Capítulo 41

166 19 8
                                    

Capítulo 41

Estaba en la cocina ayudando a Rose a hacer el desayuno, me pilló cuando volvía del bosque temprano por la mañana. Le dije que era una madrugadora nata y me gustaba pasear por las mañanas. Si no me creyó no dio muestras de ello. Noah estaba en su salsa, unas horas por el bosque y ya se creía el dueño de Irlanda. En cambio yo ahí estaba, siendo el objetivo de las cómplices miradas entre Rose, su hijo y su marido, siendo testigo de la horrible e incómoda tensión que se desataba cada vez que Edwin y Aiden compartían espacio, lo que no era difícil teniendo en cuenta el mínimo tamaño de la casa que en un principio me pareció adorable, ahora solo me parecía poco práctica.

-Buenos días. -Aiden apareció por la puerta de la cocina con una radiante sonrisa plasmada en el rostro.

-Buenos días cariño. -El irritante buen humor por las mañanas parecía haber sido heredado de la rama materna. Su madre transpiraba felicidad por cada poro de su piel, sospechaba que Aiden tenía la culpa de aquello.

-Vaya, parece ser que las estrellas de rock no madrugan. -Lo dicho, el buen humor era cosa de la rama maternal. Edwin y Aiden comenzaron una de sus tantas guerras de miradas.

-Edwin, lleva esos panecillos a la mesa. -Rose perforó el pecho de su marido con la cesta de mimbre que contenía una escandalosa cantidad de panecillos apiñados en una montaña. El patriarca hizo mutis por la izquierda mientras gruñía cual oso en época de apareamiento.

-¿A qué hora te has levantado? -Me preguntó mientras se desperezaba. Noté la mirada de soslayo de Rose, los temas de alcoba de su hijo debían parecerle interesantes, incluso sospechaba que el repentino silencio en la habitación de al lado se debía al mismo interés de Edwin por la conversación.

-No lo sé, pronto. No estoy acostumbrada a compartir cama. -Me encogí de hombros.

-¿No sois pareja? -Rose me miró alarmada.

-No. -Respondí por los dos.

-Oh, lo siento, di por hecho... por eso os ofrecí la misma cama. -Su rostro apenado me hizo reír internamente.

-No te preocupes, no es la primera vez que dormimos juntos. -Aiden amplió su sonrisa al verme atragantarme con mi propia saliva. No sé cómo lo había hecho, pero en menos de veinticuatro horas Aiden había hecho que mis dos esencias se mezclaran en un conjunto casi equilibrado, me hacía sentir humana en su presencia. Hacía años que nadie conseguía que me avergonzara violentamente, él lo cumplió varias veces en las escasas horas que llevábamos de convivencia.

Trasladé mi apenada mirada al suelo, no podía mirar a aquella mujer a la cara, aunque técnicamente yo no había tenido relaciones con su hijo.

-Pero nunca... -No sabía cómo iba a salir de aquel embrollo. -Nunca hemos... -Miré a Aiden aclamando por ayuda, su placentera sonrisa me hizo saber que no pretendía ayudarme lo más mínimo, "Qué demonios", recordé que no me importaba lo que sus padres pensaran de mí. -Nosotros nunca hemos mantenido ningún tipo de relación íntima. -Sonreí satisfactoriamente y llevé los platos a la mesa para poder desayunar. Puse la mesa bajo la atenta mirada de Edwin. Rose entró con dos platos de tostadas y bacon, Aiden la seguí con una jarra de leche.

-¿Prefieres zumo, Jazz? -Rose se había sentado frente a mí, al lado de Edwin, el cual no paraba de lanzarle miradas de reconocimiento a su hijo, como si intentara grabar cada uno de sus rasgos para recomponerlo mentalmente más adelante.

-No, gracias, la leche está perfecta. -unté mi tostada con mantequilla y comencé a comer.

-En esta casa siempre hemos sido de leche, no suelo comprar zumo a no ser que vengan familiares de visita. -Asentí con la cabeza y una sonrisa sin saber muy bien cómo responder ante aquella bomba informativa.

Caos (2# Incandescente) #PGP2016 #STA2016 #Wattys2016 #TBAwards #PRAwardsWhere stories live. Discover now