Extra

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[Namjoon]

Desperté al notar a alguien revolverse a mi lado. No me asusté, sabía de sobra quien era, pero si me preocupaba que fuera la tercera vez en la noche que las pesadillas le impidieran descansar del todo. Le acerqué a mí, rodeándole con mi brazo y comencé a acariciarla suavemente la cabeza y mejillas, consiguiendo que segundos después terminada por calmarse ante ese simple contacto.

Habían pasado cinco meses desde que Hwa murió. La policía no se vio involucrada en el caso, ya que Jin tomó rápidamente las riendas de la empresa y cubrió cualquier detalle del crimen, dejándolo como una escena de venganza por parte de alguna organización enemiga. En la muerte de sus padres también estuvieron involucrados terceras personas, malas compañías que no tenían el buen ojo puesto a la familia de Jin, así que nadie puso en duda la tapadera.

Ahora con Jin al mando los encargos se habían reducido enormemente, mandándonos realizar únicamente aquellos que no iban en contra de su moral. Ninguno de los del grupo éramos avariciosos, así que nadie se quejó del cambio.

Jungkook y Jimin comenzaron una relación. No es que me gustara meter las narices donde no me llamaban, pero era algo tan obvio que solo les faltaba montárselo delante nuestra para dejarlo claro. Ahora el menor del grupo parecía completamente embobado con el castaño, pero no le seguía de forma sumisa, parecía más libre con él. Parecía realmente feliz, ambos lo eran, y me alegraba enormemente.

Por otra parte Jin me comentó que Taehyung y Hope también se traían algo, yo le dije que para nada, pero él siguió insistiendo en que tenía razón, que sabía leer el comportamiento de las personas y que entre esos dos había ocurrido algo más. Y cuan fue mi sorpresa cuando una tarde me los topé dentro de los vestuarios del gimnasio dándole otro uso a las duchas.

Suga iba a su bola y estaba más metido que nunca en el trabajo. No tenía mente para relaciones, de hecho creo que intentaba apartar la cabeza del ámbito sentimental por algún tiempo, pero algo me decía que había conocido a alguien. El que se enfadara y sonrojara cada vez que le preguntaba acerca del tema, afianzaba más mis sospechas.

Y Jin seguía siendo Jin. Seguía siendo mi Jin.

Lo primero que hizo cuando llegó al piso fue convertirse en mi enfermero personal, bueno, más bien lo primero que hizo fue regañarme por no haber cuidado correctamente mi herida. Por el día no se estaba quieto, enredándose en cualquier cosa para pasar el rato, aunque a veces parecía que lo hiciera para no pensar, para tener la mente lo suficientemente ocupada y no dejar espacio a ningún recuerdo.

Y por la noche lloraba. Por la noche se revolvía dormido, susurrando y negándose en sueños, casi hasta el punto de gritar en ocasiones. Yo me limitaba a tranquilizarle sin despertarle, pues con el paso del tiempo había aprendido que con un poco de tacto podía calmarse sin necesidad de interrumpir su sueño.

Y en esta ocasión no era diferente. No me molestaba haberme despertado a las diez de la mañana con sus patadas. Yo, que odiaba abrir los ojos antes de las doce como mínimo, me encontraba sonriendo, disfrutando del rostro calmado de Jin, iluminado por los tenues rayos de sol madrugadores que entraban por la ventana. No fui consciente del tiempo que estuve observándole, pero debió ser bastante, porque cuando me quise dar cuenta el reloj de mesilla marcaba casi las once y Jin abría lentamente los ojos, pestañeando varias veces antes de mirarme sorprendido. Finalmente me sonrió y se juntó más a mí, enterrando su rostro en mi pecho con desánimo por despertar del todo.

- Pensé que te habías ido –susurró sin mirarme, acariciando tiernamente mi cuello con su nariz a medida que hablaba.

- ¿A dónde iba a ir si no es contigo?

- A hacerme el desayuno, por ejemplo.

- Joder Jin –reí con incredulidad, desperezándome e incorporándome, dando la impresión de que me iba a colocar en pie pero terminando por sentarme sobre su regazo, obligándole a permanecer tumbado. Sonreí y le observé varios segundos, disfrutando de las vistas más bonitas que podían existir y seguidamente me incliné a besarle. – ¿Desde cuándo eres tú el que rompe el romanticismo?

- Desde que tengo hambre –también rió, pero terminó interrumpiéndose a sí mismo al soltar un bostezo, poniendo una cara tan adorable y graciosa que lamenté enormemente no haber tenido una cámara a mano. –No te rías de mí, idiota.

- No me río –respondí riéndome.

- Claro que lo haces, eres idiota –se quejó, intentando inútilmente zafarse de mí agarre, pues lo tenía bajo mi peso, apresado entre mis piernas. – Idiota, idiota, idiota.

Y seguimos en las mismas, yo riéndome y Jin intentando pegarme para quitarme de encima, viéndose tan adorable que no dudé ni un segundo en besarle para que dejara de intentar regalarme un golpe. Y funcionó, como siempre lo hacía.

- Namjoon – Me separé unos centímetros, soltándole las muñecas y asintiendo en señal de que le prestaba atención. – No tienes porque dormir conmigo, ya lo sabes.

- Me gusta dormir contigo, ya lo sabes –respondí poniendo el mismo tono.

No lo decía porque no quisiera que compartiéramos cama, tan solo me lo recordaba como las ochocientas veces que me lo llevaba diciendo desde que se percató de que se movía en sueños. No le hacía ninguna gracia que yo me llevara los golpes producidos por sus pesadillas, pero a mí eso me daba igual.

- Voy a acabar cubriendo tu cuerpo de moratones a este paso.

- Y bien bonitos que quedarán –me miró con reproche y yo reí, besándole la mejilla en señal de disculpa. –Es broma. Pero lo digo en serio, le das demasiada importancia. Además, cada vez lo haces menos. –Apreté sus mejillas, agarrando su cara con una mano y sonreí, disfrutando de los morros que ponía en este momento. –Me muero por pasar una noche contigo en la que sueñes cosas tan bonitas como tus labios.

- ¡Oye!

- Tan bonitas como tú –me rectifiqué entre risas, disfrutando de su reacción. Él también terminó sonriéndome, y así nos quedamos varios segundos, mirándonos mientras acariciaba mi espalda con la yema de sus dedos.

- Lo prefiero así –declaró cerrando los ojos sin borrar la sonrisa ni dejar de acariciarme.

- ¿Cómo así?

- Prefiero soñar cosas feas y vivir cosas bonitas que al contrario.

- Podrías vivir cosas bonitas y soñar también cosas bonitas.

Ahí abrió los ojos, mirándome con diversión.

- ¿Es que hay algo más bonito que esto?

- Claro. Imagínate esta misma situación pero contigo desnudo. Eso es mucho mejor.

- ¡Namjoon! –se quejó, aunque tampoco pareció enfadado, porque también terminó riéndose. No sé en qué momento comenzamos una guerra de cosquillas, la cual como siempre, terminé perdiendo. Jin había aprendido fácilmente que sitios tocar para vencerme sin esfuerzo. Se colocó encima de mí y cuando menos me lo esperé, me besó. –Te quiero mucho.

- ¿Más que a la carne?

Soltó unas risas y asintió infantilmente.

- Más que a la carne y a los dulces y a cualquier otra cosa en el mundo.

- Yo también, Jin, yo también. 

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Ahora subo otro extra con el lemon que pedísteis <3

¿Y si me tuviera que marchar? ▌Namjin▐Where stories live. Discover now