Siempre [Blair & Eugene]

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N/A: Bueno, este es el primer extra, ya lo había escrito hace mucho y seguro muchos de ustedes lo leyeron en la secuela, pero bueno, será borrado de allí junto con los demás.

Para los que no lo han leído, está ubicado cinco años después de la primera historia (si quieren saber más, lean Escapando de la Popularidad en mi perfil ;)

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Eugene se acomodó la corbata una vez más y suspiró mientras bajaba de su camioneta y se dirigía a la puerta de la casa Rain. Blair lo había estado esperando, le había prohibido acercarse a ayudarla porque quería que todo saliera perfecto y no quería que Eugene interfiriera, sabía que no era muy buen organizador y últimamente estaba más irritante que nunca, así que había sido un acuerdo mutuo; él no se aparecía y ella se mantenía feliz y controladora. Ella misma había escogido su ropa y le había dado una idea de cómo quería que se peinara, para Eugene estaba bien, siempre le había gustado el afán de Blair por explotar su atractivo como ella decía.

Una Blair totalmente alterada abrió la puerta, él sonrió para ella esperando que esa arruga en su ceño fruncido se alisase y le devolviese la sonrisa con esos apetecibles labios pintados de carmín, pero parecía casi imposible. Para su sorpresa, Blair abrió los brazos y saltó sobre él en un abrazo afectivo, Eugene la recibió encantado de la vida, apretándola contra él, con extra cuidado, todos sus movimientos en adelante era sumamente cuidadosos. Blair puso sus manos alrededor de su cuello y le besó chocando sus labios contra los de él bruscamente, ella pareció relajarse completamente entonces, sus hombros se relajaron, ella sonrió mientras lo besaba lentamente y él sujetaba su cintura con cuidado.

—Comenzaba a extrañarte, Eugene —ella sonrió contra su boca—. Sé que dije que no quería verte esta mañana pero si no te veo es mucho peor —Blair restregó su nariz contra la de él en un precioso y romántico beso de esquimal—. Te amo tanto.

—Estos cambios de humor me preocupan —susurró Eugene—, pero estoy feliz de escuchar eso, cariño, también te amo —él le devolvió el beso con la misma ansiedad—. ¿Tienes unos quince minutos? Necesito mostrarle algo, será rápido, lo prometo —él la miró a los ojos, suplicando—. Por favor, Blair.

—Bueno... —ella suspiró, levanto su muñeca para ver la hora en el reloj—. Son las seis, todos deberían estar aquí a las siete y media... ¿qué es tan importante? —ella preguntó y le dio otro beso, esta vez en la línea de su mandíbula.

—Necesito mostrarte algo —él sonrió—. Un regalo de compromiso.

Blair abrió los ojos con emoción y dio un pequeño respingo echándole de nuevo los brazos al cuello.

—Ya estoy emocionada —ella se mordió el labio, luego pasó su lengua sobre este tratando de ocular sus ganas de volverlo a besar—. Estoy usando el anillo —ella le enseñó su mano, el anillo de diamantes que Eugene le había dado solo un mes antes de que descubrieran al pequeño en su vientre rebosaba en su mano preciosa y delicadamente, Eugene tomó su mano y le besó los nudillos uno por uno.

—Precioso —le dijo antes de empujarla hacia la camioneta con cuidado, Blair lo miró frunciendo el ceño, él le guiñó el ojo—. Cálmate, es aquí cerca, cariño, de hecho, podemos ir caminando pero es mucho más rápido si vamos en la camioneta.

—Está bien —Blair asintió.

Como siempre, Eugene la ayudó a subir a la camioneta, él dio la vuelta y la abordó por el otro lado. Condujo como por cinco minutos hasta que llegaron a la cuadra contigua a la suya en su vecindario, Eugene nunca pasaba por ahí, pero esa vez se detuvo frente a una casa que Blair nunca antes había visto. Parecía que nadie vivía allí porque al bajarse sin decir nada y guiarla hasta el porche frontal Blair pudo percibir que no había ese sentimiento que siempre estaba allí cuando una familia llenaba una casa. Ella sonrió, le pareció un hermoso lugar, pero no dijo nada hasta que Eugene hubo abierto la puerta con un manojo de llaves que traía en su bolsillo. Blair miró alrededor, le pareció una casa encantadora; la luz entraba por los grandes ventanales laterales y las paredes estaban pintadas de un suave color blanco, la mueblería era sencilla pero delicada y ella tenía razón en sus especulaciones, no había nadie viviendo ahí.

Los Rain [Extras de LVDDLP 1 & 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora