31- Ojos Grises.

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:•:•:•:•:•:•:•:•:•Ethan•:•:•:•:•:•:•:

Salí de esa cafetería un poco confuso por lo que hice. Quise darle una segunda oportunidad ya que la primera la pisoteo y todos merecemos otra última oportunidad. Sus ojos no dejaban los míos y eso me inquietaba, pero me gustaba a la vez.

Camino sin prisa. Tenía tiempo que no camina por las calles ni me detenía a mirar mi alrededor. Recuerdo que Sabrina no me marco si llego o no así que saco mi móvil y marco al teléfono de casa.

-María. Sabrina llego a casa? -Le pregunto y miro a ambos lado antes de cruzar la calle.

-Si. Pero salió enseguida a donde un tal Jackson. -Responde María.

-Que! -Me exalto. -Le dije que no saliera a ningún lado. -Camino un poco rápido para llegar a casa enseguida.

-Y donde estas mi niño? -Pregunta María y se le escucha la curiosidad.

-Quede con alguien y le deje el auto a Sabrina. Pero ya estoy en... -No término de hablar por escuchar el llanto de un bebe. -Te veo en un momento. -Le cuelgo y sigo el llanto del niño. Escucho que esta cerca de un bote de basura y me acerco a este encontrándome con unos ojos grises al igual que los míos. Hay una niña como de unos 2 o 3 años y a un bebe de meses en sus brazos el cual es el que esta llorando. -Estas bien? -Le pregunto a la niña quien niega con su cabeza. Me agacho para acercarme a ella. Tiene su carita sucia al igual que el vestido que tiene y la manta en donde esta el bebe. - Y tu mami? -Le pregunto y ella se encoge de hombros y niega. De sus ojos caen varias lágrimas y el bebe no para de llorar. -Ven conmigo. Los ayudare. -Ella niega y sostiene con un poquito de fuerza al bebe. -No tengas miedo. Solo quiero ayudarte. Ven. - Me acerco más y cargo al bebe en mis brazos y lo muevo para tranquilizarlo. -Como te llamas. -Le pregunto y ella queda callada y mira a su regazo. -Te puedes poner de pie? -Ella duda en decir que si, pero lo hace.

Cuando se endereza hace una mueca de dolor y pone sus manos el su costado.

-Que pasa? estas bien. -Le pregunto y ella asiente poco.

Le tiendo la mano y ella duda en tomarla. Camino con ellos a la acera y un taxi se detiene.

-Anda con ellos? -Pregunta el taxista antes de que pueda subir al auto.

-Si. Que pasa? -Contesto y el me mira raro.

-Ellos no subirán en esas fachas y menos con ese olor. -Dice y arranca dejándome furioso. Dios... paciencia.

-Ven. -Le digo a la niña. Ella me hace caso y la tomo en brazos. -Sustenté de mi cuello. Llegaremos pronto. -Le digo a la niña y hace lo que le digo.

Camino un poco rápido para llegar y revisarlos para ver si están bien de salud. Lo cual me preocupa.

No puedo creer como son las personas hoy día. Ese puto taxista no tendrá corazón. Esta claro que necesitan aseo, pero lo que el no vio es que estaban abandonados a su suerte en la calle.

Si supiera quien fue el desarmado o la desarmada que los dejo solos.

Miro al bebe que lo tengo cargado en mi brazo derecho y a ella en el izquierdo con su carita recostada en mi hombro.

Saco la clave de la puerta delantera como puedo. Entro y camino hasta llegar a la entrada donde toco el timbre una veces.

El bebe se durmió pero ella sigue despierta y no a dicho ni una sola palabra.

María abre la puerta y cuando me ve con los niños en mis brazos se impresiona y sus ojos se abren como platos.

Paso y entro a la sala sentando a la niña en el sofá y el bebe lo acomodo mejor en mis brazos.

Un chico diferente (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora