Impossible ღ [נusтιи вιeвeя&тu]

Capitulo 43

“No le hagas daño por favor.”

Subí a mi habitación en Oklahoma. Estaba algo cansada y apenas tenía ganas de andar. Me dolías mis piernas. Esos tacones me estaban matando, pero estaba acostumbrada a ello.

Me metí en el ascensor. No había nadie allí. Había salido con Jason y acabábamos de llegar al hotel. Eran mas o menos las doce de la noche... algo tarde como para estar despierta, sabiendo perfectamente que al día siguiente tenía que dar un concierto. Suspiré y llamé al ascensor pulsando el botón.

Esperé unos segundos y el sonido del ascensor sonó cuando llego abajo. Me metí comprobando que no había nadie y pulse el botón para dirigirme a mi planta. Estaba en la misma planta que Justin y los demás.

Suspiré chocando mi espalda contra la pared fría del ascensor. Quería llegar a mi habitación y dormir hasta el día siguiente de un tirón, pero algo me decía que no iba a poder ser así. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo haciéndome estremecer.

Tenía un mal presentimiento. Algo no iba bien y lo podía sentir.

Como si me leyeran la mente en ese preciso instante--cosa que me daba demasiado miedo-- mi iPhone sonó en mi mano haciendo que me sobresaltara. Tragué saliva y bajé mi mirada para comprobar el mensaje.

De: Anónimo.

¿Me extrañabas nena?

Oh mier*da. Tragué saliva. Ese tipo otra vez no por favor.

Poco después sonó de nuevo.

De: Anónimo.

Hmmm me encanta como huele tu ropa. ;)

Por cierto, bonitas supra. Las llevaste en Londres, ¿recuerdas?

Todavía sigo esperando a que me digas si se las cogiste a Justin.

Tragué saliva y lamí mis labios sintiendo mi estómago volcarse en el suelo ante su última frase. Joder no. Otra vez no podía estar pasando. ¿Porque hacía eso? Mordí mi labio.

El ascensor llegó a su destino y bajé de el con prisas. Caminé por el pasillo porque mi habitación estaba de las últimas en aquel hotel. Tenía miedo. Volvía mi mirada hacia atrás.

De: Anónimo.

Y bonita habitación... tienes unas vistas increíbles, y sobre todo de noche ;)

Me detuve en seco en mitad del pasillo. ¿De noche? 

El estaba ahí. Oh dios mío.

Me llevé la mano a mi boca y me volteé para descubrir que el pasillo estaba completamente vacío. Era como esa película de miedo en la que en el pasillo de un hotel aparecían dos gemelas idénticas. Yo sentía el mismo miedo en ese momento. Un escalofrío recorrió mi espalda.

Sentí im teléfono vibrar de nuevo. Pero esta vez no era un mensaje... era una llamada. Tragué saliva con dificultad y suspiré. No tenía porque ser él. Quizás era algún fan que había encontrado mi teléfono o algo... no sabes lo que deseaba en ese momento que mi teléfono lo tuviera una fan.