Como bien habíamos dicho por la mañana, acordamos un lugar y la hora para quedar por la tarde. Por lo que aquí estábamos, sentadas en un banco junto al césped de un parque cercano al centro comercial más céntrico de la ciudad donde los niños jugaban con sus juguetes como si se conocieran de toda la vida.

-Y... ¿Tú novio? Bueno, si tienes, claro. Como siempre te he visto sola... –Aunque claro está que solo la he visto tres veces contadas en toda mi vida, pero bueno...

-Bueno... –Suspiró algo incomoda. –Es un poco complicado, la verdad...

-¿Puedo preguntar el por qué?

-Sí... Creo que me hace falta desahogarme con alguien... –Les echó una rápida mirada a los niños antes de volver a mirarme. –Él... se está divorciando y...

-¿Divorciando? –Pregunté por si había escuchado mal. Ella asintió. –No me digas que estaba contigo estando casado...

-Sí... –Murmuró cabizbaja. –Pero él me quiere a mí. Su madre lo obligó a casarse hace unos años y luego nos conocimos de casualidad...

-¿Y tú seguiste con él a pesar de estar casado?

-No lo sabía. Me enteré el año pasado...

-Oh... –Hice una mueca de desagrado para coger a Alex en brazos cuando estiró sus bracitos en mi dirección para que lo cogiera. –Si Dylan me engañara, no lo perdonaría. –Alzó la cabeza mirándome mal a pesar de que lo estaba intentando evitar. –Ojo, que esto no quiere decir que no respete tú decisión, claro. Cada persona es libre de hacer lo que quiera con su vida. –Asintió esperando a que Jude viniera gateando hasta ella para continuar.

-¿Sabes? Yo al principio pensaba lo mismo que tú, pero al final fue más fuerte el amor que siento por él...

-¿Y entonces? ¿Qué pasa ahora?

-¿Qué pasa de qué? –Preguntó sin entenderme.

-Que si él te quiere de la misma manera en la que tu lo quieres a él.

-Sí, de eso no me cabe la menor duda...

-Pero aún así no te veo muy convencida... –Murmuré mirándola interrogativamente.

-No es eso. –Frunció el ceño. –Es solo que... Ya te dije que es complicado, pero Damián me quiere incluso más que a nuestro hijo. –Miré al pequeño Jude para luego mirarla a ella. ¿Qué?

-Debería ser al revés... Pero no soy nadie para juzgar a nadie.

-Lo sé, pero él lo siente así. –Se encogió de hombros ante mi notable acción de asombro.

-Que hombre más raro... Sin ofender, claro...

-Tranquila, yo sé más que nadie lo raro que es. –Ambas reímos para dejar a los niños nuevamente en el suelo. –Te toca. Háblame ahora de tu relación...

-Pues no hay mucho que contar. Dylan y yo nos conocimos en la empresa en la que trabajamos juntos.

-Amor entre compañeros... –Murmuró como si de una película se tratara.

-Hmm... No. Más o menos, pero realmente la que nos unió fue Elyssa.

-¿Cómo?

-Verás... También tengo una historia que contar.... –Reí por lo bajo para mirar a mi bebé. –Elyssa no es mi hija de sangre... –Suspiré ante su cara sorprendida. –Dylan se la encontró en la calle cuando tenía unos cuatro meses.

-¿Cómo? ¿Quién es capaz de abandonar a su propio hijo de esa manera?

-Una persona que no debe tener mucho juicio. –Respondí comenzándome a enfadar. –Pero lo importante es que gracias a esa persona, hoy en día tengo una familia maravillosa.

-Y... ¿Ella lo sabe?

-Aún no. Queremos decírselo, pero no somos capaces por el miedo a su rechazo...

-No creo que vaya a hacer algo así. Es solo una niña...

-Lo sé, pero... A veces su conducta nos demuestra algo diferente. Elyssa es una niña encantadora, pero cree que los niños adoptados no son hijos verdaderamente. –Suspiré apoyando la espalda en el banco.

-Oh...

-Estamos intentando cambiarle ese pensamiento.

-Ánimo. Seguro que ella lo entenderá. –Agarró mi mano demostrándome su apoyo. –Sé que no tenemos esa confianza de mejores amigas, pero puedes contar conmigo para lo que quieras.

-Gracias. –Murmuré sonriéndole agradecida antes de abrazarla. –Tú también puedes contar conmigo para lo que quieras. Incluso si hay que golpear a ese raro novio tuyo... –Le di un leve golpe en la mano para que supiera que estaba bromeando. –Ah, por cierto. Ahora que ya tengo tu número, puedo llamarte para invitarte a mi boda.

-¿Te casas?

-¡Sí! Aún no hemos elegido una fecha, pero sí. ¿A ti no te gustaría casarte? –Kysha se quedó callada como si estuviera reflexionando mi pregunta. ¿Habría hecho mal en hacerla? Después de todo, su novio ya se había casado una vez y quizás no quiera hacerlo una segunda... Que idiota soy...

-Pues... No lo sé...

-Bueno, si no lo haces ahora, ya lo harás dentro de algunos años. –Dije dando por finalizado este tema de conversación.

Suspiré girándome hacia los niños que jugaban tranquilamente con varios coches y muñecos pequeños de ambos.

Jude era un niño encantador. Tenía dos meses más que Alexander, aunque no lo pareciera, y suponía que se parecía a su padre, puesto que tenía muy pocos rasgos de Kysha excepto el color del pelo.

Estaría bien que en el futuro estos dos renacuajos se convirtieran en buenos amigos. 



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¡Hola!

Solo quería decirles que nuestra nueva amiga Kysha no apareció así por así...🙆🙆

¿Cómo es eso de que su novio la engañó? ¿Realmente las cosas son así o hay mucha más historia escondida detrás?

Si realmente quieren y están interesados en esa rara vida de Kysha, les recomiendo entrar a mi perfil y leer la historia Doble traición. Ahí entenderán mucho mejor la historia que Kysha está dispuesta a contarles. 🙊🙊


¿Me adoptas?Where stories live. Discover now