-¿Qué?

-Sí, por eso llegué un poco tarde. En la reunión nos dijeron que organizarán una pequeña fiesta mañana para que cenáramos todos juntos con motivo de Semana Santa.

-¿Eso es nuevo? –Se encogió de hombros. –¿Quién se quedará con Elyssa?

-La dejaremos en casa de mis padres. –Asentí de acuerdo con él.

-¿Todos los demás lo saben?

-Sí, se les enviaron un mensaje al móvil. –Volví a asentir recordando que mi móvil estaba abajo. –Sabes que no podemos presentarnos como novios, ¿verdad?

-Sí, no me gustaría oír que una empleada está con su jefe por los favoreces y el trato que éste pudiera darle...

-Ya éramos amigos antes de que yo fuera jefe, Olivia.

-Lo sé, pero es raro.

-Bueno, pues...

-No lleves el anillo de boda tampoco. Aunque... –Dylan me miró intrigado a la espera de que terminara mi frase.

-¿Qué? –Sonreí pícaramente acercándome a él para dejar un beso en su cuello antes de morderlo y succionar. –Olivia... –Se removió incómodo para que lo dejara, pero no me alejé hasta que no acabé con mi tarea.

-Ya está.

-No sabía que te gustaban estas cosas...

-Puede sonar algo posesivo, pero ya que no vas a llevar el anillo, necesito que sepan que ya estás con alguien.

-¡Wow! Tampoco conocía esta faceta de ti.

-Un día te dije que era una caja de sorpresas...

-Y ese mismo día te dije yo que quería conocerlas, y aquí estoy. –Ambos sonreímos estoy segura que al acordarnos de esa discusión.

-Ya quiero saber con qué voy a soñar esta vez...

-¿Sueñas con nosotros?

-Sí. ¿Le cuento el último sueño? Antes soñé que teníamos un bebé...

-¿De verdad? –Asentí haciéndolo sonrió. –¿Cómo era? ¿Cómo se llamaba? ¿Y cuántos años tenía?

-No me acuerdo bien, pero tenía el pelo oscuro como cualquier bebé. Se llamaba Alexander y tendría un mes o dos.

-¿Tan chiquitito era?

-Sí, Elyssa hablaba de como quería ver a la madre de Sofía y tú le decías que no se olvidara de sus abuelos preferidos.

-O sea, mis padres.

-Sí, luego yo le daba de comer a Alex y le contábamos a Ely como tú te reías cada vez que ella tenía que sacar el aire.

-Dios, júrame que soñaste eso...

-Lo juro. –Ambos reímos divertidos.

-¿Cuántos años tenía Elyssa?

-Hmm... Creo que cinco...

-Por lo que dentro de cinco años seguiremos juntos...

-Es solo un sueño, Dylan. Dentro de cinco años pueden pasar muchas cosas.

-Lo sé, pero me gusta imaginar que por fin tendré una familia formada por mí. –Sonreí para empezar a contarle otros sueños que había tenido con ellos. Ninguno tenía ganas de dormir y tampoco teníamos nada más que hacer. Llegamos a la conclusión de que sólo tenía esos sueños cuando me quedaba dormida junto a él, y eso hizo que su ego subiera hasta las nubes. 

¿Me adoptas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora