❛Drogadicto❜ 💊 [Rubén Doblas]

63; secretos ❄

Dos días después

Parada frente a todos, hablando con seriedad y franqueza, daba a demostrar sus puntos de vista con referencia a la drogadicción, los síntomas más comunes y por qué se propaga más rápido en un adolescente, que un adulto, llegando a los puntos exactos de cada pregunta gestionada por los asistentes a la charla, su socio vocifera que es algo que debía frenarse de raíz, aplicando en escuelas un taller que hablara sobre eso, que vieran sus represarías al consumo de estas sustancias; Más cuando es la finalización de todo salta un señor preguntando algo que deja dudando a la pareja:

―El por qué estoy aquí es algo con importancia sentimental solamente, sin más, debo aclarar que el drogadicto con tal de conseguir lo que quiere llega a ser tan dañino como lo que ingiere en diversas formas a su cuerpo, engaña, destruye y te ciega, te miente diciendo palabras vacías que te las llegas a creer, ves su brillo de honestidad, pero no, ese destello no es la verdad, es el fulgor de una falacia exitosa, la víctima se transforma en victimario y es ahí donde los papeles se invierten... Terminas siendo la víctima, de otra víctima...

Murmullos por toda la sala.

Un hombre canoso, de unos sesenta años aproximadamente, cuestiona la presencia de Susana, ella deja caer sus parpado al ras de mencionar el nombre de su mejor amiga, sonríe de manera rota al mirar ese gris suelo.

―Es tanto lo que puedo decir de la señorita Alvares, tanto, no viene al caso principal de su pregunta, pero me nace decirles sobre ella. Dos o tres de la mañana, con lluvia buscando a las personas que se escapaban de la casona a las afueras de Madrid, esa persona asustada y tiritona a falta de droga, con ojeras marcadas bajo esos ojos que claman por ayuda, que grita por asistencia profesional y sobre todo, que no lo dejen solo. Escuchar cada uno de los problemas de ellos, buscar la solución para estos, velar por esa gente, ¡Psicológicamente ella era su apoyo para la estabilidad de todos! Pero... Un antisocial... Le disparó a sangre fría y la mataron.

― ¿La asaltaron? ―pregunta la audiencia anonadada por las palabras de la castaña, eran tan filosas que cortaban, tan dolorosas de escuchar que se te ponían los pelos de punta.

K la miró entristecido.

―No, fue un drogadicto. Mi ex novio.