Capítulo 33.

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Sean aparcó el carro en la acera del frente del gran edificio de ventanas de  cristal. Me dio una sorisa tranquilizadora y se la devolví en un intento de parecer confiada. Estaba con los nervios de punta por más que intentara pensar que sólo era un control.

Ambos bajamos del carro para luego cruzar la calle mientras se escuchaba el sonido de la alarma siendo colocada.

Entramos al edificio, donde había un guardia en la entrada y al frente una isla, en la cual habían cuatro recepcionistas peinadas con un rodete estirado. Sean tomó mi mano y le dio un ligero apretón. Dando el primer paso Sean comenzó a caminar con rumbo a una de las recepcionistas mientras me arrastraba consigo.

- Hola...- intenté pronunciar pero las palabras me salieron en un susurro. Además no recordaba el nombre del doctor. La recepcionista me dio una sonrisa reconfortante, la cual no ayudó. Me mordí el labio y comencé a buscar el papel, donde había anotado el nombre, en mi bolso. -Lo lamento...

- Está bien ¿con quién tienes cita?

- Con el doctor McCain- leí el papel que afortunadamente había encontrado. -Por cierto mi nombre es Sky Braxton aunque quizás esté anotada como Sky Powell- agregué y unas mariposas recorrieron mi estómago al pronunciar mi nombre con su apellido. Me ruboricé mientras que Sean sonrió arrogante.

- Buenas tardes señor y señora Powell- saludó haciendo que me ponga aún más roja. -En un momento serán atendidos. Por favor vayan al segundo piso y esperen a ser llamados.

Luego de murmurar un apenas escuchable 'gracias' me encaminé con la cabeza gacha a los ascensores.

- Tendrás que acostumbrarte cariño- susurró contra mi oreja haciendo que vuelva a sonrojarme.

Le di un pequeño golpe en el hombro con mi mano libre y él carcajeó satisfecho de mi reacción.

Esperamos en unos cómodos sillones frente a tres puertas blancas, donde se suponía que habían ginecólogos. En la sala había otra pareja de unos treinta años, quienes no sonrieron apenas nos acercamos, y también había una mujer de unos aproximados veinticinco años con el rostro contraído, al parecer de rabía, mientras mantenía los puños apretados.

A decir verdad somos una pareja muy joven y eso debió haber llamado la atención de la otra pareja mientras que la otra chica ni siquiera nos miró. No sabía si estaba sola o el padre del bebé no la había acompañado, de cualquier manera parecía furiosa.

De lo que estaba segura es que el embarazo sin Sean sería una completa locura, sin mencionar todos los dolores además de que no tendría a quién pedirle que me traiga todos mis antojos que últimamente estaba teniendo.

La puerta del consultorio dos se abrió y una chica con una notoria panza salió sonriente acompañada de un hombre algunos años mayor que ella.

- Disculpen- se refirió al grupo. -¿Quiénes son los Powell?- preguntó y levante la mano algo tímida. La chica me dedicó una rápida sonrisa antes de proseguir. -El doctor McCain dice que en breve los atenderá.

Dicho eso la mujer desapareció por el pasillo abrazada a su novio o esposo. Nos colocamos de pie, y Sean me miró entrecerrando los ojos.

- No me dijiste que era un doctor- frunció el ceño claramente disgustado. -Y me refiero a uno del sexo masculino.

- Vamos, Sean... Es el mejor ginecólogo de la ciudad- comenté y él sólo rodó los ojos aún disgustado.

- Adelante- indicó un hombre de unos veintisiete o veintiocho años. Para mi desgracia era apuesto, cosa que Sean notó al instante sin embargo aceptó el apretón de manos que el doctor McCain le ofrecía. Luego de intentar no reírme de su rostro, le estreché la mano también para luego tomar asiento en unos pequeños sillones negros.

- Buenas tardes doctor- saludé aunque los nervios me comían por dentro.

- Señor y señora Powell- leyó una ficha, en la cual se leía claramente mi nombre con su apellido resaltado en negrita.

- Sí- afirmó Sean.

- ¿De cuántos meses estás Sky?- preguntó ignorando a Sean.

- De dos- respondí y él sólo asintió.

- ¿Kurt por Kurt Cobain?- preguntó Sean. Me giré con el ceño fruncido para encontrarlo mirando un cartel dorado donde señalaba el nombre del doctor McCain.

- Así es- carcajeó haciendo que Sean de le uniera en la risa. -Mi madre estaba obsesionada con él, aunque recién dejó de preocuparse hasta después que pasé los veintisiete.

- Yo también me hubiera preocupado- añadió Sean sin preocuparse mucho de lo que sus palabras decían sin embargo Kurt McCain pareció ignorarlo.

- Necesito pesarte y medirte para llenar la ficha, luego de eso haremos tu primer ecografía- comentó.

- Cuidado doctor se le va a romper la balanza- bromeó mi dulce novio.

- ¡Sean!- le regañé para luego fulminarlo con la mirada.

Incluso el doctor estaba riendo de su broma mientras que yo sólo los miraba mal a los dos.

Luego de unos minutos el doctor ya había terminado de anotar todos los datos que me había pedido.

- Muy bien, Sky, vamos a comenzar con la ecografía- indicó el doctor. -Quítate la blusa y ve a la camilla.

Me quité la blusa y se la arrojé a Sean, quien estaba desprevenido. Con cuidado me recosté sobre la camilla para luego ver al doctor acercarse junto con mi novio.

- Va a ser una lástima...- comenzó el doctor. -Te debe haber costado mucho esos abdominales marcados para ahora perderlos.

No lo había pensado nunca y probablemente Kurt McCain tenga razón, me habían costado y ahora los iba a perder.

Sin esperar ninguna respuesta a su comentario sacó un frasco con gel de uno de los cajones a su lado. Tomó asiento en un taburete frente a la camilla con un pequeño aparato en su mano, parecido a una máquina de depilar pero sin los rodillos.

Comenzó a pasarme el gel sobre mi vientre y un escalofrío cubrió mi espalda porque el gel estaba realmente frío.

- Ahí, si ves esa Mancha blanca, ese es su bebé- señaló. -Todavía es muy pronto para saber el sexo pero les preguntaré cuando se vea.

- Es increíble- agregó Sean facinado con la imágen en la pantalla.

- ¿Quieren la foto?- preguntó Kurt a lo que asentí con las lágrimas corriendo por mis mejillas.

Claro que tenía miles de dudas sobre este embarazo, sobre si iba a ser buena madre, sobre si mi estilo de vida era peligroso para el bebé -lo que era probable-. Para lo que la respuesta sería no hay un libro para aprender a ser padre pero de lo que estaba segura era de que con Sean habíamos pasado por tanto que esto no iba a detenernos.

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¡Nuevo capítulo!

Este cap en particular me pareció muy tierno... ♡

Espero que les haya gustado...

¿Ustedes que creen que pasará ahora?

Quiero leer las respuestas a esta pregunta y a la que más me guste le dedicaré el próximo capítulo. ¡VAMOS NO QUIERO TÍMIDAS!

Los quiere... Ari ♡♡

Secretos en el ring [DSP#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora