Capítulo 25: Oscuridad

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William entró solemnemente por la puerta principal de aquel prostíbulo, agentes e incontables guardaespaldas ya habían ideado un plan, y si todo seguía como lo acordado, conseguiría "rescatar a Nathan de aquel lugar.

-Señor, recuerde que tiene que mantenerse tranquilo – volvió a repetir Tanaka por tercera vez.

- Haré todo lo posible – respondió el rubio, apretando fuertemente los puños de ambas manos.

Caminaron por un gran pasillo lúgubre, el cual tenía escaza iluminación, cuando llegaron al final de este, observaron una puerta de rendijas negras.

-Se les ofrece algo – preguntó un hombre con aspecto algo mediocre, el cual se hallaba vigilando aquella puerta.

- Necesito hablar con el dueño – respondió William de manera cortante.

- Vaya, vaya, vienen a buscar diversión eh – dijo riendo – Aquí tenemos a los mejores prostitutos, estoy seguro que los satisfarán a la perfección, además hay muchos objetos con los que pueden mantenerlos sumisos, digo, hay algunos que son más rebeldes es por eso que...

William hizo un esfuerzo sobrehumano en contener las enormes ganas que tenía de golpear a aquel tipo. El tiempo era valioso para él, no sabía que le podían estar haciendo a Nathan y aquel tipejo no paraba de hablar.

-Necesito hablar con el dueño... ahora – demandó nuevamente el rubio.

- ¡De acuerdo! – Exclamó el hombre riendo – Pasen por aquí.

William y Tanaka ingresaron a un salón enorme, las paredes se encontraban pintadas de un guindo oscuro, había numerosas pinturas y a pesar del aparente lujo, la iluminación era escaza.

William concentró su mirada en aquel sillón enorme que se hallaba a espaldas del salón.

-¿Qué se les ofrece? – preguntó una voz proveniente de aquel sillón.

- Venimos a hacer un trato con usted- dijo presuroso Tanaka, antes de que su jefe respondiera algo indebido por la tensión del momento.

- ¿Un trato? – Inquirió nuevamente aquella voz – ¿Qué clase de trato? – dijo interesado, entretanto giraba.

William lo reconoció al instante, ese hombre era el mismo que le había vendido a Nathan en aquel lugar, solo que en esta ocasión este lucía más adinerado y poseía un bigote algo horrendo.

- ¿No eres William Olsen? – preguntó Ravens sorprendido – ¡Ahh! Como olvidarte – dijo animado - Eres tú al que vendí a mi precioso Nathan hace un par de meses – indicó riendo – y también el que lo devolvió hace un par de días.

- ¡No lo devolví! – Exclamó William furioso – Jamás lo haría.

- Señor cálmese – dijo Tanaka en un susurro – recuerde el plan

- Si lo devolviste – dijo riendo – Los papeles y tu firma están ahí – dijo señalando unas hojas que se hallaban en la mesa.

- Yo no firme nada – recriminó el rubio alterado.

- Seguro – dijo sarcástico – Da igual... te lo agradezco.

El rubio estuvo a punto de abalanzarse sobre el y golpearlo, pero la mirada de Tanaka le recordaba que tenía que mantenerse paciente.

- Sabes – dijo Ravens seriamente - Nathan era uno de los chicos más solicitados aquí, cuando te lo vendí perdí un par de clientes y eso no me vino nada bien... pero ahora estoy empezando a recuperar lo perdido – expresó animadamente - todos solicitan a Nathan... y como no hacerlo – expuso entretanto cogía una copa de vino – Su rebeldía y negación al momento de ser tomado lo son todo – añadió bebiendo un poco – Yo fui el primero en hacerlo... y aún lo recuerdo.

La luz de tu amor (gay/yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora