Capítulo 1: Encargo

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- Todos los demás ya lo saben.

Miré a Jungkook y agachó la cabeza avergonzado. Osea, que él también lo sabía y no me había dicho nada. Ahora entendía esa repentina visita a tales horas, el muy miserable solo había venido a calmar su curiosidad y conocer al nuevo integrante. Di otra calada e intenté calmarme al tiempo que dejaba salir el humo de mis labios.

- ¿Algún problema?

- No señor -respondí firmemente. No me hacía ninguna gracia su repentina idea, pero en este mundo solo tenía que cumplir unas órdenes, y por desgracia eran las suyas. A cambio de eso podía darme la vida que quería y como quería. - ¿Y dice que vivirá aquí? ¿Conmigo?

- Eso mismo. De hecho ya debe estar subiendo. -Jungkook se asomó inmediatamente a la puerta, esperando ansioso la llegada del nuevo. Solo le faltaba sacar la lengua y mover el trasero igual que un perro. -Traía bastante equipaje.

"Y encima mimado... genial."

Pretendía hacerle cambiar de opinión -Se me daba bien usar las palabras; ellas y la fuerza bruta eran mis fuertes - pero nada más abrir la boca alguien irrumpió en la habitación, ganándose la atención de todos los presentes en el lugar.

- ¡Al fin! ¡Esos ascensores van a medio centímetro por hora!

La persona que entraba quejándose era un chico joven, alto y atractivo. Sí, atractivo, pero en plan película. La palabra "perfección" destacaba en su frente, y junto a ella una aún más grande con letras fosforitas que ponía "irritante". Ya me venía venir la personalidad del castaño, y rezaba con todas mis fuerzas para que no fuera el nuevo compañero del que acababa de hablar Hwa.

- ¡Qué niño más adorable! -Se giró a Jungkook y agarró sus mejillas.

- En-encantado...

- ¡Es tan tierno! -le abrazó y revolvió el pelo con diversión, haciendo que el menor se sonrojase aún más y yo disfrutara enormemente de esa reacción.

- Estaba hablándole a Rapmon sobre ti en este momento. -Esa voz que interrumpió la escena fue la de Hwa. De inmediato el nuevo se giró hacia mí, percatándose de mi presencia por primera vez desde que había llegado.

- ¿Rapmon? - el desconocido me echó un vistazo de arriba abajo y frunció el ceño. - Es un apodo, ¿verdad?

- No. A mi madre le gustaba el rap y el sufijo "mon". -respondí con ironía.

- Pues tu madre podría haber escogido "Idiota mon" y habría acertado más. -Se acomodó el pelo y observó rápidamente su alrededor, poniendo inmediatamente una mueca de asco. - Y si le añades un "incapaz de mantener un metro cuadrado de su piso limpio", quedaría aún mejor. Esto está hecho un asco.

- Pues no te quedes - me salió del alma.

Me sonrió con prepotencia y seguidamente se giró hacia el grupo de hombres que entraba por la puerta. Ahora entendía las palabras de Hwa cuando dijo que "traía mucho equipaje". Quizás el castaño había subido únicamente con una pequeña bolsa de mano, pero todos los hombres a su espalda cargaban como mínimo tres maletas más. Di otra calada al cigarro, una muy larga, y masajeé mi sien intentando no alterarme. Cerré los ojos, y antes de abrirlos de nuevo, sentí como alguien me quitaba el cigarro de las manos.

- Me quedaré y tú limpiaras todo esto antes de que termine de colocar toda mi ropa en mi nueva habitación. - Apagó el cigarro sobre la carátula de un videojuego que estaba tirada sobre el sillón y me lo colocó frente a los ojos. - Y si quieres fumar, lo haces en la terraza.

"Cálmate Namjoon, no le mates y piensa. Inspira y expira... así, muy bien..."

- Jin, ve a instalarte de una vez -ordenó el señor sin demasiada firmeza. Más bien parecía agobiado, y no me extrañaba, pues yo no solía tener mucha paciencia.

¿Y si me tuviera que marchar? ▌Namjin▐Where stories live. Discover now