Capitulo 102.

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Este es el lugar al que vinimos en una de nuestras primeras citas, pero hace años era un cerro desde el cual se podía ver toda la ciudad y el mar. Ahora es una hermosa casa.

-AL..- susurro mientras miro todo maravillada.

La casa es de dos pisos, con grandes ventanales que dan a la ciudad y al mar. Es estilo moderno, parte es de madera y otras de cristal. Simplemente es hermosa.

Y la luna, es increíble como se ve desde aquí. Es como si estuviera tan cerca, que podría tocarla con solo estirar mi mano.

-te gusta?- susurra cerca de mi cuello, giro, me cuelgo de su cuello y lo abrazo, reparto miles de besos en su cara.

-es nuestra casa en la luna!- grito emocionada.

-te lo prometi, y ahora la tienes frente a ti-

-es hermosa AL-

-hermosa eres tu mi ángel-

Damos un pequeño recorrido por la casa, es enorme, Allan ha pensado en todo, hasta en el cuarto de los niños.

-y ésta es nuestra habitación- una puerta cerrada de madera frente a nosotros.

Mi hombre la abre de a poco, sin despegar sus ojos de los míos, desconecto nuestras miradas cuando la puerta se abre en su totalidad.

Corro y me pego a la gran ventana de cristal, es como si estuviéramos en el aire, todo el mar, y parte de la ciudad es visible desde aquí. La luna redonda ilumina todo y el mar la refleja como si se tratara de un espejo. Esto es hermoso. No me paro a ver la cama ni la decoración del cuarto, solo me maravillo con el hermoso paisaje que tengo a mi alrededor.

Siento el calor del cuerpo de mi hombre detrás mio. Me abraza por la cintura y reparte besos de mi hombro derecho al izquierdo y luego sube a mi cuello.

-el paisaje es perfecto AL. Todo es hermoso-

-pongo ante tus ojos las cosas que mas te maravillan. Tienes el mar, el cielo, y la luna frente a tus ojos, para que cada vez que mires a cualquier lado los encuentres- me volteo y tomo su cara entre mis manos.

-no hay cosa que me maraville mas, que ver tus ojos cuando me miran- acerco su cara a la mía y lo beso.

Poco a poco el beso va subiendo de temperatura, nuestras ropas ya nos molestan, entonces empezamos por hacerlas desaparecer.

Con cuidado quita mi corona, y mis joyas dejándolas en una mesita al lado.
Quito su saco blanco y lo tiro a algún lugar. Saca los pequeños ganchos que mantenían mi pelo recogido, pasa sus manos peinándome.

El color azul de sus ojos se ha convertido en zafiro, su mirada me vuelve loca. Nos tomamos nuestro tiempo. Quito el cinturón de su pantalón y empiezo a desabotonar su camisa, cuando la quito por completo y con su ayuda, acaricio su duro y tonificado pecho.

Me besa, y correspondo a su apasionado beso, sus manos pasan a mi espalda y empiezan a quitar perla por perla que simulan los botones de mi vestido, sin dejar de besarnos; mi vestido cada vez se siente menos pesado.

-AL- lo llamo entre besos, mi respiración es dificultosa, mis piernas gelatina, mi piel la siento caliente y erizada. Él no me contesta y sus besos bajan a mi cuello.

-AL, espera... Neces.. Necesito ir al baño- intento hablar entre suspiros.

-despues- dice mientras baja sus besos a mi clavícula, el vestido aun se mantiene en mi cuerpo pero apenas saque mis brazos de las mangas caerá por su peso al suelo.

-no puedo aguantar AL, me estoy orinando- lo empujo un poco. Me mira a los ojos.

-en serio AL, me estoy orinando. Y a parte tengo mis pies sucios, recuerda que voy descalza-

Ojos Esmeralda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora