La cita imprevista

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Por primera vez Lionel Scaloni se mostraba nervioso al observar a un estudiante y aunque deseaba evitarlo con todo su ser, sabía que su cuerpo se negaría a ese momento que compartiría con el joven omega de cabellos rizados. Estaban sentados juntos en el estadio Arechi, conversando de cosas triviales bajo la atenta mirada de Sousa y amigos del joven mexicano. – ¿Quién es su sobrino? – preguntó curioso Ochoa y el argentino solo contemplaba aquella bonita sonrisa, podía jurar que sus ojos brillaban y esos labios le alteraban todo su ser que bajo su mirada para disimular un poco.

– Aun no sale, debe estar en los vestidores... – fue lo único que pudo responderle en aquel momento hasta que Piatek se levantó junto con Ochoa para ir por algo de beber, agradeciendo un momento a solas con Sousa que no lo dejaba de mirar divertido. Scaloni se mostraba con un poco de culpa por tener aquellos pensamientos hacia un joven omega ¡Le doblaba la edad! ¿Qué rayos le pasaba?

– ¿Todo bien, tío? – preguntó el joven portero que se había acercado de forma sigilosa, quería brindarle una sorpresa después de un largo tiempo sin verse. Lionel se levantó emocionado para abrazar a su cachorro con fuerza mientras reía feliz – ¡También me alegra verte! Estoy feliz que hayas podido venir a verme, tío... – expresó divertido hasta que ambos se separaron un poco. Piatek llegó con riéndose un poco captando la atención de ambos argentinos.

– No me perdería tu debut por nada, aproveché para traer a unos estudiantes como premio. Ya sabes como soy – Le respondió de forma tranquila, tratando de calmar a su mente que al sentir el aroma de Guillermo empezaba alterarlo un poco y para Emiliano Martinez aquello no paso desapercibido, sonrió un poco de forma disimulada hasta que el entrenador le solicitó empezar a calentar para el partido.

El partido fue interesante y Guillermo lo celebraba de la misma forma que en México, gritando por los goles, atajadas o alguna falta. Provocando ternura en Scaloni que disfrutaba de esa faceta y fue ahí donde se preguntó ¿Cómo es que ese chico llamado, Lionel Messi no estaba feliz a su lado? Recordó ese día donde fue testigo de la parte frágil del rizado y esas palabras punzocortantes que recibió.

"Li...Lio... de...déjame ir por tu desayuno ¿Sí? Es lo que hacen los omegas por sus alfas... quiero ser un buen omega para ti, querré a tu hijo como mío y si no quieres más cachorros no importa ¡Te haré muy feliz cariño! Me conformó en ser tu amante, por favor... pero no me vuelvas a dejar..."

"¡Puedo llevar tu marca y ser tu secreto...! Pero por favor alfa, no me dejes"

"Ya entendí que soy para ti... soy tu puta personal ¿Cierto? El omega fácil que nadie quiere para algo serio o para tener una familia"

Ni siquiera se percató de que el partido se había terminado hasta que su amigo tocó su hombro sacándolo de su ensoñación, solo sonrió un poco y acompañó a los estudiantes hasta la salida del estadio. Sousa solo era un observador del modo pensativo de Scaloni que aprovechó la oportunidad cuando ambos se quedaron a solas, para hablar con él – ¿Todo bien? Te he notado muy callado... – preguntó preocupado.

– Sí, solo pensaba. Es todo... – respondió algo incómodo hasta sintió como Ochoa tomaba su brazo para llevarlo hasta una pequeña tienda de recuerdos tomándolo por sorpresa unos segundos hasta que sonrió. Sousa solo soltó un suspiro al notar la pequeña culpa que cargaba el argentino – Sientes asco de ti mismo... ¿Cierto? No deberías, no está mal... tienes buenas intenciones Lío. – se dijo así mismo.

Emiliano se había acercado hasta el portugués preguntando por su tío y con una seña le señaló donde se encontraba, sonriente por la compañía que tenía – Oh... ¿Acaso son... ya sabes? – preguntó curioso y Sousa negó con la cabeza hasta que una idea llegó al joven alfa – Vámonos... dejémoslos solos y si nos reclaman, fingimos demencia – comentó Martinez y poco a poco se fueron retirando de ahí.

Deja de hacer llorar a mi corazónWhere stories live. Discover now