Capítulo 39

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Aquí les traigo el maratón pendiente, los cuatro capítulos restantes y el epilogo, así que cuidado se saltan alguno...

Preparen los pañuelo y por favor... no me odien!!


«Tienes que hablarlo con Derek»

Fue lo único que dijeron mis amigas después de un silencio largo y bastante incómodo.

¿Cómo pude ser tan idiota para olvidarme de un condón?

¡Un estúpido condón!

La vida era una perra si me llevaba a repetir de nuevo la misma historia.

Cabía la posibilidad de que no estuviera embarazada, aunque era muy pronto para saberlo, pero las posibilidades eran infinitas; y a pesar de eso me sentía tan humillada y tonta por cometer otra vez el mismo error que tanto me recrimine en el pasado.

Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no entrar en pánico, no podía anticiparme a nada. Las chicas me habían convencido que lo mejor era hablar de la situación con Derek porque él tenía que estar al tanto de todo; así que sin otra alternativa viable, dejé que las chicas llevarán a Camila a casa y le inventarán alguna buena excusa a Yuye y mis padres.

Y aquí iba yo... con el caminao vacilante rumbo a la oficina del CEO todopoderoso Derek Greg, luego de haberle jalado bolas a su secretaria para que no me anunciará con su jefe, ya que quería darle una sorpresa.

¡Y que sorpresa!

Y mientras avanzaba por el largo y suntuoso pasillo que conducía a la oficina del dueño de esta empresa, no pude evitar pensar en por qué nunca antes Derek me había traído a conocer este lugar; aunque la verdad es que nunca sentí ninguna curiosidad.

Su empresa se encuentra en una de las zonas más importantes de la ciudad y todo el lugar exuda elegancia y poder, lo que me lleva a pensar en ¿cuán rico es el hombre del que me he enamorado?

¿Qué tantas cosas más ignoraba sobre la vida de Derek?

Detuve mis pensamientos al quedar frente a la oficina de Derek, miré a ambos lados sin ver nada más que paredes llenas de cuadros; su oficina quedaba aislada de las demás. Di un largo suspiro armándome de valor y con mi mano sudada y temblorosa toque la puerta. Se escucharon risas dentro y luego la voz más sensual que conocí en la vida se escuchó fuerte y clara invitándome a pasar.

Al abrir la puerta, me detuve en seco al ver que Derek no estaba solo, la morena despampanante que había estado con él en aquel bar se encontraba sentada sobre su escritorio con mucha familiaridad mientras reían de algún chiste que habían compartido sin reparar en mi presencia, hasta que mi cartera resbaló de mis manos y cayó al suelo llamando su atención.

Los dos se voltearon hacia mí y me miraron confundidos; incluso Derek se mostró fuera de elemento por primera vez.

― ¡¿Ámbar, que haces aquí?! ―dijo poniéndose de pie.

―Lo siento, creo que he venido en mal momento ―tartamudee mientras recogía torpemente mi bolso del piso pulido donde mi rostro se reflejaba a la perfección.

Derek se acercó a mí, se agacho a mi altura y nos miramos por un momento a los ojos.

―Así que tú eres la famosa Ámbar Montesino ―la voz de la morena me hizo romper el contacto con Derek, ¿en qué momento ella se acercó tanto?―... ¡No lo puedo creer! ¡Eres más linda de lo que imaginé!

Hablaba con un acento similar al de Greg, pero mucho más remarcado, con un español tan pesado que parecía estar arrastrando cada palabra que decía.

Bailando Contigo © VERSIÓN MEJORADAWhere stories live. Discover now