Capítulo 34.

3.3K 227 22
                                    

Moví mi bebida y le di un trago. Me encontraba sentada en un bar junto a Ashton, habíamos llegado aquí luego de una divertida tarde en un parque de diversiones. A pesar de que me sentía un tanto ridícula con un batido, mientras que Ashton tomaba una cerveza, a él no parecía importarle.

- Así que... ¿Cómo se lo tomó Sean?- preguntó. No le hizo falta gritar o forzar la voz ya que el bar mantenía una música tranquila y baja.

- Bien, estaba algo emocionado- respondí a lo que él devolvió con un énfasis en su ceja. -Siendo sincera esperaba que se enojara o algo parecido... Ya sabes.

- ¿Algo cómo lo que yo hice?- le di un leve asentimiento como respuesta a lo que lo hizo bufar.

- Encima ¡Hizo construir una casa para nosotros!- le conté alegre. Lo observé agachar la cabeza hacia su vaso sin mostrar ningún rastro de emoción. -¿Estás bien? ¿He dicho algo malo?

- No... No es eso- respondió con la voz apagada. Como un acto reflejo le tomé la mano por encima de la mesa, pero él se inquietó con el tacto y la quitó en cuanto pudo.

- Hey, Ash, puedes decirme lo que sea- dije con la intención de alentarlo a contarme.

- No es nada- indicó y aunque no le creía preferí dejar de lado el tema para que me lo contara cuando tenga ganas.

- Bueno, ¿quieres ir a caminar?

- Suena bien- respondió sacando su billetera. En un rápido movimiento se la quité de las manos para luego arrojarla en mi bolso. -Oye ¿qué crees que haces? Devuelveme eso.

- No- me negué. En un intento de mantener la carcajada dentro de mí saqué mi billetera y, con cuidado de que Ashton no hiciera lo mismo, coloqué unos billetes sobre la mesa.

- Sky...- me nombró con un tono de reproche que hubiera hecho estremecer a cualquier niño.

- Déjame pagar, además tú pagaste por todo lo del parque de diversiones no es justo.

- Quédate tus billetes y devuelveme la billetera, así podré pagar de una vez- le saqué la lengua y llamé a la camarera que nos había atendido. La chica llegó con una sonrisa en el rostro y nos preguntó qué necesitábamos.

- Cobra nuestros pedidos y quédate con lo que reste- le dije y ella asintió agradecida.

Ambos nos colocamos de pie y comenzamos a caminar con paso lento. Habíamos llegado aquí caminando luego de dejar su carro en mi casa ya que cuando volvimos del parque de diversiones, fuimos directo a mi casa esperando algo que hacer pero como Sean estaba en el gimnasio y Kendall estaba de nuevo en una cita, era demasiado aburrido quedarnos ahí.

- ¿Por qué será que siempre te sales con la tuya?- preguntó aunque fue más para él mismo que para mí.

- Porque siempre sé lo que quiero- respondí segura de mis palabras. Ashton se sorprendió de escuchar una respuesta sin embargo negó con la cabeza.

- No me refería a eso, intentaba decir cómo consigues que siempre esté dispuesto a hacer lo que tú quieras, cuando quieras- indicó con una sonrisa vacilante en sus labios, aquellos que el año pasado había besado más de una vez y a los cuales les había susurrado que me hiciera suya. Era increíble como una persona como él luego de tener relaciones conmigo, por la situación, se haya vuelto mi mejor amigo.

- Tal vez es porque estas muy enamorado de mí- bromeé.

- Tal vez sea por eso...- aunque intentó sonar como si quiera continuar la broma no lo hizo. Le observé extrañada de su comentario, su sonrisa había desaparecido para ser remplazada por un ceño fruncido y una mueca.

- Hey ¿qué sucede?- dejé de caminar para observarlo con determinación.

- Oh no es nada, sólo que recordé que debo ir a casa de mis padres porque esta noche regresa Lyna- hice una mueca de desagrado, nunca había a llegado a odiarla sólo que su nombre me generaba igualmente una sensación de asco inigualable. Algo me decía que Ashton estaba mintiendo que había algo que me estaba ocultando.

Con la duda picando en la punta de la lengua dejé que mi mejor amigo me diera un beso en la frente y se dirigiera a su carro. Sin darnos cuenta ya habíamos llegado a casa.

Le observé subirse a su carro luego de despedirse con un simple 'hasta mañana'.

Una vez que se marchó ingresé en mi casa, las luces estaban apagadas y un rico olor a pizza casera se extendía desde la cocina hasta la sala. Sin dudarlo me encaminé hacia la cocina, donde para mi sorpresa se encontraba Kendall, con un delantal rosa atado a su cadera y unos guantes de cocina a juego en sus manos.

- ¿Esperas a alguien?- pregunté. Mi hermano se sobresaltó por mi presencia pero de todas maneras me regaló una de sus mejores sonrisas.

- Sí- enarqué mi ceja con curiosidad a lo que él comenzó a reír. -A ti, boba.

- Te convenía- le amenacé. -Creo que iré a darme una ducha, en unos minutos vuelvo.

Kendall asintió para luego abrir el horno para observar el proceso de la pizza. En menos de cinco minutos me encontraba ya desvestida en mi baño. El agua caliente cubría mi cansado cuerpo, esto de estar embarazada me dejaba sin energías y demasiado cansada.

Me toqué mi pequeño vientre con mi mano, no estaba demasiado grande apenas comenzaba a notarse y mi ombligo estaba a punto de salirse para afuera. Era una extraña sensación de sentirse lleno, de que algo había estaba bien.

Una vez terminada la ducha me vestí con un pantalón de franella negro y una camiseta vieja de Kendall. El comedor se encontraba medio a oscuras alumbrado por unas cuantas velas largas puestas en unos pequeños candelabros. Si no fuéramos hermanos, la imágen se vería como una pareja muy romántica. Lo que sólo me hacía recordar la primer semana en la que llegamos a California y nosotros dos fingíamos ser pareja.

- ¿Se fue la luz?- pregunté tomando asiento frente a él.

- No, habían muchos bichos y si dejaba la luz encendida no nos dejarían de molestar- se encogió de hombros.

- Está delicioso...- le indiqué luego de dar un gran mordisco.

- Sean me dijo que no podías comer cosas que el doctor te lo prohibió y bla bla- me sonrió cómplice. -Pero como te conozco bien, sabía que te gustaría un poco.

- Me conoces bien- agregué y le devolví la sonrisa.

- ¿Cómo va creciendo mi pequeño sobrino?- preguntó.

- Supongo que bien...- le respondí. -¿Por qué estás tan seguro de que es un niño y no una niña?

- No lo sé- se encogió de hombros. -Es que si no si fuera niña, no podría enseñarle groserías a luchar aunque tú seas mejor que yo en eso.

- Pero bien que te gustaría que sea una niña para espantarle los novios- mordí un pedazo de mi pizza.

- Primero tendría que reconciliarme con su madre...

- Pensé que ya lo habías hecho- enarqué una ceja.

- En realidad para eso cociné hoy.

- Bueno entonces si es una niña será la más protegida de todo Estados Unidos, con un padre como Sean, un tío como tú, un abuelo como George, y un par de tíos postizos como nuestros amigos le veo el camino difícil...

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
¡Nuevo capítulo!

Quiero decir que no pude dedicar el capítulo desde el teléfono así que mañana lo haré desde la computadora.

¡GRACIAS! les digo gracias por los más de 200k de leídas en Descubriendo a Sean Powell... Gracias por su apoyo incondicional y por su gran presencia, sin mencionar todos aquellos hermosos comentarios que dejaron...

En temas de este capítulo, coincido con Sky, si es niña la tendrá muy difícil pero si es un niño tendrá un montón de tíos babosos que le enseñarán a ligar desde chiquito ♡♡♡

¿Ustedes que dicen?

Los quiere. Ari♡

Secretos en el ring [DSP#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora