraba. –Deja de reírte, Dyl... Para mí eso no es nada gracioso.

¿Me adoptas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora