Un mal día.

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Su mirada se iba eventualmente del cronómetro de su móvil al lápiz y papel frente a sí, una y otra vez. Faltaba todavía bastante tiempo y Taekwoon ya había escrito más de media página como "resumen" de la lectura que había tomado.

-Treinta segundos. –Comentó habiendo pasado algunos minutos más, carraspeando la garganta de manera nerviosa cuando recibió una mirada asesina por parte de su hyung.

Prefirió quedarse callado, recargando su frente en la orilla de la cama y viendo hacia abajo, donde tenía el móvil con los números avanzando en cuenta regresiva hasta marcar el cero. Fue cuando levantó la cabeza y se encontró con la hoja escrita a su alcance además del mayor dándole la espalda buscando evitarlo; tomó el escrito sin dejar de verle el cabello, la espalda, suspirando algo resignado antes de prestarle atención al resumen frente a sus ojos, comenzando a calificar y puntuar ligeros errores que podía corregir con facilidad.

-Es bastante bueno...

-¿En verdad? –Se giró un poco para verle, apoyando su codo derecho en la cama para después recargar su sien en la mano.

-Sí~ pero tiene algunos detalles.

-Entonces no fue bastante bueno.

-Para mí lo es. –Se acercó un poco a él, haciéndolo al arrastrar su trasero por el piso siendo ayudado con sus pies, para demostrarle mediante el papel aquellas marcas que apuntó encima. –Mira... Aquí... Y acá... Todos estos círculos, es algo repetitivo e innecesario, cuando hablas del sujeto por primera vez y se mantiene hablando de lo mismo, no hay por qué especificarlo en cada línea.

-Entiendo. –Comentó haciendo anotación de eso en su libreta al mismo tiempo que asentía con su cabeza.

-... En verdad te felicito, hyung... Has mejorado mucho y eso que apenas inició hoy la tercer semana. –Trató de animar aquél ambiente, regalándole una sonrisa la cual apenas y fue vista de reojo.

-Pues estás aquí todos los días, es obvio. –Mencionó sin gracia alguna, creando como reacción en el menor que esa sonrisa se esfumara por completo. Por un momento llegó a sentirse mal por eso, sin embargo tampoco buscó remediarlo. –Iré a la cocina ¿Gustas algo?

-... Agua estará bien, gracias. –Respondió sin tantos ánimos, solo asintiendo un par de veces con la cabeza antes de volver a las hojas de papel y fingir ocuparse con algo hasta que el mayor saliera de la habitación.

Hyuk por algunos segundos se quedó ahí, sentado en el piso mirando a la cama sin enfoque alguno, carraspeando su garganta para luego hacer algún pequeño apunte como tarea y así poder retirarse con alguna excusa vaga. Guardó las cosas en su mochila, salió de la habitación caminando a la puerta principal no sin antes asomarse a la cocina para despedirse del mayor de la manera más atenta posible, sin querer escucharse grosero.

-Hh... Hyung... Lamento irme antes, me han llamado y debo estar en casa.

-Ah... ¿No vendrán por ti hoy?

-No. –Cierto, que olvidaba que su padre siempre pasaba a recogerlo a aquella casa en la camioneta familiar, suspirando un momento. –He dejado unos apuntes, para que puedas estudiarlos.

-Seguro.

-Hasta el lunes.

-¿No vendrás mañana?

-No voy a poder, lo lamento... Igual puedes descansar un poco de mí, ¿eh? –Soltó una risa ligera y forzada, evitando verlo y tomar una de las correas de su mochila, jugando con ésta de manera torpe. –Bueno, adiós.

Lo último que vio el mayor fue su mano al aire a manera de despedida así como la torpeza con que abría y cerraba la puerta para irse. Suspiró ligeramente manteniéndose pensativo, probablemente se había pasado de grosero y no era su culpa, no era culpa de nadie a decir verdad pero una parte de su orgullo no le permitía aceptar tener a un chico de 12 años enseñándole.

El Examen FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora