Capítulo 7

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Era sábado finalmente. El fin de semana eran días que a todas las personas se les pasaban volando y yo quería aprovecharlos muy bien. Habían pasado unos cuantos días después del funeral del señor Benson y yo había hecho sentir a Louis un poco mejor. Había tratado de sacarle sonrisas y eso había funcionado.

Él me dijo que este día iba a ser muy especial para nosotros y yo solo estaba ansiosa de que me podía esperar.

En Lacock, había una pista de patinaje que casi nadie concurría ya que las entradas eran muy costosas pero Louis había trabajado tan duro que se dio el lujo de invitarme.

El señor que recibió el dinero nos dejó entrar a la pista y sentimos el frio llegar. Había unas cuantas personas en las gradas y otras patinando. Unos trabajadores se encargaron de darnos nuestros patines y cuidadosamente ingresamos a la pista.

— ¿Te gusta, Caro? —me preguntó Louis mientras me agarraba de la mano y lentamente sentíamos el hielo debajo de nosotros.

—Me encanta, Lou —sonreí realmente emocionada por estar aquí—. Hace tiempo que no pasábamos un momento juntos —comenté.

—Lo sé, cariño —suspiró—. Pero con todo lo que está pasando, no tengo cabeza para algo más. Lo del señor Benson fue un golpe para sus hijos y sabes que yo los quiero... En fin, estamos aquí porque quiero verte feliz —sonrió.

Solté su mano y me animé a adentrarme más a la pista. Como yo practiqué algún tiempo gimnasia, eso me favorecía cuando patinaba ya que hacia movimientos en la pista de hielo muy elaborados. Corrí por toda la pista cada vez más rápido y sentía que Louis trataba de alcanzarme aunque él no era muy bueno haciéndolo.

Por primera vez en mucho tiempo, me sentía en plenitud y me sentía libre. Este día era todo lo que necesitaba para sentirme bien.

Di vueltas y vueltas hasta que me sentí un poco mareada y decidí bajar la velocidad a mis movimientos. De pronto, sentí como los brazos de Louis me rodeaban por atrás y recargué mi cabeza en su pecho.

—Gracias por este día, Louis —volteé a verlo.

Pero en ese momento me di cuenta que no era Louis. Era Henry. Rápidamente me aparté de su lado y me desequilibré en el proceso pero él me tomó por la cintura.

Inmediatamente me aparté lejos de él y miré a todos lados para encontrar a Louis pero fallé en el intento. Tenía miedo de que Louis estuviera en peligro.

— ¡¿Qué crees que estás haciendo?! —Medio grité—, ¿Qué demonios haces aquí, Henry?

—La pista es para todos los habitantes de este pueblo, ¿acaso no puedo venir? —se burló.

Lo ignoré y di la media vuelta y patiné lo más rápido que pude para salir de la pista pero Henry me siguió.

— ¿Por qué estás sola, muñequita? —preguntó.

—V-Vine con mi novio —alcé la barbilla—. Vendrá pronto y es mejor que te vayas.

—No veo a nadie junto a ti —contestó.

Estaba a punto de hablar cuando vi a Louis acercarse a mí y vi como alzó una ceja dándome a entender que quien estaba conmigo.

—Caroline —dijo Louis sin quitarle la mirada a Henry de encima—, estaba en el baño, perdón la tardanza cariño. ¿Quién es él? —preguntó finalmente.

Antes de que pudiera hablar, Henry tomó la palabra.

—Soy Henry Stewart, mucho gusto —respondió extendiéndole la mano a Louis para estrecharla.

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