Kim Jongin o Kai es un joven de 20 años que estudia música en la Universidad de Seúl, él no cree en el amor después de que su ex-novia lo engañó, sin embargo el mejor amigo de su hermano le gusta, ¿será sólo atracción o algo más?
En está historia se...
Era una mañana tranquila de un sábado. El sol tenía una hora de haber salido y ahora se colaba por las ventanas de una casa lo suficientemente grande para albergar una familia de tres miembros.
Los pájaros cantaban y el ruido de carros inundaban el lugar, pero en la habitación principal, aquella que usaba la pareja, todo eso no tenía importancia.
-¡Ahh~!- Tao se retorcía de placer bajo el cuerpo de Yifan, quien se encargaba de repartir besos en todo su pecho, prestando mayor atención a sus pezones.
-Guarda silencio pandita, no queremos que nuestra princesa despierte- dijo Kris con burla masajeando la erección de su esposo.
-Tu tienes la culpa... ¡Mngh!- Tao cubrió con una de sus manos su boca, mientras la otra la posó sobre la cabeza del mayor jalando débilmente su cabello cuando un dedo contrario rozó su entrada.
-Me encanta cómo te sonrojas y tu cara se llena de lujuria cuando hago esto- Kris se excitó más al ver cómo Tao se retorció al momento de ingresar dos dedos lubricados de golpe en su entrada, aguantando sus gemidos. Procediendo a dejar más besos en sus muslos y manteniendo un ritmo lento en el miembro del menor.
Después de prepararlo bien, Kris untó más lubricante en su miembro, posicionándose entre las piernas de Tao, de forma que su glande rosaba con su entrada.
-Kris... Te necesito... Por favor- Tao suplicó entre suspiros, aferrándose a la ancha espalda de su esposo y dejando besos por su cuello. Sólo eso bastó para que el mayor perdiera un poco el control y lo penetrara de un sólo golpe, dando de lleno en su próstata.
El ritmo al principio fue lento, pero aumentó conforme el orgasmo de ambos se acercaba. Los besos que se daban era profundos, recorriendo cada parte de la cavidad contraria, como un medio de acallar un poco sus gemidos.
Cuando Yifan sintió que las paredes alrededor de su miembro se apretaban más, supo que el final estaba cerca, por lo que empezó a masturbar el miembro de su esposo de forma frenética, pues a él tampoco le faltaba mucho para culminar.
Dos, tres, cinco, diez estocadas más y ambos se corrieron al unísono, en un fuerte gemido que ya no pudieron reprimir, diciendo el nombre contrario ante el placer experimentando.
-Si nuestra hija viene como la otra vez, te aseguro que te dejo sin sexo un mes. ¿Entendiste Yifan?- Tao amenazó a su esposo levantándose de su cama una vez que sus respiraciones se calmaron, para ir a la ducha y sacarse el olor a sexo.
-Sí, sí. ¿Que tal una segunda ronda en la ducha?- Tao rodó los ojos por la propuesta de su esposo.
-Ducha juntos, sí. Pero si intentas algo más no dudaré en usar mi wishu.- Kris asintió, pues no quería ser golpeado por su esposo. Así que lo guió hasta el baño, para que lavaran sus cuerpos.
Kris y Tao tenían ocho años de casados, y un año después su pequeña hija, Boxuan, llegó a sus vidas. Actualmente ellos vivían en China, debido a que sus carreras habían despegado en ese país. Sin embargo, tenían una casa también en Corea para las vacaciones, donde residían de momento.
-¡Omma! ¿A qué hora vamos a ir a casa del tío Nini?- una niña de 7 años ingresó a la cocina, vestida con un pijama rosa de pandita. Su nombre es Wu Boxuan y es la única hija del matrimonio Wu.
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