Guillermo: Mentiras piadosas

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Simplemente quería tenerlo a mi lado, me había robado mi alma por completo y solo él podría regresarme a la vida nuevamente. Tenía la esperanza de terminaría con Ronaldo por estar conmigo.

¡Siempre decía a cada momento que me amaba con tanta locura! que solo yo le producía aquellos sentimientos, pero eran palabras que se llevaba el viento, pero siendo sincero, no estaba listo para aquella noticia donde me terminó de hundir por completo, pero a la vez fue un gran motivante para poder alejarme de él.

– Guille... debo decirte algo- La voz de alfa era seria y jugaba con sus manos por un nerviosismo intenso, su respiración estaba más que agitado.

– ¿Qué es lo que sucede Lio? –

– Ronaldo están en espera de nuestro primer cachorro – Expresó en un tono totalmente seco y no dejaba de observar al rizado que estaba frente a él y trataba de analizar sus expresiones, pero simplemente no notó nada, absolutamente nada y supo que todo estaba ardiendo en el infierno.

Sentía que todas mis esperanzas cayeron al rápidamente y me largue sin decirle nada. Escuchaba mi nombre, sé que gritaba mi nombre con desespero y se trataba de aferrar a mí, pero Andrés llegó por mí, salvándome de caer nuevamente en esas jodidas mentiras, no regresé, la lluvia era mi compañía aquella noche y caí un peldaño más en el infierno. Lo merecía, los errores como yo no merecemos un amor sincero ni de ningún tipo. Papá tenía razón ¿Cómo podría amar a un omega que deseaba músico? ¿Cómo pude pensar que dejaría a Ronaldo por mí? ¡Cristiano es más hermoso que yo! Tiene todo para triunfar y yo... yo no tengo nada.

Aquella llamarada de fuego terminó de consumirme y ya no tenía a nadie para que pueda apagarla. Mis lágrimas no dudaron salir, no regresé hasta el día siguiente y realmente evité verlo a cualquier costo y agradecía de corazón tanto Andrés como Rafael no se me despegaban en ningún momento, aunque ese día realmente la misión no era evitar solo a Lionel de igual forma tenía que hacerlo con Ronaldo que se había enterado de nuestro romance clandestino por Rafael, se lo dijo indirectamente esperando que no lo entendiera de manera rápida.

– Lo siento... realmente me jodía la existencia y se lo dije de manera indirecta – Expresó sin dejar de mirarme, notaba su tristeza así que solo sonreí un poco para tratar de calmarlo, al final de todo, siempre había estado para mí desde que éramos unos críos.

– No te preocupes Rafita... algún día se iba enterar de todos modos –

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Todo el colegio se enteró de mi romance clandestino con Lionel y fue un tormento para mí los días restantes de la preparatoria, burlas, humillaciones e insultos por haber estado con el alfa del omega más popular del colegio, pero mi suerte llegó el día de la graduación. Había enviado una carta a la universidad Conservatory of Music G. Martucci de Salerno, Italia y esperaba con ansias la respuesta que para mi gran suerte llegó y leer la noticia, fue la bendita señal de que tendría una nueva oportunidad de iniciar desde cero, lejos de este maldito infierno.

Lejos de mis padres

Lejos de Cristiano

Lejos de Lionel Messi.

No tenía a nadie al momento de leer aquella carta, estaba muy feliz en la oscuridad de mi habitación y por primera vez, ese vacío no se hizo presente – Oh por Dios... – ¡Fui aceptado! ¡Me dieron la beca! – Viajaría hacia el otro lado del mundo para poder alejarme de esta guerra que yo mismo cree, después de aquella graduación, vi por última vez a Messi que bailaba junto a Ronaldo con una gran sonrisa; esa noche fue una de las más largas de mi vida y no dudé en empacar mis maletas ya que el otro día debía tomar un avión hacia Italia, solo Andrés y Rafael sabían de mi partida.

– Cariño... mucho éxito, espero ir a verte y no te olvides de tus compas – expresó Andrés con una gran sonrisa.

– Te extrañaré mi Memito... por favor, échale ganas y olvida todo lo que paso aquí. Te queremos un chingo – No pude evitar soltar varias lagrimas al escuchar esas palabras bonitas de esos dos tontos que tenía como amigos así que después de un fuerte abrazó, tome mis maletas y camine hasta el aeropuerto. Me giré un poco para poder despedirme por última vez de ellos dos, no sé qué hubiera sido de mí sin esos dos cabrones.

Son mis ángeles de la guardia.

Ese mismo día me enteré que esos dos idiotas se volvieron pareja, realmente me alegré por ellos, aunque siendo sincero, jamás esperé que ellos me llevaran al aeropuerto y me dieran una despedida bastante agradable y conmovedora. Dolía dejarlos, pero era algo que tenía que hacer para que mi corazón dejará de llorar.

Desde ese día no supe nada más de Lionel Messi, le dejé una carta como despedida en su habitación.

Decidí salir de aquel abismo por mi cuenta.

Igual yo quiero ser feliz.

Deja de hacer llorar a mi corazónWhere stories live. Discover now