-No seas pesado, Dylan.

-¿Pero por qué no? Es solo una cena. No es como si mis amigos fueran a comerte.

-Ya lo sé, pero no tengo ganas.

-Venga, Livvy. Te encantará conocer a Amanda y Amelia.

-¿Quiénes son esas? –Pregunté frunciendo el ceño.

-No te pongas celosa, cariño. –Me crucé de brazos mirándolo mal. –Son las novias de mis amigos.

-Está bien, pero que sepas... –Lo frené cuando quiso acercarse a mí. –Que me debes algo.

-Lo que quieras. –Asentí dándome la vuelta para subir a mi habitación.

¡Ag! No estaba de ánimos para salir a cenar con gente, pero lo haría por él...


☼☼☼


-¡Dylan! Cuanto tiempo sin verte. –Una chica castaña de pelo largo se acercó a Dylan para abrazarlo. Detrás de ella vino otra y dos hombres bastante atractivos en mi opinión.

-Lo siento, con la empresa y la niña, casi no tengo tiempo para mí. –Ellos siguieron conversando mientras que yo me quedaba atrás incómoda, junto al camarero.

-¿Y la niña dónde está? ¿No la trajiste?

-No. –Dylan se giró haciéndome señas para que me acercara. –Ella es Olivia, mi novia. –Sonreí tímidamente antes de que ambas chicas se acercaran a saludarme.

-¡Encantada! Yo soy Amanda, y ella es Amelia.

-¡Hola!

-Hola... –Respondí saludando a cada una con dos besos.

-Y ellos son Chase y Jace.

-Encantado, señorita. –Sonreí algo tímida. De verdad que eran muy guapos. Ambos desprendían un no sé qué imposible dejar de mirar.

Después de que el camarero nos atendiera y viniera con nuestros pedidos, estábamos terminando de comer los postres cuando Amanda decidió hablar:

-Y... ¿Cómo se conocieron?

-Bueno, pues... –Comencé a decir mientras que Dylan apretaba mi mano para que continuara. –Éramos... En el trabajo.

-¿Si? No me digas que era tu jefe...

-En realidad, éramos compañeros de sección. Luego me ascendieron a jefe, así que sí, ahora soy su jefe. –Agaché la cabeza incómoda nuevamente. No me gustaba este tema...

-¡Pero no estés así! Jace también es mi jefe. –Dijo Amelia sonriéndole a su novio. Ella también era una chica muy guapa. Por lo que me había contado, tenia veintiocho años y su hijo acababa de cumplir los dieciséis. Sí, lo había tenido siendo casi una niña, ¿pero había una edad adecuada para convertirse en madre?

-Le ofrecí trabajo cuando nos conocimos. Al principio se negó rotundamente, pero después cedió.

-Es que no quería dejar mi trabajo de siempre. A pesar de que no me gustase mucho, fue en el único que me dieron un puesto y pude conocer a mis mejores amigos.

-Y ahora sigues teniendo a tus mejores amigos sin trabajar ahí.

-Ya, bueno... –Rió sonrojándose.

-¿Y ustedes como os conocisteis? –Pregunté mirando a Amelia curiosa. Me parecía muy pronto llamarla Amy, como le decían todos los demás. La confianza era algo que debía ganarse y yo no me sentía muy allegada a ella para llamarla así.

-En verdad fue de casualidad. Jace me salvó de un tipejo que me molestaba...

-Oh...

-Fue algo así como mi héroe. –Se volvieron a mirar como si estuvieran recordando momentos.

-¿Y ustedes?

-Nosotros venimos así desde el instituto. Siempre peleamos, pero nos queremos mucho.

-Yo creo que eso nos pasa a todos. –Contestó Dylan riendo. –¿Y Daicy? ¿Cómo está?

-¡Perfectamente! ¡Es una perrita encantadora! –Gritó Amanda emocionada. –Se porta muy bien.

Estuvimos charlando un buen rato más hasta que decidimos que ya era hora de ponerle fin a la velada. Habíamos planeado incluso hacer un día un asadero para conocernos mejor y conocer a nuestros hijos. Porque sí, al parecer, Jace también tenía dos hijos de diversas edades. a pesar de que sólo tenía un año más que su novia.

-¿Te lo pasaste bien entonces?

-Sí... Y quería pedirte perdón por mi comportamiento de esta tarde. Siempre me pongo de mal humor el primer día que me viene el periodo...

-Bueno, es algo a lo que debo acostumbrarme. Katherine se volvía más cariñosa. –Fruncí el ceño ante su comentario. ¿Por qué tenía que nombrar a su ex novia? Ni siquiera habíamos tenido más señales de vida de ella como para que él la estuviera invocando sin venir a cuento. –Livvy...

-No, no, ni una palabra más. –Subí las escaleras para entrar en la habitación de Elyssa oyendo sus pasos detrás. Anna se encontraba sentada en el sillón balo la ventana con los ojos cerrados.

-Lo siento por...

-Shh... –Lo mandé a callar para que no la despertara, pero igualmente Anna habia abierto los ojos confundida.

-Lo siento, me quedé dormida contándole un cuento a la niña...

-No te preocupes, nana. Ya puedes retirarte. –Anna asintió acercándose a Elyssa para dejar un beso en su frente antes de retirarse pidiendo permiso.

-Buenas noches, princesita. –También dejé un beso en su cabeza antes de salir dejando a Dylan atrás.

-Olivia...

-Ya es tarde. Mañana hay que ir a trabajar.

-Eso nunca te ha importado mucho...

-¡Pues claro que me importa! ¡Siempre tengo que beber litros y litros de café para poder trabajar despierta! A partir de mañana, volveré a mi casa.

-Livvy...

-Charlotte debe extrañarme... –Me cambié de ropa por el pijama antes de meterme en la cama dándole la espalda. Ya me ducharía mañana por la mañana. –Buenas noches, Dylan. 

¿Me adoptas?Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora