Capitulo 89.

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Hoy todos retornamos a nuestras vidas normalmente, trabajo, despertar temprano, joyería, mafia; cada uno a sus asuntos.

Allan y yo iremos a Bonaire, los chicos y papá a Harlem.
Sally se despide de papá con un gran abrazo y un beso muy cerca de sus labios, sonrío. Esto va por un muy buen camino.

-y esa sonrisa?- me pregunta Allan mientras pone el carro en reversa para salir de la finca y manejar hasta donde están esperándonos su jet.

-no te has dado cuenta que entre papá y Sally esta pasando algo?- los chicos ya están en sus autos y uno a uno vamos saliendo para adentrarnos a la carretera.

-pues creo que se gustan. Es normal, Sally es una mujer muy atractiva e inteligente, como Antonio no se daría cuenta de ello? Es muy obvio que esa mujer vale la pena- 

-espero que entre ellos haya mas que una amistad. Ella se ve muy buena, me cae bien-

-opino lo mismo- Allan me sonríe y deja un corto beso en mis labios, entrelaza nuestras manos y en el silencio mas cómodo y con música de fondo llegamos hasta donde están los hombres de Allan bien armados esperando para que nosotros subamos al jet.

El viaje es tranquilo, Allan ha estado sacando cuentas, y yo durmiendo o leyendo en mi celular. A ratos nos sentamos uno al lado del otro y hablamos o simplemente nos abrazamos dándonos caricias y algunos besos.

El viaje es largo, así que lo primero que hacemos al llegar al hotel es tomar un baño juntos y dormir el resto de lo que queda de día, pues hemos llegado a las ocho de la noche y la cena la tomamos en el jet.

Nos damos una sesión de besos que no pasan a mas, y luego caemos profundamente dormidos abrazados uno al otro.

El sol que se filtra por la ventana cae directamente en mi cara, abro los ojos de a poco y me encuentro con un hermoso amanecer.

El mar azul brilla por los rayos del sol, el cielo azul claro, con algunas nubes blancas y pájaros volando libremente hacen un conjunto perfecto para hacer una hermosa vista.

Un brazo grande y pesado me rodea la cintura, otro esta debajo de mi cabeza, mis piernas entrelazadas entre otras y una respiración tranquila choca contra mi nuca.

Suspiro profundo, no puedo ser mas feliz. Ya ansió poder despertar todos los días de mi vida abrazada a este hombre que me tiene locamente enamorada. Siempre estuve creída de que el verdadero amor solo existía en los libros, ese amor perfecto en el cual ni una de las dos personas tiene un defecto y se aman con locura; que todo se arregla fácilmente y que uno de los dos es sumiso y siempre es el que termina pidiendo disculpas después de una discusión solo para seguir siendo la pareja perfecta.

Lo único en lo que puedo creer de las novelas es que el verdadero amor existe entre dos personas, pero lo que no se puede creer es que en una relación no hay discuciones, no hay problemas, y que siempre van a estar felices.

Para saber que es la felicidad, hay que conocer la tristeza. Para saber que es ser fiel, hay que conocer la traición.
La felicidad no se basa en lo material, no en el lujo, no en la cantidad de dinero que se tenga. La felicidad es estar rodeado de personas que quieres y que igualmente te quieren. Y sobre todo, saber disfrutar cada segundo de la vida.

-en que piensas tanto?- su aliento hace cosquillas en mi sensible piel del cuello, lo que provoca que un escalofrío recorra mi espalda.

-en que soy feliz. Muy feliz- me giro para verlo a los ojos y me encuentro con los ojos mas hermosos que he visto en mi vida. No se trata del color, se trata en la forma en que estos me miran.

-entonces yo tambien soy feliz. Muy feliz. Porque mientras mi ángel lo este, yo tambien lo estaré-

-te amo AL- acaricio su cara con mis delgados y largos dedos.

-te amo mucho mas mi ángel- nos levantamos de la cama para empezar nuestro día.

Tomamos el desayuno en la habitación y luego salimos para dar un recorrido por el hotel.

Las instalaciones del hotel son hermosas y espaciosas. Hay tres salones de eventos, y después de estar en cada uno mas de cuarenta minutos y entrar y salir varias veces, me decido por el salon mas pequeño, en mi cabeza ya voy imaginando como ambientarla adecuadamente para la exposición.

En una pequeña libreta voy anotando palabras claves para luego recordar las ideas que tengo para la decoración y organización.

-mi ángel..- Allan me abraza desde atrás pasando sus brazos por mi cintura y apoyando su barbilla en mi hombro.

Yo parada desde la puerta del salon viendo todo con detalle. Anoto la palabra "dorado" en la libreta para saber que es uno de los posibles colores escogidos para la decoración.

-oye mi ángel, ya es suficiente. Es la una de la tarde, es hora de almorzar. Deja eso para después- me quita la libreta de la mano.

Me giro para mirarlo a los ojos, una sonrisa enseguida se forma en mis labios al encontrarme con esa mirada que me derrite y me hace sentir una mujer única y hermosa. Me inclino un poco para llegar a sus labios y le doy un pequeño beso que solo roza sus labios.

-vamos a almorzar- lo tomo de la mano para salir del salon, se que lo he dejado con ganas de un beso bien dado.

-espera- me detiene, sonrío internamente.

-que pasa?- pregunto como si nada.

-eso no fue un beso. Quiero un beso de verdad, no un roce de labios- me pide.

-luego AL, vamos a almorzar- no le doy importancia.

Alza una ceja y me mira seriamente. Me encanta el poder que tengo sobre él. Sin poder reaccionar a tiempo Allan me aprisiona contra su cuerpo y me envuelve entre sus brazos sin dejarme escapatoria y se acerca a mis labios.

Un beso apasionado que me deja sin aire, salimos del salon y vamos por unas pastas que están deliciosas.

Dos días mas pasamos en Bonaire y ya tengo todo planeado para la exposición, decoración, habitaciones, servicio, bebidas y alimentos.

En todo el día trabaje en la organización del evento y Allan no se a donde iba a hacer sus cosas, luego a la hora del almuerzo aparecía a buscarme y el resto del día la pasábamos juntos como si estuviéramos de vacaciones.

Regresamos a Harlem y me pongo manos a la obra con las prendas de joyas que faltan por terminar.
Paso mas tiempo en la joyería que en casa y casi no he visto a mis hombres por días.

Ojos Esmeralda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora