Capítulo 13

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Narrador omnisciente

Este capítulo contiene escenas explícitas y lenguaje violento. Se recomienda discreción. Si no eres apto para leerlo, es mejor que te retires.

Era una noche fría en Lacock, un pueblo de crimen y asesinatos. Todos habían salido de sus trabajos, las avenidas estaban vacías y sólo había un poste alumbrando la calle que estaba por fundirse. Nadie tomaba atención a las pequeñas cosas como un poste fundido. Pareciera que la población dejara morir día a día su lugar de residencia para hundirse junto a ella.

June Thomas. Una chica trabajadora iba directo hacia casa después de haber ido de compras al supermercado, pues su padre había enfermado y ella tenía que hacer algunas cosas por él. Ella amaba a su padre, era la única persona que le importaba en el mundo y se tenían ellos dos para ayudarse el uno al otro.

June traía las dos bolsas del súper en sus manos. Pero de repente, ella escuchó el crujir de una rama. Miró hacia atrás pero la calle estaba desierta así que después de eso, no le prestó atención. Era una mala idea que ella hiciera las compras de noche, teniendo en cuenta el lugar en el que vivía, pero no había tenido tiempo para ir más temprano. Se estaba quedando sin despensa en casa.

Después de caminar un poco más, June sentía que había una presencia junto a ella.

La pobre chica trató de distraerse y pensó en su amiga de trabajo Caroline. Ella era bondadosa y amable y estaba arrepentida de sus palabras así que mañana, lo primero que haría sería pedir una disculpa aunque la odiaba un poco por la forma en que le había hablado. Solo un poco.

Lo que ella no sabía, es que ya no lo iba a poder hacer.

Ella iba pensando en que al fin encontró una persona en la quién confiar; su novio Henry Stewart. O al menos ella lo consideraba su novio. Su vida no podía haber sido más perfecta, le gustaban los tratos de Henry porque era un caballero con ella y June no aguantaba por gritar a los cuatro vientos su relación con él y demostrar lo felices que eran.

De repente sus pensamientos se vieron arruinados por unos pasos que estaban cerca de ella. Empezó a sudar frio y a ponerse pálida.

"Debe ser por otra cosa la causa de mi sudor" pensó June.

Aunque el sudor no precisamente por el frío como ella quería hacer creer a su mente. Era por el susto. Empezó a andar más rápido sin mirar lo que pasaba pero ella era tan desesperada que empezaron a salir lágrimas de sus ojos.

Volteó y vio una silueta de una persona. Por el aspecto, era un hombre y empezó a correr soltando las bolsas del supermercado. No sabía a donde iba pero sus piernas no paraban. Ella se dio cuenta de que estaba muy lejos de casa y la zona donde habían tiendas, pero a ella no le importó. Ella quería salvarse.

Después de tanto correr, encontró un atajo y sin dudar, siguió su recorrido por ahí. June estaba muy cansada y tuvo que parar poniendo sus manos en sus rodillas flexionándose y tratando de conseguir aire para sus pulmones. Empezó a oír al hombre caminar hacia a ella y retomó su marcha aun estando agotada.

Corrió por el camino pero se tropezó y dio un gritito al sentir su pie lastimado. Ella pensó que iba a morir pero se tranquilizó cuando escuchó que los pasos se detuvieron. Pero la tranquilidad duró poco.

Sintió un jalón en el pie y antes de poder gritar, le taparon la boca.

Las lágrimas vinieron automáticamente y se oían sus sollozos por todos lados a pesar de tener la mano del extraño en su boca. Quiso pedir ayuda pero, ¿quién estaría despierto a estas horas?

El extraño le quitó la mano de la boca.

¿Quién eres? preguntó entre sollozos June. No iba a arriesgarse a gritar.

El chico, a quien no podía ver en la oscuridad, le respondió.

Ya deberías saberlo su voz ronca dijo.

Él empezó a forcejear con ella ya que el empezó a quitarle la blusa dejando su abdomen libre.

Ella lloró más al sentir que las manos de aquel asqueroso humano iban más abajo. Hacia sus pantalones. Los desabrochó pero June le dio una patada en sus partes bajas. Ella aprovechó ese momento para correr.

Iba caminando mal ya que su pie le era un problema, pero el chico la tomó entre sus brazos poniéndole un cuchillo en la garganta amenazándola.

Término su tarea de quitar sus pantalones llevándose consigo su ropa interior. Sólo la cubría su sujetador.

El chico se bajó la cremallera y sacó su miembro de su bóxer ubicándolo en la entrada de la chica. Él, al escuchar lo ruidosa que era, cortó un poco de piel de su brazo haciéndola callar.

Él la penetró bruscamente y le tapó la boca. Sólo se veían sus lágrimas bajar por su rostro. Daba las embestidas rápidas y duras haciendo que ella cerrará los ojos del dolor y cuando finalmente término su tarea, acomodó su ropa y vio como sangraba la entrepierna de la chica.

Ella no podía moverse con el dolor.

¿Por qué lloras? Preguntó el hombre. Deberías gemir como la perra que eres susurró en su oído causando dolor en la chica. Él disfrutaba viendo su estado vulnerable.

Él no se interesaba en matar a nadie, sólo quería poner a Caroline asustada y así atrapar a su presa más fácil. Deshacerse de todos los que la rodeaban para tenerla lista y frágil cuando la tuviera suplicando por su vida. Si no era de él, la mataría.

Desde que la había visto por primera vez, él estaba fascinado con ella. Era cómo un ángel. Y la quería, había desarrollado una pequeña obsesión por ella y sólo teniéndola entre sus brazos, podría calmarlo.

Tenía a Caroline muy cerca pero a la vez tan lejos... No esperaba estar sin ella. La deseaba, ella era uno de los pecados más grandes para él y el demonio desea tener a su pecado y hacer en la tentación.

Él tomó su cuchillo y sin piedad, lo enterró en el brazo de June.

Ella dio un grito desgarrador al sentirlo y también gritó al sentir la sensación como lo movía dentro de ella. Después, enterró el cuchillo desde su tobillo hasta su muslo dejando un charco de sangre por el lugar. Él no tenía suficiente, así que acabó con su vida enterrándole un cuchillo infinidad de veces en el pecho hasta que su cuerpo quedó inerte.

Con la sangre entre sus manos, dibujó unas palabras en su abdomen mientras a ella se le quitaban las fuerzas.

"Perra"

Al extraño le resultó una delicia el resultado de su víctima y para tener la cereza del pastel, tomó el cuchillo y le sacó a June sus ojos cafés de las cuencas para ponerlos dentro de la boca de la chica.

La imagen era la más perturbadora que alguien pudiera haber visto.

Por último, dio unos golpes en su muslo para asegurarse de que por fin estaba muerta y el extraño agarró un poco de la sangre de June para mancharla en su ropa. A él le gustaba sentir la sangre de sus víctimas.

Había cumplido el deseo de su Caroline.

Hoy, el padre de June, no la esperaría nadie en casa. Una vida menos a él no le importaba.

Había sido E.

E; El asesino.




CAPÍTULO CORREGIDO: 8 DE ENERO DE 2021


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