Capítulo 17 te encontré.

3.8K 230 51
                                    


Karama recordó cuando miro los símbolos del clan Uzumaki adornadora aquella extraña nave.

- ¡Naruto tienes que tener cuidado, nos enfrentamos con uno de los antiguos! – Grito alterado al recordarlo. ¿Cómo era posible que uno de eso monstros estuviera vivo?

- ¡¿Qué?! *¿Antiguos?*- Se preguntó confundido, nunca antes había escuchado de ellos. – ¿Es como el sabio de los seis caminos?

- ¡No, los antiguos son humanos corruptos, por sus deseos más mundanos! ¡En su tiempo, masacraban a la gente, por cientos y cientos con tal de encontrar un poder total! – Una de las razones por que había comenzado a odiar a los humanos, no fue tanto su encierro y ser condenado hacer la peor versión de si mismo, si no al ver lo que era capaz la humanidad, en su máxima repugnancia.

Naruto, estaba confundido ¿Quién eran los antiguos? ¿A que se estaba enfrentado para que Kurama se pusiera en ese estado nervioso? ¡Pero eso que importaba! Se había enfrentado antes con rivales extraños, por un sueño, y ahora ese sueño no importaba, ahora tenía una razón más fuete, la imagen de su padre llorando al ver a su madre despedirse de él cuando era bebe, le vino a la mente. - *Padre a hora lo entiendo, ¡Ya lo comprendo!* - Una furia que nunca antes había sentido se apodero de él. La imagen de Karin se le hizo presente.

Todos los recuerdos que había vivido con esta, le habían hecho sentir que ya no estaba más solo, si quizás era reconocido no solo por su aldea, si no por todo el mundo como el salvador, pero ellos no lo conocían como realmente era, siempre mantenía una sonrisa a pesar de estar destrozado por dentro, había logrado ser reconocido y no había duda que sería hokage llegado el momento, podrían decir que lo tenía todo, pero si era así ¿Por qué mierda se sentía tan vacío?

Él había luchado por todos, hizo amigos, unió familias, hizo lo impensable y detuvo el posible final de la humanidad, ayudo a curar una extraña enfermedad que nació en su aldea después de la guerra y aun así se sentía realmente solo, ¿Qué le faltaba? Y lo recordó, siempre lucho por ser notado por una persona, siempre estuvo ahí para esa persona, solo quería ver su sonrisa, hizo lo imposible, porque ella lo viera porque ella supiera, cuanto la amaba, cumplió su promesa de traer a Sasuke de regreso, deseando que ella la escogiera, incluso se sorprendió ante otra confesión de una chica que arriesgo su vida por él. Una chica que aunque agradecía de corazón sus puros sentimientos, no quería lastimarla, no como lo habían lastimado a él.

Lo que a Naruto le faltaba era amor, un amor de verdad, que le correspondiera, que estuviera ahí y él había pensado que era Sakura, realmente lo había creído, pero esta jamás lo vería, sin importar cuanto este se esforzara ella amaba al Uchiha, el cual era su mejor amigo, al cual comenzaba a odiar, y no por Sakura como pensaran si no por Karin, ella parecía también quererlo, pero sentía que no había lugar para ella en el corazón del Uchiha, Naruto podía sentirlo de alguna manera.

Naruto a pesar de la fama y el respeto, ya no se sentía a gusto en la aldea, sentía que aquel lugar ya no le pertenecía, sino hasta que Karin llego a su vida, todo le había cambiado.

Pero cuando estaban juntos, ellos dos podían sonreír como si nada malo hubiera pasado, podían olvidar aquellos que no los valoraron en su momento. Naruto quizás era un idiota, pero sabía bien cuando algo realmente grande le pasaba en su vida y a hora lo comprendía completamente, su pecho se lo decía fuerte y claro, era un sentimiento que incluso superaba al que llego a sentir por Sakura.

Durante el baño de luna, el ritual de coral para las parejas, él estaba más que nervioso, ante la presencia de una mujer como Karin, ella claramente sentía vergüenza ante su cuerpo marcado por la guerra, por la inhumanidad de la gente que se topó con ella, ¿Realmente nadie tuvo un poquito de bondad para con ella? Había marcas en su cuerpo que prácticamente violaban su integridad, la sola idea de que hombres repugnantes llegaron a tocarla, a posar sus sucios labios, sobre su pura e inocente piel lo hacía rabiar. Pero ella era hermosa, nunca había visto una mujer desnuda era la primera vez, pero le parecía perfecta, un deseo que nunca antes estaba naciendo, deseaba tocarla aún más, llenarla de besos en cada herida.

Un imperio perdido UzumakiWhere stories live. Discover now