El sueño de Ámbar Montesino siempre ha sido convertirse en bailarina de ballet profesional y bailar por todo el mundo; sin embargo, el destino le juega una mala pasada. Se enamora perdidamente de Estaban Sotelo y por un tiempo viven un amor apasiona...
Miren el video de arriba y escuchen la letra, sin duda es todo lo que Ámbar despierta en Derek...
Me hizo llorar T-T
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29 de Junio, 2017
Al fin había llegado unos de los días más esperados por mí; Camila hoy cumple su primer año de vida.
No voy a decir que mi día comenzó con el calor del sol rozando mi rostro ni mucho menos con el canto de los pájaros en mi ventana; al contrario, fueron las voces desafinadas de mis padres y mi abuela quienes al son de Quince Primaveras, irrumpieron en mi habitación con lo que pretendía ser una improvisada serenata de cumpleaños. Me frote los ojos con desdén y tomando una de mis almohadas intente cubrirme los oídos pero ellos me lo impidieron y comenzaron a cantar Mi niña bonita como la siguiente pieza de su repertorio.
― ¡Por favor, ya no canten! ―suplique incorporándome con mis codos sobre el colchón―. Apiádense de mis pobres oídos.
―Feliz cumpleaños, hijita ―mi padre fue el primero en hablar, sentándose en una esquina del cabezal de mi cama, abrazándome por la espalda.
―Muchas gracias, papá ―correspondo dejando un beso en su mejilla.
―Oh dios, mi niñita ya es toda una adulta ―gimotea mi madre con el rostro conmovido, acercándose a la cama para abrazarme también―. Feliz cumpleaños, Amby. Que todos los santos te sigan guiando por el buen camino y que cada día tu vida se colme de éxito. Me siento muy orgullosa de la mujer en la que te has convertido, una gran madre y una excelente persona. ¡Te amo, hijita! ―un sollozo se le escapa al decir eso último.
―Yo también te amo, mamá ―respondo conmovida por sus palabras―. Gracias a ustedes es que soy lo que soy el día de hoy.
Mis padres me arropan entre sus brazos, me siento la mujer más afortunada del mundo por tener en mi vida todo lo que necesito y más que eso. Un pequeño escozor se manifiesta detrás de mis ojos en señal de que estoy a nada de llorar, por lo que parpadeo conteniendo las lágrimas y luego fijo mi vista en la persona que esta parada bajo el marco de mi puerta con un pequeño pastel de cumpleaños cubierto de crema blanca. Me sonríe abiertamente y luego me guiña un ojo con complicidad como casi siempre que se trae algo entre manos.
―Yuye ―la llamo en un murmullo y una lágrima se escapa de mis ojos.
Mi abuela, la persona que más me apoyo durante mi embarazo y hasta hoy sigue haciéndolo. Uno de mis pilares, la mujer que me enseño que sentirse cansada siendo madre está bien, que desear dormir una noche completa sin llantos ni pañales que cambiar no me convierte en una mala mamá y que pasar un poco de tiempo sin mi hija no es una acto egoísta. Adela Saavedra ha sido una de las mejores cosas que me sucedió en la vida, después de mi hija.
