Capítulo 55.

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Kurt McCain en multimedia 

Me dejé llevar en el silencio de sus palabras, aquel silencio que no existía pero que yo misma creaba, estaba agotada y con una tristeza enorme. Tenía miedo, demasiado. No quería perder a mi hijo pero la situación me inquietaba y ésta me indicaba que sería una despedida. 

- Ya llegamos...- alcancé a oír. Mi corazón dio un respingo. 

La puerta del carro se abrió y sentí unos grandes brazos sacarme fuera del carro, me estremecí. -Tranquila, todo estará bien- la voz de Kurt logró calmarme un poco aunque no lo suficiente. Me atreví a abrir los ojos, sólo para ver el ceño fruncido de mi ginecólogo y obstetra, él me seguía cargando y la luz del mediodía detallaba la preocupación palpable en su rostro; algo me decía que esta clase de situaciones no se le presentaban continuamente en su camino. 

Me depositaron en una camilla y pronto me vi rodeada de todo un equipo médico. -Respira fuerte, tendremos que anestesiarte. 

Cerré los ojos y sentí como una mascarilla fría se colocaba sobre mi boca y nariz, respiré fuerte, si había alguna oportunidad de salvar a mi bebé era ésta y no iba a desaprovecharla. Me dejé llevar en la oscuridad, me sentí caer, por fin sentí cómo mi corazón relajaba su ritmo. Las palabras volaban por la recepción, las cuales pasaron a ser sólo un murmullo en el fondo hasta ni siquiera ser escuchadas. Me sentí bien, incluso en esa situación me sentía triste pero sabía que lo mejor era no resistirme si todavía habían esperanzas. 

Le agradecí a Ashton en mi mente, ahora no sólo le debía un montón de cosas por su ayuda en cada situación del año pasado; ahora, si vivía, le debía la vida de mi bebé. 



Borroso. Todo se veía borroso. Poco a poco unas siluetas se delineaban en el medio de una pequeña luz artificial. Me quedé quieta con los ojos entrecerrados hasta que me percaté de lo que sucedía, no había sido un sueño, si había tenido una perdida y éso me preocupaba. La luz del atardecer se colaba por medio del gran ventanal de la lujosa habitación, me encontraba en una de las camas de la clínica tapada por una fina manta celeste. 

En los dos sillones en la punta de la habitación se encontraban sentados, demasiado distanciados uno de otro, Ashton y Sean, ambos con la cabeza gacha permitiéndome detallarme la situación. Ashton se encontraba cubierto de grandes manchas de sangre e incluso sus manos se encontraban bañadas en ésta. Sean en cambio se mecía en su lugar con aires de melancolía, tenía sus manos entrelazadas como si estuviera rezando en silencio. Recordé todos los momentos de pareja tiernos que tuve con él, su manera tan romántica que siempre tuvo para mantenerme encantada y también recordé los malos momentos que parecían consumirnos; él decidió amarme en el peor momento, amarme ahora cuando ni siquiera sabíamos si íbamos a poder estar juntos ¿dónde había quedado aquel amor? Sean ni siquiera parecía reaccionar cuando lo necesitaba, cuando su prometida y su hijo lo necesitábamos ¿por qué no hizo nada al respecto? ¿Por qué se mostró tan frío cuando vio a Lyna y a Ashton? Y luego estaba Ashton, siempre dispuesto y atento. Ocupando aquél lugar de mejor amigo, del cual estaba consciente de que no quería ocupar pero se conformaba con ello. Mi mejor amigo, el que siempre tuvo los brazos abiertos para mí y también el que se rompió en pedazos cuando se enteró de mi embarazo. Lo entendía y a mi forma lo amaba también aunque no de la manera en la que él quería. 

Lo vi levantar la mirada, sus ojos celestes casi verdes tan distintos a los de Sean me miraron con tristeza, algo me decía que lo había perdido. Se levantó del sillón sólo para acercarse al borde de la cama, donde se arrodilló y tomó mi mano entre las suyas, manchándome de mi propia sangre y apoyando su cabeza entre nuestras manos. Los movimientos de mi mejor amigo llamaron la atención de Sean, a quien le brillaron los ojos al verme despierta, dio un brinco y se acercó a grandes zancadas. Nos observó en silencio sin decir nada, sólo sonrió con cariño y apoyó su mano en mi mejilla. 

- ¿Y el bebé?- pregunté temblorosa. 

- Aún no lo sabemos, Kurt no ha querido decirnos nada hasta que despertaras- respondió Sean con voz suave. -Iré a buscarlo...

Con la misma suavidad salió de la habitación, me estaba cansando de sus cambios de personalidad pero incluso así no podía dejar de amarlo. 

- Tuve tanto miedo...- escuché el susurro de Ashton. Se veía algo mayor con sus ojos cansados y sus facciones contraídas, demasiado mayor para tener casi veinticuatro años, lo recordó que en algo más de una semana era su cumpleaños. 

- Yo también lo tuve...

- No de la misma forma en que yo lo tuve- me cortó. -Tú tuviste miedo por tu bebé y lo entiendo, yo también tuve miedo por tu hijo pero más miedo tuve por ti, por no saber si volverías a abrir los ojos... Kurt me dijo que era peligroso tener perdidas desde tan pronto en el embarazo. Tuve tanto miedo que casi golpeo a Sean en cuanto lo vi, por ser tan idiota. 

Acaricie su cabello con mi mano libre una vez que volvió a apoyar la cabeza entre sus manos, sentí un nudo en mi pecho. Me dolía lastimarlo, no era justo para él, pero tampoco podía alejarme de alguien tan importante. Por más que intentara dejarlo de lado algunas veces, me era imposible, no podía dejar a alguien que me había brindado su apoyo cuando menos lo merecía. 

Levantó la cabeza y me miró a los ojos. -Te quiero- susurré y las palabras fueron como un balde de ácido para él, lo vi contraer su rostro y lo escuché suspirar. 

- No de la forma en la que yo quisiera- murmuró. -Sabes que estaré aquí cuando quieras, sólo tú sabes que no miento, que te amo... Pero soy noble y fiel, éso no quiere decir que te obligue a amarme. 

- ¡Que bueno que ya despertaste!- exclamó Kurt apareciendo en la habitación. Ashton soltó mi mano y se colocó de pie dándome una larga mirada, él me había "declarado" su amor y éso estrujó mi corazón. 

Sean había cambiado su expresión por una de alivio y se disputaba la calma en la habitación. 

- Tengo una buena noticia y una mala, ¿cuál quieren primero?- preguntó mientras firmaba unos papeles en una tablilla. 

- La buena- respondió Sean sin pensarlo dos veces. 

- Bueno la buena noticia es que su bebé está a salvo- dijo sonriente. -Y la mala noticia es para Sean- lo miró un segundo antes de proseguir. -Tus deseos de una niña serán en vano... 

- ¿¡Será un niño!?- pregunté extasiada por la noticia. Kurt me miró y asintió con alegría. 


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¡Nuevo capítulo! 

¡Un niño!♥♥♥

¿Qué opinan sobre Ashton? 

Personalmente lo amo aunque no creo que tanto como Ana♥


Los quiere. Ari♥

Secretos en el ring [DSP#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora