Empezando con el secreto

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Todo empezó con aquella propuesta de Ronaldo; era una noche fría y la lluvia azotaba las ventanas del colegio junto con algunos relámpagos, como si la propia madre naturaleza estuviera en contra de ellos. Guillermo no esperaba encontrar a Ronaldo en su habitación sentado en su cama de manera provocativa, con aquel diminuto bóxer negro que se ajustaba en sus muslos, soltó un suspiro largo tratando de contenerse.

— ¿Qué haces aquí Cris...?— Expresó en un tono lleno de sorpresa, poco a poco se iba adentrando en su propia habitación dejando en una silla su chaqueta.

— ¿Enserio? Es más que obvio — Mencionó mientras mordía su labio inferior con una sonrisa coqueta provocando un ligero nerviosismo en Guillermo.

Empezó a caminar hacia a él y no dudó en besarlo sin importar que Ronaldo tuviera pareja. Los besos se convirtieron en acaricias excitantes para ambos, las manos del mexicano jugaban con el borde de aquella única prenda que cargaba el portugués y solamente se alejó para quitarse su camisa, saboreando el olor del lubricante natural de su mejor amigo, se encontraba sin camisa hasta que sin esperarlo, Messi entró sin permiso tomando por sorpresa a ambos aunque por un momento Guillermo y Messi se quedaron en silencio al escuchar el pedido de Cristiano Ronaldo.

— Hey, par de bonitos...  quiero que tenga sexo frente a mí — expresó en un tono cargado de lujuria.

— ¿Es broma? — Comentó Guillermo.

Y Lionel Messi no iba a desperdiciar aquella oportunidad de oro.

— Suena muy excitante... será un placer complacer a mi chico — Al finalizar aquellas palabras, no dudó en besar a Guillermo de una manera suave y cariñosa convirtiéndolo en uno apasionado.

Messi empezó a tocar a Guillermo de una manera sensual, sus manos acariciaban los costados de ese cuerpo bien trabajando sin separarse, comprobando que aquellos labios rosados del omega, era ya su nueva droga y para Ronaldo eso fue inofensivo.

Malas decisiones para los tres.

El argentino y mexicano se tocaban de una manera especial, cargando más cariño que lujuria, se transmitían todo lo que no podían decirse por miedo, nervios y temor. Messi por primera vez estaba haciendo el amor, aquellas embestidas estaban cargados con delicadeza y juraba que estaba sintiendo el cielo entre sus piernas. Su falo entraba y salía con intensidad siendo bañado con aquel delicioso lubricante, la habitación estaba lleno de gemido de ellos dos y sin pensarlo, tomo ambas manos de Guillermo para colocarlo a los lados de su cabeza y apoyarse en ellas; por otro lado Memo aferraba sus piernas en las caderas del alfa, tocaba aquel punto sensible que le hacía gritar como si estuviera en celó y esos besos bajaban por su cuello, lamiendo su glándula omega.

Hasta qué Ronaldo jalo a Messi justamente segundos antes del clímax. No le había gustado como ambos se miraban a los ojos, tampoco como su alfa lo follaba.

Con delicadeza

Con amor

Con cariño

Y besándolo, llenándolo de mimos

Y de cómo no se alejaba del cuello de su mejor amigo.

Ambos gruñeron un poco y Guillermo prefirió marcharse a cualquier lugar, a pesar de ser su propia habitación no eran ojete para poder sacarlos desnudos.

Se fue creyendo que Lionel estaba follando a Ronaldo. Aunque la verdad era otra, el argentino se fue sin siquiera dirigirle la palabra a su pareja, estaba frustrado en ese momento.

Después de aquella noche los encuentros clandestinos se dieron lugar en los aposentos de Guillermo, otras noches era en la habitación de Lionel, quería tener su olor marcado en sus almohadas; cada beso que se daban, cada acaricia y sonrisa que se dedicaban los mataba a ambos sin darse cuenta.

Ambos compartían miradas cargadas de deseo, sonrisas llenas de complicidad pero tras todo eso alguien se daba cuenta pero no deseaba aceptar esa realidad, Ronaldo pensaba que era su propia imaginación traicionándolo, se negaba ver todas esas señales para que su felicidad siguiera intacta.

Tener una felicidad falsa es peor que la muerte.

Se suponía que Lionel era su destinado... aunque notar el brillo en los ojos de su novio le hacía creer que su destinado era otro.

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Guillermo mordía al almohada de Lionel al sentir como tomaba sus caderas con fuerza y lo embestía intensamente, sus piernas temblaban ante los múltiples orgasmos que estaba sintiendo, sus muslo estaban húmedos entre sus propia lubricante y semen de Lionel Messi.

Lio...pulga... estoy por.. venirme... —

Messi pegó su pecho a la espalda de su omega, abrazándolo por las cintura y besando sus hombros hasta dejó un leve marca. Unas estocadas después tiró su semilla dentro de Guillermo, provocando que el Omega pegara más sus nalgas a la pelvis de Messi — ¿Puedo dejar mi nudo? — preguntó un poco tímido el argentino.

Aquello sorprendió a Memo, sonrió un poco — Si Lio... si — Y Messi no podía estar más feliz, su lobo interno consentía con besos al omega que estaba apenado pero feliz.

Ambos reían y platicaban de cualquier cosa en lo que el nudo del alfa bajaba hasta que ambos cayeron dormidos.

Felices por esos momento.

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