❛Drogadicto❜ 💊 [Rubén Doblas]

33; suplicaciones a oídos sordos ❄

― ¿Qué haces aquí? ―tosí y cubrí mi boca rápidamente. Solo la miraba y ella hacía exactamente lo mismo conmigo.

―Yo... No sé cómo explicar esto que siento aquí en el pecho, Rubius.

Se acercó a paso lento, no perdía el contacto visual, llegó al borde de mi cama en el cual apoyó su rodilla derecha en el y gateó lentamente hasta mí.

Miré detenidamente sus ojos, los cuales brillaban de forma campante.

― ¿Y qué sería eso?

―Una aceleración involuntaria con solo mirarte. Observarte... ―acarició mi mejilla.

― ¿Se podría saber qué...?

Ésta tomó mi mano y la puso sobre su pecho. Su corazón latía con velocidad. Más de la normal.

―Esto estás provocando en mí y no sé cómo frenarlo.

Me sonrojé al ver dónde tenía ubicada mi mano. Ella ni se inmutaba, tal vez ni le molestaba que mi mano estuviese ahí.

―Mi compañero de rehabilitación, quién como nosotros sabemos lo que es depender de algo para ser feliz... Quién como tú para saber lo complicado que es enamorarse de alguien... Me hubiera encantado ser yo quién te tuviese que haber salvado, pero era una más del montón, una drogadicta como todos...

―No tienes que ser tan dura contigo misma, te harás daño.

―A la mierda con ello, te amo y me animaría a decir que tú haces lo mismo lo por el hecho de cómo me estás mirando en este preciso instante.

―Valerie...

―Rubén. ―cortó de inmediato― te amo muchísimo, demasiado. Lo siento por esto, pero no me iré sin hacerlo.

Se acercó aún más para besarme y cortar distancia.

Para profundizar el beso dio paso a su lengua, que al igual que la mía batallaban incansablemente, no tengo idea del porqué la besé, ni porqué le seguí el juego, ni por qué ahora no quiero que se separe.

Ella lentamente se posó sobre de mí y continuó besando, de manera fogosa, sonrió sobre mis labios y llevó sus manos alrededor de mi cuello, de forma rápida e imprevista, sus manos llegaron al borde de mi camiseta y la comenzó a subir.