Capítulo 4

9.5K 529 12
                                    

Al salir de la habitación veo que todo el mundo está reunido en un círculo. –Dalí ¿Qué tal si quedamos luego en algún antro? –le pregunta un hombre. –Estupendo necesito un descanso –me mira a mí y luego a Henry. –Veniros vosotros también, nos lo pasaremos bien –pienso si tengo algún plan mejor y sé que lo único que me espera al llegar a casa es...nada. –Vale yo me apunto –sonrío y miro a Ali. –Jess ¿porque no te vienes conmigo y luego nos juntamos con los demás? –asiento y me voy con Ali. En el trayecto vamos hablando de muchas cosas, me cae muy bien y creo que seremos buenas amigas. –Y bueno dime, ¿Cómo es trabajar con Henry? –pongo cara de sorprendida por la pregunta porque no esperaba que me preguntase por él. –Bueno es increíble supongo –frunzo el ceño. Tampoco es que haya entablado mucha conversación con él. -¿Y ya? –me encojo de hombros. –Vamos, es un hombre muy atractivo, con un cuerpazo y solo dices que increíble, estas ciega niña –me rio. La verdad es que ciega sé que no estoy porque no puedo parar de mirarle. –Sí, es muy atractivo y daría lo que fuera por un hombre como él –suspiro. –Tírale fichas –la miro. -¿Fichas? Nunca he flirteado con un hombre y a lo mejor no está soltero –puntualizo. –Está soltero –me confirma. -¿En serio? –puede que al fin y al cabo la idea de acercarme a él no sea muy descabellada. –Bueno aunque este soltero puede que le guste las chicas con más curvas que una carretera o que tengan el pelo largo –no soy plana, tengo unas curvas bonitas que me gustan, pero también tengo defectos que no estoy orgullosa de tener y eso supongo que me echa para atrás y encima tengo el pelo corto. Me encanta como me queda el pelo corto pero siempre he vivido con que ese no es el prototipo de chica y tengo miedo de que él piense de esa manera.

Media hora después Ali y yo llegamos al antro y al entrar una oleada de música y calor humano me llega. Hacía mucho tiempo que no iba a una discoteca. –Vamos a la barra a pedirnos algo para beber y buscamos a los demás –me grita Ali. Yo asiento y la sigo. –Hola chicas ¿Qué vais a querer? –nos pregunta el barman. –A mí ponme un Martini –dice Ali. –Yo quiero el mejor whisky que tengas –el barman se echa a reír. –Ahora mismo os lo traigo chicas –y se va. Nos quedamos en la barra hablando hasta que Ali ve a Dalí. -¡Dalí! –grita levantando los brazos para que la vea mejor. Giro la cabeza y le veo pero no veo a Henry. -¿Qué tal están mis chicas? –nos saluda con dos besos. -¿Dónde está Henry? –le pregunta. –No lo sé, pensé que podría estar por aquí –mira a su alrededor buscándole. –Mirad, allí esta –giramos la mirada hacia donde nos apunta Dalí. –Y parece que está en buena compañía –me mira Ali. Una rubia de cuerpo bastante voluminoso y atractivo se encuentra a su lado charlando alegremente. Parece que se lo están pasando muy bien. –Te dije que no tenía nada que hacer –le dije por lo bajo. –Todavía estas a tiempo antes de que esa rubia despampanante te lo quite del todo –me da un codazo. La miro mal. Ya sé que no tengo muchas cualidades físicas como pueda tener la rubia que está a su lado pero yo también puedo ser sexy a mi manera. Por fin traen nuestras bebidas. Cojo el vaso y me bebo la mitad del whisky de un sorbo. –Vaya Jess no sabía que eras una borracha –se echa a reír. –Tranquila el alcohol no me afecta mucho, siempre me pongo hasta arriba de alcohol y soy la que mejor acabo de todos mis amigos –y es verdad.

No sé cuantos vasos de whisky llevo pero empiezo a estar un poco mareada. –Ali vamos a bailar –la cojo del brazo. –Jess no...- se niega. –Vamos ven, esta canción me encanta –unos segundos después nos movemos al ritmo lento y sensual de la canción The Hills del cantante The Weeknd. Por un momento cierro los ojos y me dejo llevar por la música, muevo mis caderas de un lado a otro. –Jess, Henry está detrás de ti con la rubia –me dice al oído Ali. Me giro y veo su espalda y unos brazos finos que le rodean el cuello. Pero acto seguido la rubia se separa de él y se va, supongo que al baño. Entonces aprovecho y toco su hombro. –Hola –digo fuerte para que me oiga. –No te había visto en toda la noche –me dice igual de fuerte. –Ya, he visto que estabas ocupado –me sonríe pero no enseña los dientes. Espero no haberla cagado. -¿Bailas? –me acerco un poco más. Gira la cabeza en dirección a donde se había ido la rubia dudando de si decir que si o que no y no me gusta, así que envalentonada gracias al alcohol cojo sus manos las pongo en mi cintura y yo enredo mis brazos en su cuello. –Solo un rato –le susurro en el oído y empiezo a moverme, rozándole las piernas con las mías, pegando mi cintura a la suya. Él sabe moverse y lo disfruto, hasta que veo una cabeza rubia aparecer. –Vaya me voy un momento y me quitan el puesto –sonríe con desprecio. Para hacerla de rabiar no me suelto de Henry. –Búscate a otro con quien pasar el rato –la sonrío de igual manera. Henry no dice nada, parece sorprendido de la situación que está viviendo. –Oye entiendo que quieras que alguien se fije en ti pero siento decirte lo mal que bailas y encima intentas ligar con un hombre que ya está con otra –se acerca y Henry aparta su manos de mi cuerpo y me separa. Dolida por todas esas palabras y por la humillación me quedo parada. –Jess es mejor que te vayas –me dice Henry. -¿Y tú quien te crees que eres para decirme eso? –le grito. El alcohol empieza a afectarme pero no me doy cuenta de lo que digo. –Eres tan idiota como ella, normal que encajéis tan bien –sigo diciéndole. Veo su cara de sorpresa por mis palabras y veo que la rubia se va pero no se a donde y ni me importa. –Deberías calmarte has bebido mucho –habla con tranquilidad. -¿Qué pasa? –Ali se para a nuestro lado. –Pasa que aquí no se puede bailar con quien uno quiere y encima me dice que voy borracha –Henry y Ali se miran pero no entiendo que está pasando hasta que la rubia aparece con el puerta de la discoteca. –Señorita acompáñeme a la puerta por favor –se acerca a mí y me coge del brazo. -¡Suéltame! –grito. –Oye no tiene porque echarla, no ha hecho nada malo –Henry habla con él pero parece que está decidido a echarme. –Lo siento no permito que haya ningún tipo de altercado y ella lo está provocando. La próxima vez decirla que no beba tanto –y me arrastra entre toda la gente. Miro hacia atrás y solo veo caras de ¿decepción? ¿confusión? Y la rubia lo único que hace es sonreír. –Cuando sepas controlarte te dejare pasar pero hasta entonces no quiero niñas malcriadas que lo único que quieren es emborracharse –me cierra la puerta en las narices. -¡No estoy borracha idiota! –le grito pero no creo que me oiga porque la puerta ya está cerrada. Miro a mí alrededor y veo que me ha dejado en la parte trasera de la discoteca. Intento caminar pero me mareo enseguida y me tengo que sentar en el bordillo, me cojo la cabeza entre las manos y cierros los ojos. –Nunca me he emborrachado ¿Por qué me tiene que pasar esto justo ahora? Yo solo quería bailar con él, hacerme notar –hablo conmigo misma. Lágrimas de impotencia y dolor caen por mis mejillas a causa de las crueles palabras de la rubia.

El tiempo que estoy fuera ni Ali ni Henry aparecen por ningún sitio. Miro la hora en mi reloj y veo que marca las 5:00AM. –Es hora de irnos a casa Jess, nadie vendrá a por ti –me encamino hacia la entrada principal de la discoteca. Y por el camino me doy cuenta de que tengo que volver andando a casa porque vine con Ali, en su coche. –Genial –con la vista un poco nublada sigo mi camino, oigo gente y parece que ya están saliendo todos. Al pasar al lado de ellos miro a ver si veo a Ali o a Henry pero de repente Ali aparece enfrente de mí. -¿Dónde has estado? –me coge de los hombros. La miro pensativa todavía bajo los efectos del alcohol. –Dios vas muy borracha –no para de mirarme y me pone nerviosa. –Estoy bien, ya me voy a casa –intento zafarme de sus brazos pero no me deja y a lo lejos veo que viene Henry. –No tienes chaqueta y estas helada ¿Qué piensas irte andando? –se enfada. –Pues si así que adiós –y con un movimiento rápido me alejo pasando lo más rápido posible de la llamada de Henry. Cuando por fin me he alejado de todos ellos reduzco el paso. –Jess para un momento –me pongo nerviosa, solo quiero que me deje en paz, ya bastante he tenido por una noche. –Déjame sola –digo sin dejar de caminar. –Pareces una niña pequeña huyendo de todo el mundo –eso consigue pararme. –Bueno entonces deja que esta niña pequeña se vaya –digo enfadada. Se acerca más a mí. Nos miramos sin decir nada. –Sabes, esa chica no tenía derecho a decirme todas esas cosas que me dijo solo por querer bailar contigo un rato –rompo el silencio. –Lo sé y no la defiendo –se acerca hasta que nos separa un metro de distancia. Bajo la cabeza y me apoyo en un muro que hay a mi lado. -¿Es tu novia? –le pregunto de repente, hasta me sorprendo de mi propia pregunta. –No –sonríe un poco de lado y también se apoya en el muro. Asiento con la cabeza y fijo mi mirada en su pecho ancho y fuerte. –Menos mal porque es un poco eh...-no encuentro las palabras adecuadas para describirla así que me callo, pero él me sigue mirando intensamente lo que me causa gracia. –Bueno creo que es hora de irnos a casa –le miro. Podría pedirle que si me puede llevar a casa pero me da demasiada vergüenza así que estoy a punto de darme la vuelta para irme cuando me pregunta. -¿Te llevo? –sin darle tiempo a reaccionar asiento rápidamente y me dirijo hacia su coche, un bonito mercedes negro del que le vi bajar el día que fuimos a hacernos las fotos.

Con el calor delcoche y el cómodo asiento me dan ganas de dormirme pero me contengo. –Puedesaparcar en doble fila y me bajo rápido –le digo. –No, da igual, así te acompañohasta tu puerta y me aseguro de que no te caes por el camino –me mira unossegundos y vuelve su mirada de nuevo a la carretera. –Como quieras –me encojode hombros. Una vez en el ascensor marco el quinto, me apoyo en la pared ycierro los ojos. –Parece que un camión me ha pasado por encima –murmuro. –Yoestaría igual si me hubiera bebida cinco whiskys –abro los ojos y le veo sonreír.–Que gracioso –se abren las puertas y salgo la primera. Cuando llego a mipuerta me paro y me doy la vuelta para mirarle. –Bueno ya estás en casa –semete las manos en los bolsillos. –Sabes, desde el primer día que te vi quierobesarte –le suelto. Su cara de sorprendido me indica  que no sospechaba queme podía gustar. –Vale...-levanta una ceja, no sabe que decir. –Podría hacerloahora mismo –me acerco a él. –Porque no tienes novia –pongo mis manos en sushombros. Su cara es de asombro y shock. –Jess no lo hagas –me dice bajito.-¿Por qué? –le pregunto. – ¿Es porque no soy lo suficientemente guapa para ti? O ¿Por qué no tengotantas curvas como una carretera? –me enfado. –No es por ninguna de las cosasque has dicho Jess –nos miramos y ninguno dice nada. –Voy a besarte ¿vale? –leaviso, creo que el alcohol sigue en mi organismo porque si no no le hubierapedido permiso para besarle. Estúpida Jess. Se queda quieto y yo me acerco cadavez un poco más, nuestras narices se rozan ligeramente.......



¿¿¿¿¿¿¿¿Se besaran????? Mañana subo mas jejeje ¡Gracias por los votos y comentarios!

Poco a PocoWhere stories live. Discover now