La puerta de metal se abre y guardias armados entran a la habitación, en cuanto uno logra sacar al Doctor del lugar, los guardias llenan el cuarto. Kira les sonríe con malicia y sus ojos verdes se encienden de nuevo. Acto seguido, la chica va por ellos.

Dardos tranquilizantes son lanzados de las armas de los guardias, algunos logran llegar a su destino, el cual es el cuerpo de la chica, pero parece no afectarle a ella, puesto que la Maximoff sigue de pie, dando pelea

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Dardos tranquilizantes son lanzados de las armas de los guardias, algunos logran llegar a su destino, el cual es el cuerpo de la chica, pero parece no afectarle a ella, puesto que la Maximoff sigue de pie, dando pelea. Los guardias caen inconscientes, y sus armas quedan destrozadas.

Si bien Kira no sabe pelear, la súper fuerza desarrollada en ella gracias al cetro, le ayudó bastante y pronto pudo deshacerse de los tipos de HYDRA. La chica miró los cuerpos inconscientes en el suelo, asustada por lo que hizo, se quitó los pequeños dispositivos que le fueron inyectados en el cuerpo como vías de los sedantes. Salió de ahí con el propósito de ir a por sus hermanos e irse de aquel lugar con ellos.

Las alarmas seguían sonando, por lo que Kira salió de la habitación, las paredes seguían siendo de rocas, por lo que la Maximoff creyó estar en una especie de cueva abandonada o algo por el estilo. Localizó unas escaleras metálicas con forma de caracol que dan hacia una posible salida, la chica observó sus alas y sonrió.

Impulsándose nuevamente emprendió vuelo hasta el final de las escaleras donde, un hombre le apuntaba con una pistola. Ella le reconoció como aquel guardia que le ayudó hace dos días atrás.

— Apártate y no te haré daño — comentó Kira, pero el chico no se movió.

Los ojos cafés del guardia se paseaban por las alas de Kira, admirándolas ahora que ella estaba en pleno vuelo.

— Apártate — repitió Kira y el joven se negó.

— Regresa allá abajo, por favor — respondió el guardia.

— Me ayudaste una vez, te devolveré el favor dejándote en paz. Ahora quítate de mi camino como sea que te llames.

— Intento ayudarte una vez más, si subes te matarán, regresa abajo por favor — el rostro del chico muestra seriedad, pero Kira decidió no hacerle caso alguno.

Cansada, Kira se dirigió a él para sacarle del camino, sin embargo, nunca pudo llegar a tocarle, puesto que el arma se disparó en cuatro ocasiones, todas dándole justo en el pecho. Haciendo que la chica cayera al suelo inconsciente.


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Cuando Kira despertó, se encontró con la misma imagen de siempre. Ella sentada en una silla metálica, encadenada de sus tobillos y manos. Su vista estaba cansada, la cabeza le da vueltas y comienza a sentir unas ganas tremendas de vomitar. Su cuerpo le pesaba, era como si la hubieran forzado a hacer trabajo de obra todo el día sin descanso alguno.

Pero el dolor es algo que conoce bastante bien, lo que en realidad le inquietaba a la Maximoff es el cómo es que estaba viva, si le habían disparado y cuatro veces. Justo en el pecho. Y ¿Dónde estaban sus alas? No podía verlas por ningún lado. Ella comenzaba a tener miedo de que se las hubiesen cortado mientras estaba en su sueño involuntario.

FALLEN ANGEL » CLINT BARTON.Where stories live. Discover now