Capítulo 39

161 19 4
                                    

Capítulo 39

Los días pasaban, las semanas, los meses, los años eran meros espejismos mientras observaba al pequeño microbio crecer a mi lado. No, no pude dejarlo en otra manada, él y yo éramos un equipo, uno escandalosamente bueno. Supo encajar bien en aquel lugar, mejor de lo esperado, seguía sin hablar, por lo tanto ambos habíamos tenido que aprender el idioma de los signos, él para poder expresarse con el resto del mundo y yo, bueno, para poder entenderle. No fue fácil, pero ello fue una ventaja a la hora de comunicarnos de forma silenciosa si la misión lo requería. Ya no era el pequeño lobezno que mordía mis zapatillas, los años habían hecho de Noah un alpha fuerte y físicamente desarrollado, ahora estaba en la fase de las hormonas, algo a lo que yo no estaba psicológicamente preparada. Se habían cumplido diez años desde que lo encontré, diez años intentando acabar con las redes de tráfico de energía, podía decir que había acabado con centenas de corruptos, pero seguía lejos de acabar con toda aquella red que cada vez se entretejía más y más.

La suave brisa revolvió mi flequillo haciendo que las puntas de éste acariciaran mi piel. Fruncí el ceño cuando algo cubrió mi porción de sol, abrí un ojo encontrándome con una enorme mole de pelo negro. Noah acercó su hocico y lamió mi mejilla. Expulsé toda mi incomodidad con una mueca de asco.

-Oh, Noah. –Lo regañé. –Me parecía un gesto asqueroso cuando eras un cachorro casi adorable, imagínate ahora, -me limpié el resto de babas de lobo con la manga de mi chaqueta. –repulsivo. –Pude ver un brillo de diversión cruzar su rojiza mirada, y algo más dudoso, creía apreciar una sonrisa, pero aquello era inverosímil, no estaba segura, pero no sabía si los lobos no sonreían. Un lobo de aproximadamente dos metros de altura me observaba con la cabeza ladeada, se inclinó hacia delante y me gruñó. –Sí, ya voy. –Hice un ademán con la mano restándole importancia. –Debes tomarte un respiro de vez en cuando. –Juraría que puso los ojos en blanco. Lo señalé con el dedo. –No te atrevas, pequeño microbio. –Noah me enseñó los dientes, mientras, me sacudí el polvo de mis vestimentas, había estado demasiado tiempo tumbada en el verde pasto. Me acerqué a Noah y de un salto subí a su lomo. Ajusté mi catana a mi espalda y enredé mis dedos entre su negro pelaje. En cuanto sintió mi agarre se lanzó hacia delante cual rayo al atardecer.

Nos habíamos labrado una especie de reputación, claro que no era muy común ver a una mercenaria a lomos de un gigantesco lobo negro. Sus ojos rojos eran unos tonos más claros que el mío, aun así dábamos el pego como figura apocalíptica.

Una vez llegamos al bar me bajé de un salto del lomo de Noah y entré. Me acerqué a la barra e impulsé mi cuerpo apoyando el vientre sobre aquella vieja estructura de madera. Agarré la mochila de Noah, le sonreí a Shark, estaba tras la barra llenando dos jarras de cerveza. Me deslicé entre las mesas hasta la puerta trasera, con un leve asentimiento saludé a un par de mercenarios del agujero que se recluían entre las sombras intentando camuflarse con la esperanza de unirse a ellas.

Salí al callejón y le lancé la mochila con su ropa a Noah, él ya estaba esperándome transformado en humano de nuevo. Suponía que todos los licántropos tenían la falta de pudor en común, a mí no me importaba verlo desnudo, no cuando yo había sido la encargada de bañarlo y cuidarlo desde que tenía cinco años. Había hecho un buen trabajo, observé a Noah con orgullo mientras se ponía los pantalones. Su cuerpo estaba excelentemente desarrollado, sus músculos definidos, junto con aquel revuelto cabello castaño y sus enormes ojos grises, sería un rompecorazones. Pero lo que más admiraba era su serenidad y esa costumbre suya de siempre hacer lo correcto, a veces me repateaba, pero al final del día siempre estaba orgullosa de que hiciera lo que él creyese correcto.

Saqué la tapa de la alcantarilla y de un salto caí en el túnel, seguí andando, consciente del ruido de Noah al bajar y cerrar de nuevo la alcantarilla. Llegamos a la base del agujero y fuimos a la cafetería a tomar algo. Saludamos a un par de personas por el camino, aunque Noah era bastante popular me preocupaba que no tuviera ningún amigo íntimo, ciertamente en aquel lugar era algo difícil. Nos sentamos en una mesa, Shezja y Ash se unieron unos minutos después, estuvimos charlando animadamente hasta que Lilian apareció con un aviso:

Caos (2# Incandescente) #PGP2016 #STA2016 #Wattys2016 #TBAwards #PRAwardsWhere stories live. Discover now