Capítulo 16

2.4K 402 38
                                    

Maraton 2/3

Tenía ya una semana de que yo empezara a vivir sola definitivamente sin nadie que me acompañara.

Traté de llamar a los padres de Louis varias veces ya que él no tenía celular pero me llevé la sorpresa de que él no se encontraba en Londres, donde yo intuí que vivía ahora. Sus padres no me querían decir nada acerca de su paradero y eso me hacía sentir como si yo no existiera nunca más para el después de todo lo que habíamos atravesado juntos. Al menos pensé que querría tener contacto conmigo de algún modo y no volví a saber nada de el aunque buscara por cielo, mar y tierra.

Por otro lado, en Lacock no había nada nuevo, lo cual era extraño porque cada día en las noticias siempre tenían algo malo que contar.

Salí de mi cama para olvidarme de la tristeza que cargaba y salí de mi departamento. Caminé las calles hasta llegar a un parque y da la casualidad de que ahí estaba Henry.

Ya había pasado un tiempo donde no sabía nada de él y eso me extrañaba. Me acerqué a el ya que yo me sentía sola y era la única persona que conocía aquí.

No tardó mucho en darse cuenta de que yo me senté en la banca donde el estaba y me sonrió dejando notar sus hoyuelos.

Hola, Henry sonreí tímidamente.

Hola, Caroline. No esperaba verte aquí dijo mientras pasaba un brazo detrás de mí.

Me quedé un rato en silencio hasta que el habló.

¿Qué pasa? Preguntó algo preocupado, sabes que no me gusta verte así dijo pasando su mano suavemente su mejilla.

No te quiero involucrar en mis problemas, pero necesito desahogarme con alguien. La realidad es que... Mi prometido me abandonó dije lo último con la voz rota y llena de tristeza.

Él hizo una mueca de enojo porque empecé a sacar lágrimas silenciosas que sequé rápidamente.

Henry acarició mi cabello y se acercó más para darme un abrazo y susurrarme que todo iba a estar bien.

Puedes contar conmigo. Siempre tenme confianza. En todo —el miró mi pecho—. ¿Por qué sigues trayendo ese anillo colgando? —preguntó con el ceño fruncido.

Por impulso toqué mi anillo y lo miré. No me había atrevido a quitarlo, era una parte de Louis que llevaba conmigo.

—E-Es que... es difícil deshacerme de el —confesé.

—Deberías tirarlo —vi que el tocaba mi anillo y de inmediato aparté su mano de ahí.

—Lo hare. Luego —mentí.

—Te dije hace un tiempo que merecías algo mejor y me ignoraste —se burló—. Caroline, si tú estuvieras conmigo, vivirías como una reina, no te faltaría nunca nada y jamás haría algo para dañarte. Nunca te dejaría ir —finalizó.

Se me hizo algo tierno que dijera eso, pero mi corazón aun lo ocupaba alguien más.

—Agradezco tus palabras, Henry, pero aún sigo enamorada de Louis —susurré.

Vi que su mirada mostraba un poco de dolor pero luego se recompuso.

—Si alguna vez lo olvidas... recuerda que estaré esperando por ti siempre. No importa que me lleve toda una vida, porque tu vales la pena —dijo mientras me miraba como si yo lo fuera todo.

Agradecí su propuesta y nos quedamos en silencio mientras me acompañaba la persona que a partir de ahora, se había convertido en mi mano derecha y confidente.

Al menos él no me dejaría porque él prometió esperar y aunque al principio no llevamos una buena relación, ahora le agradezco por ello.

Pero aun así, yo necesitaba a Louis. Nosotros dos éramos los que teníamos que afrontar estos problemas juntos.

También, tenía que ganarle al asesino que estuviera atrás de todo este lío y esperaba conseguirlo porque sería la única forma de vivir en paz.

Después de una larga platica, cada quien se fue a su casa y me dediqué a hundirme en la cama para dormir. Dormir era la única forma que me hacía olvidar lo que pasaba a mí alrededor.




Estaba corriendo por las calles de Lacock en plena oscuridad, hasta poder llegar a un lugar seguro. Mi mente de repente viajó al primer lugar que pensé que era correcto.

Cuando llegué a la carpa del circo, me adentré discretamente al lugar sin hacer ruido y pensé en dónde podía esconderme, pero mis pensamientos no me permitían ver mi objetivo.

La pesadilla empezó cuando una silueta se acercaba al centro, el lugar en el que yo estaba. Intenté correr pero mis pies lo impedían. Era como si se hubieran quedado pegados al suelo y a este punto estaba desesperada.

Grité por ayuda pero era obvio que a estas horas de la madrugada nadie estaría fuera. La silueta se acercaba a mí y esperé a que viniera lo peor.

La persona me tomó de la cara con las manos y las sentí frías como si fueran de hielo. El frío me estaba quemando y el hombre ahora que no tenía cara me susurró algo que no pude escuchar perfectamente y entonces caí.



Desperté sudando en la madrugada por la pesadilla que tuve. Mis jadeos llenaban todo el cuarto y me sentí por un momento aliviada al saber que no era real.

Si eso llegara a pasar, no sé qué sería de mí. Era algo miedosa.

Y me odiaba por eso.

El reloj anunciaba las seis de la mañana. Por un momento agradecía que ya hubiera amanecido y así no dormir. No quería dormir más.

No tenía mucho que hacer por lo que sólo me dediqué a ordenar la despensa que había comprado hace unos días y no puse nada en su lugar.

Después de todo, no estuvo tan mal el día. Me dediqué solamente a mí y estuve viendo un maratón de películas todo el tiempo y comiendo comida chatarra.

De pronto, cuando tocaron la puerta de mi casa, me sentí muy cansada. Nadie llamaba cuando el clima del pueblo estaba horrible, había mucho frio y lluvia.

Me levanté del sillón para abrir la puerta y me recibió una ráfaga de viento que me removió el flequillo y despeinaba mi cabello.

Por instinto que ya conocía, mi mirada viajó a mis pies haciéndome ver una hojita descubierta descuidada y algo mojada.

La desdoblé suspirando nerviosamente y la respiración se me atascó al leerlo.


Muñequita, el tiempo se acaba, ¿estas lista? A este paso quiero que los dos juguemos mi juego a la perfección. Un juego que ganaré, cobarde. Pronto llegará el momento en vernos cara a cara. El reloj sigue corriendo, se paciente.

-E.



Me asusté. Me dio un vuelco al corazón porque se me olvidó como respirar. No era posible que de nuevo esto se estuviera repitiendo. Me di cuenta de que estaba tranquila en estos últimos días y de repente viniera esto a desequilibrarme de nuevo.

Me había dejado claro que era una advertencia. Su juego a la perfección...
Yo no estaba lista para jugarlo. Supongo que cuando escribió "a este paso" era por todas las muertes que habían causado.

Pronto vendría el golpe final.

Pero tal vez yo ya sabía cómo jugar este juego. Esperaba ansiosa el momento que nos enfrentáramos por fin a la cara, uno de los dos iba a vivir nada más.

Sólo me quedaba sobrevivir al tiempo que cada vez se iba más rápido. 




CAPÍTULO CORREGIDO: 8 DE ENERO DE 2021

NOTA: Escena nueva agregada :)

CIRCUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora