Parte 3 - Los sueños están para cumplirse

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Capítulo 3: Los sueños están para cumplirse.

La luz del sol penetraba las ventanas de la recepción y ejercían tal efecto sobre el zorro que parecía que brillara al más puro estilo divino.

Alargó uno de los vasos hacia Judy y ella lo aceptó con manos temblorosas, pensando rápido. Sin encontrar el coraje de hablar o darle siquiera las gracias, se lo bebió de un trago.

Cuando Nick se quitó las gafas, sus astutos ojos se posaron inevitablemente sobre la pequeña de orejas largas, acompañados de una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora.

—Sí que se parece a tí, sí. —Murmuró.

—Ju... Judy... —la jovencita apenas podía pronunciar las palabras. —Es un... un...

—Un zorro. Sí. —Respondió la agente Hopps, retomando el control de sí misma por un momento. Habría que seguir con el plan previamente establecido. —Esto... Nick...

—¡¿Nick?! —La niña miró al recién llegado como si hubiera realizado el descubrimiento de su vida. —¡¿Éste es Nick?!

—...te presento a Karin, mi hermana. —Prosiguió Judy, haciendo caso omiso de la pregunta. —Y Karin... sí, él es Nick, mi... compañero de equipo.

Karin se llevó las manos a la boca, reteniéndose, hasta que no pudo más y estalló a reír.

—¿Me he perdido algo? —El zorro miró a Judy con una oreja caída a modo de interrogación, a lo que ella respondió llevándose una pata a la cara.

—Qué calladito te lo tenías, hermanita. —Karin le propinó un pequeño codazo a Judy cuando recuperó la calma y ésta se puso rígida.

—Bueno, ya está bien por hoy. —Murmuró, no aguantándolo más. —Nos vamos a mi apartamento. —Tomó a su hermana de la mano para arrastrarla hacia la puerta, pero ella se soltó.

—Todavía quiero ver tu mesa.

—Otro día será. —Judy avanzó hacia ella y la niña retrocedió. —Karin, hablo en serio, no es buen momento para... —De repente, sus ojos se toparon con la imponente silueta del jefe. Karin chocó de espaldas contra él y levantó la vista hacia el infinito para ver el rostro de tan alto búfalo.

—Wow...

—Hopps? —El cornudo plantó sus ojos en la conejita.

—¡Jefe! —La agente se puso en formación y lo saludó formalmente.

—Creía que le había dado el día libre. —Comentó Bogo.

—S-s-sí, señor. —Respondió ella, intentando encontrar el aliento. —So-sólo estoy de paso...

—¿Usted es el jefe? —Preguntó la niña, ni corta ni perezosa.

A Judy se le pararon los latidos del corazón y el jefe regresó la vista hacia la pequeñaja que tenía a los pies.

—¿Y usted... quién es? —Le preguntó con una ceja levantada.

Karin imitó la postura de su hermana y lo saludó con un sonoro golpe de pie en el suelo.

—¡Cadete Karin Hopps, señor! Hermana de la agente Hopps. Estoy formándome para convertirme en policía.

—¡Karin! —Judy iba a lanzarse sobre la niña pero Nick la detuvo y le hizo un gesto con los ojos para que esperara.

Bogo se sorprendió un poco con la respuesta de la criatura pero le pareció incluso divertida. Para sorpresa de los presentes, incluso si su forma de ser era más bien estricta y poco sociable, le sonrió con afecto. Por alguna razón, ya se había acostumbrado a la presencia de no-depredadores en el distrito, así que le devolvió el saludo, divertido.

¡Un asunto conejudo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora