Capítulo 12

5.3K 354 10
                                    

 Cocinamos entre risas y algunos besos inocentes por parte de los dos. -¿Cuánto tiempo la pongo en el horno? –limpio mientras Henry mete la lasaña en el horno. –Unos diez o quince minutos –le digo. –Cuando termino de limpiar saco dos copas de vino y sirvo un poco. –Toma –le tiendo su copa, nuestros dedos se rozan ligeramente. -¿Sabes que Texa ha quedado hoy con Chris? –bebo el delicioso vino. –Si algo me dijo Chris. Estaba como loco porque no sabía a dónde llevarla –se bebe su copa de un trago. -¿Por qué estás aquí? –le hago la pregunta que quería hacerle desde que ha entrado por la puerta. –Quería verte otra vez –pongo los ojos en blanco y eso le hace gracia. –Eso ya me lo imagino, pero digo que no se, después de ese día no dijimos de volver a quedar ni nada y quería saber que te hizo venir a mi casa –apoyo mi cadera contra la encimera. –No tengo un motivo en especial por el que he decidido venir, simplemente quería volver a verte y estar contigo –mientras responde a mi pregunta se acerca más y más. Me acaricia la cara con el dorso de la mano. –He de decir que nunca me imagine que tendrías un pasado tan oscuro. Pero no quiero que pienses que todo lo que te ha pasado va a impedir que me acerque a ti –cierro los ojos. –Eso es justo lo que quería escuchar –sonrío y nuestros labios se juntan. Su lengua recorre mis labios, le cojo de la nuca y profundizo el beso. Nuestras caricias se vuelven más rápidas, necesitamos más, lo sé. Me coge de los muslos y me sienta sobre la encimera de forma que quedamos a la misma altura. Meto mis manos por debajo de su camisa y él me acaricia las piernas, pasa sus dedos firmes por debajo de mis pechos, jadeo. –Jess no quiero hacer algo de lo que luego te arrepientas –para de besarme. –Da igual cuando lo hagamos Henry, jamás me arrepentiré de estar contigo, de ninguna forma –le agarro la cabeza entre mis manos. Nuestras miradas conectan y sé que esta noche será inolvidable. En un abrir y cerrar de ojos se aparta de mí y me quedo confusa pensando que ha podido arrepentirse en el último momento pero lo que veo me hace mucha gracia. –No tiene gracia, podemos salir ardiendo por un descuido –pero sé que esta de broma. Cuando apaga el horno me coge en volandas y se encamina hacia mi dormitorio. Me tumba en la cama suavemente y le desabrocho los botones de su camisa. Nos besamos, nos acariciamos de todas las formas posibles hasta que por fin somos uno solo. El placer que siento con Henry no es comparable con nada que yo haya hecho antes, pero sé que no lo podré comparar con otra cosa que no sea él. Su delicadeza me deja ensimismada, como si estuviera acariciando algo de cristal. Solo él podría hacerme sentir así de especial.

Siento como algo irradia calor detrás de mí o mejor dicho alguien. Empiezo a recordar la noche anterior, como Henry vino a invitarme a cenar y al final acabamos haciendo la lasaña, aunque ni siquiera la probamos. La habitación está a oscuras excepto por unos círculos de luz que se reflejan a los pies de la cama y en la pared. Nuestras piernas están enredadas pero aun así intento darme la vuelta ya que por momentos siento que el brazo que tengo debajo de mí se me queda dormido. De repente noto como agujetas en las piernas, pero sobre todo en mi parte íntima. No le doy importancia ya que es algo normal después de la noche que pasamos. Estando frente con frente puedo admirar mejor ese rostro que desde el primer momento me dejó fascinada, su nariz recta le da un toque de dureza al igual que esa mandíbula fuerte, marcada. Y por último me fijo en el pelo, lleva un corte bastante moderno y eso me gusta. Me acurruco en su pecho y sé que está despierto cuando me pasa una mano por mi cintura y me pega lo máximo posible a él. –Pensé que dormirías más –habla con voz ronca, me pone la piel de gallina. –Son las 12:30AM –levanto la cabeza y miro esos ojos azules, pero me doy cuenta que su ojo izquierdo tiene una mancha marrón. –Oye, no me había dado cuenta –me incorporo un poco haciendo que él se recueste quedando boca arriba. -¿De qué? –pregunta confundido. –Tienes una mancha marrón en ese ojo –señalo su ojo izquierdo. –Ah sí, ¿no te habías dado cuenta antes? –pregunta. –Hubo una vez que te vi ese ojo más oscuro que el otro pero pensé que era por la luz –frunzo el ceño. -¿Naciste con esa mancha? –vuelvo a preguntar, la curiosidad puede con todo. –Sí, se llama "heterocromía del iris" y veo perfectamente aunque tenga esa pequeña mancha –me quedo embobada, nunca había visto a una persona con dos colores en los ojos. –Interesante –Henry se ríe de mí. –Jess, el viernes me voy de viaje –abro los ojos sorprendida. -¿A dónde? –acaricio su incipiente barba. –A Inglaterra –me sorprendo aun más porque no pensé que fuera a salir de EE.UU. -¿Por qué tan lejos? –creo a ver leído en wikipedia que es británico pero de todas formas le pregunto por si hay otra razón. –Bueno simplemente es porque tengo unos días de descanso antes de ponerme a grabar la segunda película de Superman y me apetece visitar mi tierra natal –le voy a echar de menos pero no puedo obligarle a que se quede aquí conmigo. -¿Cuántos días te vas? –espero que me diga que estará poco tiempo, me siento egoísta al pensar eso. –Una semana –bueno podré estar una semana sin verle, tampoco puedo depender ahora de él. –Puedes quedarte todo el tiempo que quieras –se ríe de lo que digo. –Me gustaría quedarme allí por lo menos un mes pero el trabajo no me lo permite así que una semana está muy bien –asiento porque no se que más decir, no puedo auto invitarme a ir con él de viaje porque seguramente vaya a visitar a su familia y no estaría bien que fuera. -¿Vendrías conmigo? –se me para el corazón, es como si me hubiera leído la mente.

Estamos ya a miércoles y todavía no le he dado a Henry una respuesta clara de si voy a ir con él a Inglaterra o no. Estoy en mi apartamento haciendo un poco de limpieza pero el sonido insistente de mí móvil me interrumpe.

Llamada telefónica

Yo: ¿Sí?

Desconocido: Creía que me tenías guardado Jess.

Yo: ¿¡Como has conseguido mi número!?

Desconocido: Te dije que te encontraría. Tengo un encargo para tu guardaespaldas. No quiero verle cerca de ti, ni tú cerca de él. ¿Me has entendido? Si no ya sabes de lo que soy capaz, y no querrás que por culpa tuya alguien salga perjudicado.

Yo: Eres un monstruo.

Desconocido: Serás mía otra vez y nadie me detendrá hasta conseguir lo que una vez fue mío.

Fin de la llamada telefónica

Cuelga. No puede estar pasando esto. Cuando mi vida empieza a florecer de nuevo siempre hay algo que termina por marchitarla otra vez. No me iré con Henry a Inglaterra, porque sé que Armie o John son capaces de seguirme y por experiencia propia sé que nunca pararán hasta conseguir lo que quieren. Y ahora mismo yo soy su objetivo, de nuevo.




Votad y comentad XOXOXO

Poco a PocoWhere stories live. Discover now