❛Drogadicto❜ 💊 [Rubén Doblas]

62.5; vapor ❄

Correr y sin rumbo era su plan ideal, alojarse en un pequeña esquina y bailar con su acompañante, una danza algo lenta, con la que sólo mecieras tu cuerpo de un lado a otro, al ritmo de una dulce melodía y mientras K estuviese con ella, éste intentaría sacarle aunque sea una sonrisa en lo que va de la noche.

Solos, subiendo por el ascensor a la azotea para ir al lugar de fiesta, alcanzando sobre los veinte pisos, la muchacha se volteó, se debía mencionar que al frente de las puertas metálicas que se sellaban antes de comenzar a elevarse, un gran cristal se podía apreciar dejando ver el lugar recreativo del hotel, las mesas del gran restorán y más allá exagerada piscina de agua limpia.

Su mano se estrella con delicadeza en el vidrio.

Unos brazos rodean los hombros de ella, caen sus párpados, abrazada por una cálida sensación, una peculiar forma de querer, de ese que das sin nada a cambio, la chica sonríe al pensar que por un momento imaginó a Rubén deteniendo el ascensor y que al instante que se detuviera, las puertas se abrirían dejando verlo por completo.

El sonido se enfoca en dos pasos ahogados en los ecos de tacones chocando en baldosas, luces rojas decoran la azotea, él coge su mano de manera delicada e incluso entrelazan los dedos.

Beso en la sien y unos pasos hacia delante bastaba para poder avanzar.

El inglés era presente en cada esquina del lugar, música de jazz salía en cada saxofón, pero a pesar de cada cosa la gente podía hacerse notar en cada baile, risa, charla y canto al aire. El teléfono comienza a vibrar, lo saco de mi sobre y atiendo suspirando y haciendo presión en uno de mis oídos.

"Llamada entrante: Rubén Doblas."

―Ya me dijeron que estás en San Francisco, tal vez tomando un mojito, jodidamente alegre puesto el alcohol comienza hacer efecto en tu cuerpo y cerebro o mirando la ciudad desde las alturas, pero bajas tu vista puesto estás avergonzada, un hombre estará cortejándote al igual que me gustaría hacerlo yo, tu cabello al viento al dar la vuelta de un baile fugaz, tus labios curvados en una bella sonrisa y unos ojos miel totalmente iluminado por las luces y tú brillo natural.