❛Drogadicto❜ 💊 [Rubén Doblas]

32; escarmiento de primera mano ❄

Ella:

― ¡Quédate callada pedazo de guarra! ¡Me tienes hasta los cojones con tú puto lloriqueo que te has armado allí atrás! ―grita Nick para que deje de sollozar. Encojo mi cuerpo de manera fetal y trato de regularizar mi respiración para dejar de llorar.

―Deberíamos de aventarla a un río y ya. ―carcajeó aparentemente el sujeto llamado Mark. Un escalofrío se presenció en mí. Callé posando mi mano derecha en mi boca, la cual, ahogaba los sollozos de una forma casi obligada. Forcé a mis ojos a cerrarse; temblaba y no tenía idea alguna si era de miedo o de frío.

―Yo no les he hecho nada...

―Claro que sí lo has hecho, nena. Haz memoria, ¿Vale?

― ¡¿Qué mierda te he hecho según tú?!

―Dejarme, por ejemplo. ―parte diciendo Nick.

―Engañarme con un maldito drogadicto bueno para nada.

―Querer a un idiota que depende de un polvito blanco para vivir y ser feliz. ―rió diciendo eso específicamente.

―Tú y lo que me hiciste, produjo que me alejara de ti.

― ¿Y te qué te hice mi vida? ―puso su mano atrás de su oreja, con un cierto tono sarcástico al hablar― Quiero que me hagas memoria.

Guardo silencio simultáneamente, no añado ninguna palabra, no me animo aceptar lo que sucedió hace unos años atrás. No puedo y no quiero... Mucho menos caeré en su juego.

― ¿Ves? No te he hecho nada... Nada. ―afirma este con franqueza, asqueroso.

―Me das asco... No puedo comprender... Cómo estuve con una persona tan... Tú.

― ¿Tan yo mi querida ____? ¿Tan jodidamente perfecto?―enarcó una ceja y me observó por el espejo retrovisor. Soltó una risa amarga y negó divertido. Por mí parte nuevo mi cabeza de una forma de negación absoluta― A ver, te escucho.

―Tan jodidamente mediocre. Solo por el hecho de que no pudiste con la rehabilitación crees que nadie lo hará. Un maldito drogadicto que juzga a los otros sin derecho alguno. Eres igual o peor que ellos. Tachas a Rubén de poca cosa sin saber que él vale mucho más que tú. Llámame puta si gustas, pero no por tratarme así o secuestrándome harás que te vuelva amar. Yo no me equivoco dos veces con las personas.

―Me hubiera encantado que hubieses tenido esas agallas cuando te hice mía.

―Te equivocas en tres cosas: Uno, tú no fuiste él que me hizo suya, incrédulo. Dos, las "agallas" como tú les llamas sí las tenía, solo que no me podía entrar en la cabeza con la clase de monstruo que me involucré sentimentalmente. Tres: No comprendo cómo dices orgulloso esa frasecita tan repulsiva: "Te hice mía", no fue por cariño de tu parte, lo que me hiciste se llama violación, imbécil.