En definición trata de una chica de 15 años que tras unos problemas en su colegio, se va a vivir a Montevideo con su supuesta tía la cual no sabía ni que existía, su vida cambia totalmente al conocer a su ídolo. Todo es muy complicado, ellos son dos...
No puedo hablarle distante toda la vida, seria bastante inmaduro... ¿O no?
Puede ser un imbécil, pero debo admitir que aún así lo quiero, y duele tener que estar hablándole de esa manera, no me gusta ser así y menos con él.
Esto va a ser bastante difícil.
- Hasta que me hablas normal.- me sonríe.
Por ahora, la gran parte del camino va transcurriendo en completo silencio, para mí sorpresa no es el típico silencio incómodo en el cual no sabes que decir, es un silencio en el que disfrutas de la compañía de la otra persona sin la necesidad de hablar.
- Agustín...
- ¿Si?
- Emm... ¿Vos tenes novia?- pregunté mirando por la ventana.
- Se podría decir que si, pero hace rato que quiero terminar con ella, te juro que es super insoportable, se enoja hasta cuando me saco una foto con una fan...- al decir eso estallé de risa.
- ¡¿QUE?!- pregunto sin parar de reír.
Luego de 10 minutos llegamos a la entrada del que se supone que es mi nuevo colegio, Agustín estaciona el auto y lo apaga.
- Espera nene, ¿que haces?- digo al verlo abrir la puerta.
- Voy a bajar con vos, ¿algún problema?- pregunta encarando una ceja.
- No creo que se una buena forma de empezar mi primer día, no quiero llamar la atención, y llegar con "Agustín Casanova el cantante de Márama" no es una buena manera de evitarlo...
- No seas boba.- dice bajándose del auto.
Repito su acción, el se acerca a mi y pasa su brazo sobre mi hombro, odio la manera en la que me hace sentir haciendo pequeñas cosas como ésta.
Era bastante obvio que el hecho de entrar de esta manera iba a atraer la mirada de todos los chicos y chicas que se encontraban allí.
Recorrer los pasillos con Agustín así y con la mirada de todos sobre mi, no era algo que me hiciera sentir muy cómoda que digamos.
Nos sentamos en un banco que se encontraba cerca de mi salón, hablamos un rato, no sacamos fotos hasta que la campana interrumpe el momento.
- Bueno, me tengo que ir, te paso a buscar a la salida, no lo olvides, cuídate .- me dice con una sonrisa, me da un beso en la mejilla y se va.
Aún cuando se fue podía notar como todavía tenía la mirada de todo el colegio sobre mi, tome mis cosas y me dirigí al salón, me senté lo más atrás posible, mientras menos llame la atención, mejor será para mi.
Que irónico decir eso cuando acabo de llegar en mi primer día de clases con Agustín Casanova abrazados.
Mientras esperaba a la profesora, comencé a hablar por WhatsApp con Agustín.
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Noto de reojo como una persona se para junto a mi, levantó la vista del teléfono y noto la presencia de un chico bastante atractivo.
- Hola...- dice con timidez.-... Sos nueva no?
Me pierdo por unos segundos en la claridad de sus hermosos ojos celestes.
- Hola.- respondí de la misma manera con una sonrisa.
- Soy Martín Clifford, ¿vos?
- Malena Pereyra...- respondí.
- ¿Te molesta si me siento al lado tuyo?- pregunta sin dejar de mirarme.
