Caos (2# Incandescente) #PGP2016 #STA2016 #Wattys2016 #TBAwards #PRAwards

Capítulo 34

La canción es una de mis favoritas, espero que os guste.

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Capítulo 34

No podía decir que fue un cambio brusco, sino que se desenvolvió paulatinamente, comencé a aislarme del resto de seres de este mundo, recluida en mí misma, dejándome de importar las cosas simples y compuestas, mi entorno y la hipocresía de decoración.

Christian me dio un informe completo, tanto Azabel como Meyne fueron liberados de sus celdas, Azabel estaba en el almacén esperando por su traslado, mientras que Meyne seguía en su jaula. Debía reconocer que imaginarme a Meyne de nuevo en su comunidad, en la espesura libre del bosque podía llegar a producir algo cálido en mí, algo que cada vez se iba diluyendo.

No fue a propósito, mi esencia fría comenzó a cubrir mi interior, el fuego seguía latente, pero aportando un toque de efusividad que antes lo hubiera embargado todo. Mas ahora solo era un ápice, un detalle con importancia en aquella sólida estancia recluyente.

Apenas podía estar en la misma sala que Electro, su mera presencia me recordaba el calvario de los rayos, sabía que no era su culpa, y hubiera tratado de superar la aversión hacia su persona, pero él no era de mi agrado, ni antes del "incidente", por lo cual no me merecía la pena, no era importante para mí. "Incidente", así era como mis padres habían llamado al suceso, como si hubiera sido algo fuera de nuestras manos, un mero tropiezo en el juego del azar; pero todos sabíamos que no era así, aquello no había sido un tropiezo, era la cruda realidad, no había espacio para algo como yo en la sociedad, ni en la humana ni en la mágica. Ellos intentaban hablar conmigo, al principio solo era incómodo, luego pasó a no ser nada, al principio sentía fuego, ira, luego no sentía más que un deseo de alejarme que podría haber llegado a desgarrar mi alma. Ellos no me entendían, nadie no hacía.

Habían violado mi integridad, arrebatado mi libertad, golpearon mi vida cambiando el rumbo de mi mente, abrieron una grieta en mí que me secaba por dentro. Escuché a mis padres discutir, sabían que quería irme, estar sola, algo que por supuesto no entraba dentro de sus esquemas paternales. Simplemente pasaba por el pasillo y oí mi nombre como tercera persona proveniente de su habitación:

-Chris, esto no quiere decir que le vaya a ocurrir de nuevo, nosotros la preparamos lo mejor que pudimos, sabes que tiene que hacer su vida. –La voz de mi madre parecía algo quebrada.

-Lo sé, pero esperaba que su vida fuera siempre junto a mí, bajo mi mismo techo. –Suspiró mi padre. –No puedo dejar que se vaya tan lejos, necesito protegerla, sabes que corre peligro allí fuera.

-Ella manifiesta nuestras dos esencias, hasta ahora se han equilibrado, pero tú lo viste, ese brillo letal en su mirada, aquella frialdad, esos rasgos endurecidos cuando sus manos apretaban el cuello de ese hombre. –Se tomó unos segundos, seguramente inspeccionando el rostro de mi padre. –Hace años me lo explicaste a mí, para que te comprendiera, cómo eso que haces es tu forma de vida, algo que te hace sentir libre y necesitas para desahogarte y comprender el mundo.

-Sí, pero es distinto, a mí me adiestraron de esa forma, para convertirme en ese monstruo.

-No eres ningún monstruo, si tú no hicieras lo que haces en este mundo habría mucha más maldad y corrupción. ¿Y si no es que te adiestraran así, sino que tú buscabas liberarte de alguna forma y eso llegó a tus manos y te aferraste con fuerza?

-A veces me pregunto, si me hubieran criado mis verdaderos padres, ¿cómo hubiera sido? Sinceramente no me puedo imaginar mi vida de otra forma.