fifty two.

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Parece que las sábanas se han pegado a mi cuerpo, no me quiero parar, no quiero ver a nadie. La única cosa que me interesa es la foto. No he dormido muy bien, y he pasado algunas horas mirándola, tratando de saber que esconde todo este maldito rompecabezas.

En la foto se puede observar a Cassandra entrando en un café, lleva una chaqueta verde militar, unos pantalones negros y botas militares, una imagen bastante juvenil, pero no luce mal, su mirada es seria, y parece ser de noche. Puedo ver su rostro perfectamente, y es preciosa, no me canso de decirlo.

La fecha que reposa en una de las esquinas es de hace dos días con localización; NYC. Deduzco que la jodida "x" significa que Redmond tiene planes de hacerle daño, y no lo puedo permitir. Tengo que saber porque se fue, y porque Redmond la odia tanto. Mientras mi dedo practica un vaivén en la foto, me levanto de mi cama para dejarla sobre mi tocador.

–¡Louise!– Anders entra en mi habitación con algo de prisa, asustándome.

–¿Qué pasa?

–Dime donde la tienes cielo.

–¿De qué hablas?

–¡La foto, Lou!, tu padre no para de decir obscenidades porque no la encuentra.

–Yo no tengo nada– niego parándome en frente del tocador.

–Louise...

–No te la voy a dar... Soy yo quien tiene hablar con Redmond.

–Louise sabes perfectamente que terminarás lastimada.

–No me interesa, quiero que el me diga porqué me mintió todo este tiempo... ¡Mi mamá está viva!

–Ya sabes la historia– me dice nerviosa– Tú madre se fue.

–Basta– le digo mirándola a los ojos, tiene pánico–. ¿Aquella bufanda en la entrada no era tuya cierto?

–No sabes de..

–Era de ella, ella estuvo aquí– digo en voz alta.

–Haz silencio, si tu padre se entera me matará.

–¿Qué quería? ¿Qué te dijo?

Anders se queda mirándome por unos segundos, después se inclina y besa mi frente, se da media vuelta y sale de la habitación. Suspiro un poco frustrada dejándome caer en mi cama. Mi celular vibra varias veces, me inclino para descubrir que es Zayn.

–Hola.

–Uy, ¿Qué pasó con la felicidad de ayer?

–Después te explico, ¿Cómo estás?

–Bien, un poco abandonado cansado, pero bien.

–Lamento escuchar eso.

–No tienes idea... Hoy pasaré por ti a las 7, iremos a cenar y después podemos ir a cine, ¿Qué opinas, preciosa?

–En total acuerdo. Por ahora debo dejarte, te estaré llamando.

–De acuerdo, te amooo.

–Yo a tiiii.

Cuelgo el celular dejándolo nuevamente en la mesa de noche. Me levanto de la cama dispuesta a darme una ducha, pero antes me aseguro de que la puerta de mi habitación tenga seguro, no quiero que Redmond entré y termine perdiendo el control al ver la foto.

Después de ducharme, me pongo ropa básica, no saldré y sé que tendré una charla bastante larga con Redmond o eso espero. Me armo de valor antes de salir del cuarto, mis manos tiemblan y siento que la foto se resbala de mis manos.

Her » ZAYNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora