Capítulo 23 Asuntos Familiares

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«UNA BUENA MANERA DE ENFRENTAR NUESTRAS TRISTEZA ES TENER LA IDEA QUE SON TEMPORALES Y QUE EN UN FUTURO TODO SERÁ PARA BIEN»

Palabras de Gael Mcallister.

Este capítulo va dedicado a @Darcydonis

La vi caminar hasta la puerta y comprendí el porque hasta cuando sentí el sonido del clic del seguro.

Mi sangre se espeso y mi pene cobró vida al reconocer en sus ojos las intenciones que se traía.

Se me acerco y pegó sus labios a los míos en un ataque sensual a mis sentidos, los mordía para lamerlos después en una secuencia que me estaba robado la cordura.

Empujó su deliciosa lengua entre mis labios y yo le dí vía libre para que penetrara en mi cavidad bucal, no dejó espacio sin degustar.

Tomé el mando de la situación y arrecié el beso mientras mi manos vagaron por su cuello y empezaron a descender hasta los botones de su camisa blanca; uno a uno fuí abriendo con la mayor velocidad que pude infligir a mis manos.

Le saque la camisa de los jeans y le despojé de su brassier, tenía la acuciente necesidad de enterrarme tan profundo en ella y que no quedará ningún espacio entre nuestros cuerpos.

Sus manos cálidas hicieron lo mismo conmigo, me despojaron de mi camisa y quedamos los dos desnudos de la cintura hacia arriba.

La empuje contra la pared y subí nuestros brazos porque necesitábamos de ese primer contacto de nuestros cuerpos tan ardientes.

El contraste de nuestras pieles me catapultó a la gloria, mientras nuestras lenguas seguían una danza propia, nos restregamos un poco más a la par de los gemidos que salían de nuestras bocas.

Sentir sus pezones erectos pinchar de un modo delicioso mi torso me inflamaba más que no pude esperar más en desabrocharle los pantalones y sacarselo junto a sus bragas.

E hice lo mismo con los míos quedado completamente desnudos al templado fresco del cuarto que a ninguno de los dos nos importó ya que nuestros cuerpos estaban caliente de la necesidad que nos abrigaba.

Explore su ya húmedo hueco y me alegro el hecho de que estuviera tan lista para mi; le conminé a que subiera su piernas y rodeara mi cintura.

Tomé posesión de cuerpo junto a su boca tragandome su grito de placer al sentirse llena de mi al empalarme con fuerza.

-¡Dios mío! Maríe, aún no tengo suficiente de ti, no me sacio de ti. ¡¿Qué demonios me has hecho?!

No me podía contestar, su boca boqueaba al tratar de conseguir suficiente aire debido al placer que estaba obteniendo de mi.

Puse mis manos detrás de ella para evitar el roce de su cuerpo contra la pared a lo que bombeaba en su interior.

Nos desgarramos de placer, comprometido al acto que realizabamos.

-Lo mismo debo preguntarte, pero ahora mismo mi cerebro está hecho papilla. Sólo quiero que me hagas correr corazón.

-Como desees -me prendí de su cuello y arremetí con más fuerza hasta lograr la meta.

Los temblores de sus músculos internos me avisó del buen camino que llevaba, metí mi mano entre los dos y empecé a restregar su clítoris logrando que estallara con fuerza y llevándome junto con ella a un clímax donde vi fuego pirotécnico detrás de mis ojos.

Su orgasmo la dejo laxa recibiendo mi carga caliente dentro de su vientre.

Al bajar su piernas, estas terminaron ligeramente temblorosa y se tuvo que sostener en mi para no caer a mis pies.

Serie Ley y Pasión Amor olvidado Libro 3. © A La Venta En AmazonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora