Parte 33

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- Y bien... he aquí mi magnífico departamento- musité mientras tomaba las maletas de Camila y la dejaba a un costado de un sofá.


- Habías dicho que esto era pequeño- murmuró y miró todo a su alrededor- eres una mentirosa.


- No soy mentirosa- fruncí el ceño hacía ella- compré uno nuevo, te dije que quería que vivieras como una princesa conmigo- me crucé de brazos y levemente mis mejillas se comenzaron a calentar.


- Eres tan atenta- caminó hacia mí y me abrazó desde la cintura- no me digas que te has enojado- buscó mi mirada y enarcó una ceja- Lauren...


- Es imposible enojarme contigo- la abracé desde la cintura y la alcé un poco en el aire- te amo mucho como para hacerlo.


- Lo sé- sonrió y me besó. La deje en el suelo y ella siguió besándome- ¿Puedo recorrer el apartamento?


- Claro- planté un suave beso y luego la solté.



Como toda una niña pequeña comenzó a ver todo, partió por las habitaciones y terminó con la sala de estar, abrió las persianas que cubrían los ventanales y una gran sonrisa se formó en su rostro.


Había comprado aquel departamento por el hecho de que la panorámica que mostraba aquellos ventanales era espectacular y porque de verdad quería que Camz estuviera en un lugar con mejor ambiente, me había trasladado de Brooklyn hacía Manhattan, y la verdad es que creo que fue el mejor cambio que pude haber hecho.


Caminé hacía ella y la abracé desde la espalda. Posé mi mentón en su hombro y sentí de inmediato su rico perfume a fresas.


- Hueles muy bien, Camz- besé sonoramente su cuello, sentí que ella rió y no pude evitar sonreír.


- Me regalaste tú el perfume ¿Recuerdas?- se giró y me abrazó desde el cuello.


- Si que lo recuerdo- sonreí y aparté un mechón de pelo de su rostro- ¿Tienes hambre?


- Mucha- hizo un puchero, yo solo reí.


- Bien entonces a comer- tomé su mano y salimos del apartamento.



Subimos al ascensor y aún de la mano esperamos en bajar, no me importaba si decían algo los que entraban a la cabina, pues, no los conozco y ni pienso conocerlos tampoco. Al salir, nos dirigimos a mi auto y nos fuimos directo a un restaurante.


- Esto es muy bonito- murmuró mientras nos sentábamos y un mesero se nos acercó para entregarnos la carta.


- Es uno de los mejores restaurantes de Manhattan- comenté y luego le sonreí- ¿Qué vas a pedir?


- Pues, no lo sé- ojeó la carta y luego se llevó uno de sus dedos a los labios- ¿Me ayudas?



Por un momento creí que lo había dicho con algo de inocencia, pero al verla detenidamente me fije que me estaba ¿Provocando? Lentamente mis mejillas se tiñeron de rosa y no pude evitar toser de mentiras.


- Bueno... puedes pedir Spagetti con salsa blanca y champiñones, o Lasaña, o cualquier tipo de carne acompañado con algo o no se...- desvié mi mirada hacia la ventana y luego la mire. Me sonreía divertida. Me encanta que quete diviertas Camila.


- Yo creo que pediré... Spagetti con salsa blanca.



El mesero se acercó a nosotras y ordenamos nuestros pedidos, a los minutos después llegaron lo que queríamos y una botella de vino caro junto al pedido.


- Yo no pedí eso- le dije decidida, no pagaría una botella de más de 50 dólares.


- La han enviado los chicos de allá- dijo con una sonrisa coqueta hacía Camz y luego apunto una mesa, donde había dos tipos de infarto, pero por una extraña razón no me sentí tan ¿Atraída?, vi como Camz los miraba y luego tomó la botella.


- Ya que ellos lo pagaran- ladeó un poco la botella, la alejó de la mesa y la dejó caer- no te preocupes, te daré una buena propina después de esto- le sonrió al mesero quién la miraba sorprendido.



El muchacho se marchó en busca de los implementos para limpiar, al alejarse miré a los chicos de la otra mesa y miraban igual de atónitos a Mi chica. No pude evitar soltar una carcajada.


- Eso a sido muy grosero de tu parte- murmuré llevando un trozo de lasaña a la boca.


- No tenían porque hacerlo- imitó mi acción- si quieren coquetear que vengan aquí y den la cara, aunque no les tomaría atención porque estoy interesada en solo una chica- me miró como si estuviese escudriñando en mis ojos, una sonrisa boba se formó en mi rostro.


- Estás más cariñosa que de costumbre- comenté con una sonrisa burlona.


- Siempre he sido así contigo- frunció el ceño y luego sonrió- Bien... me has pillado- mordió su labio inferior- hay algo que siempre he querido hacer y bueno...


- ¿Qué pasa?- fruncí el ceño algo confundida, al ver que ella sacaba un papel de su bolsillo.


- Mira...- me entregó el papel y era algo sobre un casting, la miré de inmediato- harán una película y necesitan gente para... cantar y tú sabes que... bueno...


- ¿Quieres ir?


- Si- un leve tinte rosa cubrió sus mejillas- tú sabes que mi sueño es cantar... y bueno creo que es una buena oportunidad.


- Entonces ve- sonreí ante su nerviosismo- tú sabes que yo te seguiré y apoyaré en todo- posé mi mano sobre la suya, para así poder acariciar sus nudillos- así que mañana mismo vamos al casting.


- Es en una semana- rió y noté que tenía los ojos cristalinos- eres la mejor Lolo.


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Una nueva forma de amar CAMREN (ADAPTACIÓN)Where stories live. Discover now