Capítulo 44.

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[Recomendación: Leer el capítulo con la canción y leer la letra, creo que es algo especial para este capítulo]


Sean había querido comer en el restaurante del hotel, en vez de pedir la comida para la habitación, no me molestó la idea sólo que aún estaba un poco preocupada por la conversación, breve y potente, que había tenido con Xhantos. En varias ocasiones había intentado preguntarle qué es lo que había sucedido pero terminaba evadiéndome o simplemente sin contestar la pregunta. 

Ya llevábamos casi más de media hora sentados en la mesa del bar, el cual mantenía las luces bajas en una especie de privacidad con sus clientes, muchas de las mesas tenían unas telas de seda natural cubriendo su alrededor mientras que otras estaban ubicadas en el medio del salón. En el fondo se encontraba la barra que por la hora estaba comenzando a llenarse de borrachos. 

Lo miré a los ojos, él sabía que mi preocupación estaba latente pero de todas maneras me evitaba. -Ya me estoy cansando...- comenté frustrada por su actitud. Sean reparó en mi presencia unos segundos antes de suspirar y volverse a sumir en sus pensamientos. -Se supone que estamos por casarnos, no puedes ignorarme así cuando yo no he hecho nada- volví a intentar pero esta vez ni siquiera me prestó atención. 

Mordiéndome la lengua para no soltar las lágrimas por la frustración me levanté de mi asiento dispuesta a irme. Estaba corriendo el velo de tela cuando sentí su gran mano rodeando mi muñeca sin ejercer presión. Me solté de su agarre como si éste quemara sobre mi piel. No estaba enojada, estaba dolida por su actitud y por la poca confianza que me tenía. Me planteé la posibilidad de que él no me quisiera meter en problemas y que por esa razón me ignoraba, pero descarté ésa posibilidad cuando prosiguió ignorándome con el pasar de las horas. 

- Quédate... Por favor- pidió, me volteé para mirarle el rostro pero él no me estaba mirando. 

- Lo siento, no, no puedo- respondí aunque el dolor se extendía por mi pecho, no sabía desde cuando la parte sentimental y considerada me había influenciado, o si éso era efecto del embarazo pero lo único asegurado era que dolía como el infierno fingir ser una perra sin corazón con él. 

- No, tú no tienes que pedir perdón- me soltó bruscamente y volvió a sentarse bien en el asiento para beber de un solo trago el vaso de whisky. 

La primer lágrima rodó por mi mejilla y la quité con cautela para que Sean no la notara. Quería marcharme, dejarlo solo y hacerle caso a mi orgullo; pero aunque si eso doliera como el infierno quería quedarme a su lado. Di un paso dentro nuevamente sólo para agacharme por su espalda y darle un lento beso en la mejilla. Me quedé ahí por unos segundos, con mis labios rozando su piel suave, aspirando su aroma a colonia, desgastada por el paso de las horas, junto con el olor de su cuerpo. 

- Te amo- le escuché susurrar y supuse que se encontraba con los ojos cerrados porque yo así los tenía. -Por favor, no llores por mí.

- No estoy llorando- intenté decir mientras comenzaba a alejarme de su rostro. Me sorprendió en cuanto se volteó y tomó mi rostro entre sus manos. Estábamos tan juntos que ni siquiera me molestaba la incómoda posición en la que nos encontrábamos. Sus ojos por primera vez en esta noche me miraron realmente, no era una de aquellas miradas dulces, no, era una de esas miradas llenas de miedos e inseguridades, combinadas con miles de problemas acompañados con demonios. 

- No llores, Sky, no llores por favor- rogó con la voz ahogada. Nunca lo había visto así y eso me partía el corazón. -Todo está mal pero tú y nuestro bebé es la única luz entre tanta oscuridad. No voy a pedirte perdón por esta noche, no lo haré porque he intentado mantenerme al margen y no derrumbarme como normalmente lo haría. Te he dejado permanecer a mi lado en mi trance, he intentado no golpear nada ni a nadie y lo he logrado, he intentado no gritar y lo he conseguido, sólo que no he intentado fingir que nada sucede porque no es así y no puedo fingir eso... 

- Sean...- intenté decir pero él negó con la cabeza. Sus ojos estaban abiertos y asustados, aunque la tristeza comenzaba a notarse en su mirada. 

- Sé que debería dejarte, que debería alejarme de ti pero no puedo, no cuando ese bebé que llevas en el vientre es mi hijo. Nuestro hijo. Sé que debería ocultarte pero también sé que eso puede significar no volver a verte en años- comenzó a decir y fruncí el ceño sin comprender. -Las cosas se están poniendo difíciles, no te voy a prometer que va a ser fácil pero tampoco voy a dejarte sola. 

- Sean...- volví a intentar.

- Déjame hacerte el amor... Permíteme  eso antes de que nuestro tan preciado mundo nos clave un puñal por la espalda, déjame amarte tanto como mi cuerpo y mi corazón puedan hacerlo. El tiempo no está a nuestro favor pero déjame parar el reloj sólo unas horas, te necesito ahora, te necesito como nunca te he necesitado o como nunca he necesitado a nadie. 


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¡Nuevo capítulo! 

Personalmente creo que he amado este capítulo. No sé que han pensado ustedes pero amo esta faceta de Sean con todos sus demonios. No puedo explicar la sensación que me dio escribir este capítulo pero espero que hayan sentido lo mismo cuando lo leyeron. 

Los quiere Ari ♥

Secretos en el ring [DSP#2]Where stories live. Discover now